Cuanto más temes a la bestia, más se acerca, día tras día, como una gotera que nunca cesa… Así es El páramo, la ópera prima de David Casademunt, que está disponible en Netflix desde el 6 de enero. Si te gusta el cine de terror asfixiante, aquel que te envuelve en una atmósfera de locura in crescendo y que mantiene tu pulso inquieto durante 90 minutos, no puedes perderte esta película. Para los que estéis más reticentes y aún no le hayáis dado una oportunidad, ¡aquí tenéis cuatro razones por las que merece la pena!
1. David Casademunt
La primera razón es, sin duda, David Casademunt, un nombre para apuntarse en la agenda y tener en cuenta en los próximos años. Es el quinto largometraje de ficción que intenta levantar y desde 2014, que comenzó a esbozar las primeras palabras de lo que por aquel entonces era La bestia, se merece el mayor de los aplausos. Su mirada se palpa en cada plano, intenta hacerla notar en cada detalle, casi con miedo de dar una puntada sin hilo y perder la enorme personalidad que tiene la película. Desde su trabajo con el storyboard ha demostrado ser consciente de que cada puesta en escena, cada posición de cámara y cada efecto suma, teniendo muy claro qué resultado quería conseguir de esa complicada fórmula.
Story VS plano final.
— David Casademunt (@D_Casademunt) December 24, 2021
'El Páramo'. 6 de enero en @netflixes#elpáramonetflix #elparamo #thewasteland #thewastelandnetflix #inmacuesta #asierflores #robertoalamo #rodaryrodar #horrormovies #horror #6deenero #fitzcarraldofilms #fotogramas #Variety #Sitgesfilmfest #Storyboard pic.twitter.com/8yKCLKgIOH
2. El reparto
Imagen promocional de El páramo
Si bien es la primera película que podemos ver de Casademunt, el reparto del que se ha rodeado está lejos de ser tan “novato”. Inma Cuesta (La novia, Paula Ortiz, 2015), Roberto Alamo (Que Dios nos perdone, Rodrigo Sorogoyen, 2016) y el pequeño Asier Flores (Dolor y gloria, Pedro Almodóvar, 2019) se comen prácticamente la totalidad de la película. Sus miradas, sus silencios y el visible descenso a la locura de sus rostros llenan la pantalla como si esta existiese por y para ellos. Y esto es especialmente importante en una historia en la que el terror nace de los personajes, no solo de esa bestia a la que temen y que alejan de sus fronteras, sino de aquella que ya ha entrado en sus cuerpos.
«Me fascinaba ver cómo leían e interpretaban las escenas, e incluso llegaban a aportar matices que yo mismo, que llevaba siete años con este guion entre manos, no había sido capaz de ver hasta ese momento»
David Casademunt, DodMagazine
3. El páramo
Fotograma de El páramo
Pero de los cuatro grandes protagonistas que tiene El páramo los personajes solo llenan tres puestos. ¿El cuarto? Pues resulta que estamos ante una de esas historias donde el espacio es un personaje más. Uno terrorífico en sí mismo y que potencia la locura de los demás, aislándolos, situándolos en un lugar sin escapatoria, vulnerables y sin nada que los proteja en kilómetros de distancia. Una atmósfera que nos trae aires del cine de Robert Eggers, ese terror asfixiante que transmite mucho con muy poco, que nos conduce por una espiral de demencia que atraviesa tanto lo narrativo como lo visual, donde el auténtico terror no está fuera, sino dentro de nosotros.
Un páramo inabarcable a la vista que, para los más curiosos, se encontraba en Teruel, a kilómetros y kilómetros de distancia del plató barcelonés en el que se rodó el interior de la cabaña. Por eso los actores tuvieron que representar algunas escenas, e incluso algunos diálogos, con varias semanas de separación entre medias.
4. El coming of age
Fotograma de El páramo
Si eres de los que disfruta de una película coming of age no puedes perderte esta versión, terrorífica y situada en el pasado, de lo difícil que resulta hacerse mayor. Esta idea sobrevuela la totalidad de la película sin pretensiones, como suele ocurrir, de convertirse en el absoluto protagonista. Casademunt quiere contar una historia de terror, entretenerte y, de paso, hacerte pasar un mal rato, no poner el trasfondo de la historia por encima de la propia historia. En mi opinión, así consigue una de las formas más redondas de abarcar ese tema que, últimamente, parece más y más trillado.
Puedes ver El páramo en Netfllix.