Te propongo un juego: si vieses una escena de una serie, ¿sabrías decir a qué plataforma pertenece? Seguramente puedas adivinar a directores como Almodóvar, Spielberg, Shyamalan… Pero, ¿y la plataforma? Suena tan estúpido que casi debería dejar de escribir esto y ponerme con el artículo del estreno de la semana que tengo pendiente. Pero no, vamos a darle una oportunidad. Que exista algo como un look Netflix, un look HBO, o un look Prime es una pregunta que sobrevuela el mundo del streaming pero que rara vez escucho. Y cuando se menciona, se levanta la polémica. Y es normal, que haya un “señor Netflix” diciéndole a un director de fotografía los colores y la iluminación que puede usar y los que no es algo que, como poco, debería ponernos la mosca detrás de la oreja. ¿Será cierto?
El look Netflix
Pongamos el ejemplo de Netflix porque es, probablemente, el look más comentado. Colores saturados, imágenes hípernítidas, tonos amables… Un discurso estético que encaja perfectamente con sus grandes éxitos —La casa de papel, El juego del Calamar, Élite…— y que chocaría con historias y directores como, por ejemplo, Robert Eggers. ¿Alguien se imagina El faro fotografiada con la claridad de Miércoles? Lo dudo. Pero entonces… ¿Solo trabajarían para Netflix cineastas que encajen con su identidad? O peor aún, ¿que los que no encajen tendrían que adaptarse?
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Esas son las críticas que escuchamos cuando un original como Sandman perdería su identidad al adaptarse a ese look Netflix. O el caso de Los crímenes de la academia, donde un director tan oscuro como Scott Cooper se embarca en una historia igual de violenta que sus anteriores trabajos (Antlers, La ley del más fuerte, Corazón rebelde) pero iluminada esta vez con una paleta sorprendentemente amable. Entonces… ¿La plataforma queda por encima de la historia? ¿Hasta qué punto le dice el Señor Netflix a los artistas cómo contar sus historias? Hemos llegado demasiado lejos, debería encender mi antorcha y salir a manifestarme en twitter.
Look Netflix | El juego del calamar, Stranger Things, Élite.
Pero en verdad esto no es nada nuevo… No me imagino a Joana y Mireia Puig haciendo Selftape para Netflix. Tampoco a Filmin comprando el guion de Hasta el cielo, aunque tendría su coña. Claro que ese señor Netflix existe, igual que el señor Apple tv, el señor HBO, el señor Movistar+... En un mundo en el que es tan difícil diferenciarse, todos intentan algo tan ridículo como conseguir que veas una de sus escenas y sepas, tal vez no de forma consciente, que les estás viendo a ellos y no a su competencia. Y lo hacen desde el guion hasta el casting, porque no es lo mismo Bella Ramsey (The Last of Us) que Jenna Ortega (Miércoles). Al fin y al cabo, si una plataforma como Netflix tiene una lista de cámaras y requisitos técnicos tan concretos con los que puedes trabajar, ¿tan raro es pensar que ese supuesto señor Netflix tiene voz y voto en algo como el tratamiento del color?
Y no nos llevemos las manos a la cabeza. Scorsese, Cuarón, Lynch… Todos han pasado por la N roja y han sabido mantener su identidad al mismo tiempo que identificamos en sus imágenes un original de la plataforma. Pero de la misma manera que lo hacía Antonio Mercero en TVE o John Ford con los estudios americanos. Esto viene de largo y tal vez, no solo no sea malo, sino que además sea necesario para la industria. Así que guardo mi antorcha, cierro twitter y, ahora sí, juguemos al juego.
¿Adivinarías la plaraforma?
Ya hemos hablado del look Netflix, pero ¿qué pasa si mantienes la nitidez eliminando toda esa saturación? ¿Si te centras en imágenes tan elegantes como ellas solas? ¿Si usas una paleta de negros y grises planos? Eso es, lo que estás viendo Apple TV+.
Look Apple TV | Ted Lasso, The Morning Show, Servant, Mythic Quest
Vayamos al polo opuesto. A esas imágenes que por una nitidez absoluta casi parecen generadas por IA, vamos a añadirle un filtro más sucio. Con grano, como aquellas grandes obras de la televisión americana de los 2000 que dejaron claro qué era una serie de autor —y que las hizo precisamente la misma cadena—. Olvidémonos de los colores saturados y vayamos a una fotografía más realista. Esta era fácil…
Look HBO | Chernobyl, The Last of Us, Mare of Easttown
Ahora bien, mantén la nitidez y la saturación. Olvídate de los tonos cálidos y céntrate en el azul. Son imágenes modernas, juveniles, y con mucho, mucho brillo. Si Netflix a veces parece salida de un cómic, este parecería sacada de un anuncio. Exacto, lo que estás viendo es Prime Video.
Look Prime Video | Modern Love, La maravillosa señora Maisel, Tales from the Loop
Y ahora quedémonos con la búsqueda de imágenes realistas, pero intentemos que sean aún más cercanas y cotidianas. Y si usas colores fríos, mejor. Movamos la cámara de forma elegante, inteligente, adulta, y subamos un poco la edad de nuestro casting. Eso es, estamos haciendo una serie para Movistar+.
Look Movistar+ | Apagón, La unidad, Rapa
Pero… ¿Qué pasa si manteniendo ese tono cercano, nos centramos en personajes jóvenes y experimentamos un poco más? Colores cálidos y sin buscar una imagen limpia. Juguemos con la relación de aspecto, con los primeros planos, que haya belleza en lo humilde. Ya sabes, algo más íntimo para festivales de autor. Está claro, llevamos el sello Filmin escrito en la frente.
Look Filmin | Selftape, Autodefensa, Doctor Portuondo
Y así con todas, las ya establecidas y las que vendrán. Pero lo mejor de esto es que, compartiendo tantas cosas, cada serie es absolutamente única. ¿Qué tiene que ver Antidisturbios y Rapa? ¡Nada! Pero como dicen, las series son como los hermanos, y aunque sean muy diferentes sabes que les ha parido la misma madre —perdón—.
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