La industria del audiovisual parece haberse dado cuenta recientemente de que basta con añadir elementos de misterio a cualquier tipo de ambientación para enganchar a los espectadores. El fenómeno de Juego de Tronos (David Benioff, D.B. Weiss, 2011-2019) empezó como un whodunnit con elementos de fantasía medieval; y plataformas como Netflix han encontrado una mina en las comedias desenfadadas inspiradas en el noir y las novelas de Agatha Christie.
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Ahora es el turno de Ali Abbasi, que construye una suerte de thriller psicológico en la ciudad santa de Mashhad, en Irán, donde una periodista investiga una serie de feminicidios. Holy Spider (Araña sagrada), una historia basada en hechos reales ocurridos en 2001, llegó a nuestras salas el 13 de enero y, si aún no la has visto, aquí te damos tres razones para ir a verla.
Para ver cine iraní de calidad
Fotograma de Holy Spider
Vamos a evitar a toda costa ser ese tipo de persona que se cree la más cool, la más pedante y la más gafapasta por haber ido al cine a ver una película iraní. La realidad es que, a pesar de que su autor y su elenco son de origen persa, Holy Spider es una coproducción europea que pertenece a un tipo de cine más cercano al que acostumbramos a ver y, por lo tanto, más accesible para una audiencia occidental.
Sin embargo, su historia y los temas que aborda están enraizados en las particularidades del país. Dicen que si una historia puede ocurrir en cualquier lado es que no ocurre en ninguno; Holy Spider aplica ese axioma y lleva su historia a los bajos fondos de Mashhad, comentando constantemente sobre las dificultades de aquellas personas que sufren exclusión social y son víctimas de un sistema diseñado para oprimirlas y atemorizarlas.
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Para estar en buena compañía
Fotograma de Holy Spider
Por mucho que hablemos del talento individual y la mirada autoral, sabemos que el cine es un esfuerzo colectivo de, a veces, hasta cientos de personas. Al trabajo de Abbasi como director se unen las interpretaciones de Zar Amir Ebrahimi, premio a Mejor actriz en el Festival de Cannes, y Mehdi Bajestani como el hombre que asesinó a 16 mujeres en menos de un año.
Para acompañar estas dos fantásticas interpretaciones, Holy Spider cuenta con una banda sonora y una propuesta estética que nos recuerda a lo mejor de Michael Mann, con escenas que por momentos nos hacen desear una nueva temporada de Mindhunter (Joe Penhall, 2017-2019). Ali Abbasi recoge el testigo de los grandes thrillers contemporáneos y construye una crítica social desde una perspectiva de personaje. Si vas al cine a ver Holy Spider estarás en buena compañía incluso si vas solo, porque irás a ver una historia que se sostiene sobre los hombros de un género que lleva décadas perfeccionándose.
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Porque hay que conocer el pasado para entender el presente
Fotograma de Holy Spider
Cada noticia que ha llegado desde Irán en 2022 ha sido peor que la anterior. El terror que viven a diario las mujeres iraníes es inimaginable, y los hechos reales en los que se basa esta historia nos confirman que es algo que lleva pasando desde mucho antes de que occidente decidiera mirar en esa dirección. Abbasi se sirve de las convenciones del thriller para preguntarse hasta qué punto una sociedad patriarcal es responsable de las atrocidades cometidas por quienes comulgan con ella; y pone en tela de juicio la figura del lobo solitario a la que tanto se recurre en casos similares.
Suele generar un pequeño rechazo cuando una película es tildada de necesaria, y tal vez esta no lo sea. Lo que sí es necesario es saber que las situaciones que describe Ali Abbasi en su obra a menudo son extrapolables a nuestra realidad. Holy Spider habla de un caso de hace 20 años, pero sus temas resuenan hoy en cualquier rincón del mundo.
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Hay que remover conciencias. El cine es un vehículo imprescindible. Buen artículo. Gracias.