¿Disney+ ha cumplido su promesa? “60 originales europeos para 2024” | Parte I
Un 24 de marzo Disney+ llegaba a Europa con una promesa que hoy, cuatro años después, podemos poner en tela de juicio. Este 2024 se le acaba el tiempo que la propia plataforma estableció para cumplir su apuesta: 50 producciones originales en Europa para 2024. Eso dijo Sofía Fábregas, vicepresidenta de la producción original en España, cuando Disney+ llegó a nuestro país. Poco después, Jan Koeppen, presidente de The Walt Disney Company Europa, Medio Oriente y África, subió la apuesta a 60 originales europeos. Y la cosa no acabó ahí: prometieron también alcanzar entre 230 y 260 millones de suscriptores mundiales para el mismo año, entrar en más de 160 países y lograr beneficios para el año fiscal de 2024.
Ahora el tiempo pasa y las palabras pesan, así que las promesas de Disney+ empiezan a correr en su contra y, aunque aún quedan nueve meses por delante, podemos aventurarnos a abrir el gran melón: ¿de verdad iban a llegar a tanto?
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Contestar a esa pregunta reduciría este artículo a una sola línea. Sin embargo, el papel de la plataforma en Europa es demasiado interesante y mis capacidades de concisión son escasas, así que ya que las sagas están de moda, he decidido aprovechar el final de esta carrera contrarreloj y quedarme a gusto con no solo uno, sino dos artículos sobre la expansión de Disney+.
Fotograma de Balenciaga | Disney+
Un Disney+ a la europea
La primera producción española de Disney+ definía lo que el gigante americano quería hacer en nuestro continente. O al menos, eso nos vendieron cuando la anunciaron:
«Estamos muy ilusionados de poder anunciar Balenciaga, nuestra primera producción para Disney+ en España. Esta serie marca el ambicioso camino de la producción original de Disney+ en nuestro país. Cristóbal Balenciaga es un icono local que traspasó fronteras. Un símbolo de talento y técnica. Y este es nuestro compromiso: producir historias únicas, con la impronta de nuestros mejores creadores y productores, capaces de hablar a espectadores de todo el mundo».
Aunque el retraso en el estreno de Balenciaga la relegase finalmente al segundo original español de Disney+ —adelantado por La última en diciembre de 2022—, Fábregas no se equivocaba. Es evidente que Disney+ ha venido para hacer contenido español y muy español.
Recordando al camino que seguía Movistar, Disney+ parece convencido de que la máxima “lo local conecta con lo universal” funciona. Igual que la marca española, Disney busca crear relatos locales, donde los lugares importen, que aprovechen el tirón de referentes culturales y donde apenas haya espacio para el riesgo. En el caso de Disney+: una figura pública como Balenciaga en una serie que muestra la evolución de un país en dictadura, un retrato honesto y maravilloso del 11M por el vigésimo aniversario del atentado con Nos vemos en otra vida, y, para terminar, Aitana, la cantante número uno, para protagonizar La última.
Fotograma de La última| Disney+
Lo mismo ocurre con el resto de Europa. La casa alemana, una retrospectiva intergeneracional de los campos de concentración. Rafaella, el biopic sobre la cantante italiana por excelencia. Oussekine, el caso que conmocionó a Francia cuando un joven de origen argelino murió a manos de la policía. David Beckham: al rescate del equipo, que cuenta el regreso del jugador más querido de Inglaterra a los campos londinenses donde se crió. Podría seguir así, pero creo que el mensaje ha quedado claro.
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No se trata de vendernos barras y estrellas, como lleva haciendo Estados Unidos —y Disney el primero— con el cine desde el plan Marshall, sino de hablar de nosotros. Y además, haciéndolo con respeto, cariño y, sobre todo, con talento local. Así es la marca Disney+ en Europa, y ante eso yo solo puedo decir, ahora sí, bienvenido Mr. Marshall. Una estrategia que marca una clara diferencia con otras predecesoras imperialistas en lo que al mundo del streaming se refiere. Al contrario que Disney+, la gran N roja busca un modelo basado en el volúmen en el que, tras casi 10 años de su llegada a España, la mayoría de sus producciones nacionales podrían pasar aquí, en Massachusetts o en cualquier otro lugar del mundo. Es decir, para Netflix es lo universal lo que conecta con lo universal.
Fotograma de Nos vemos en otra vida | Disney+
Un Disney+ para mayores de 18
Pero más allá del contenido local hay otro factor que da un giro de 180º a lo que Disney había estado haciendo, y es abandonar las tres efes a las que siempre se aferró: frikis, fans y familia. O los espectadores del National Geographic, Marvel y Pixar, dicho de otra forma. Y este cambio de paradigma debemos relacionarlo innegablemente con la llegada de Star a la plataforma solo un año después de su aterrizaje en Europa. Un contenedor que ya se ha convertido en su sexta marca con más peso para los espectadores (después de Disney, Pixar, Marvel, Star Wars y National Geographic).
Eso no significa que haya un cambio de tono radical: Disney+ seguirá estrenando series para ver en familia, como demuestra con la española Regreso a Las Sabinas, que tendrá su estreno el próximo otoño. Una serie diaria pionera en el mundo de las plataformas que parece abrazar el streaming sin olvidar el poder de la tele generalista al atraer a toda la familia.
«Una pieza fundamental dentro de la estrategia de la compañía. Es la primera vez que una plataforma en España decide apostar por un formato de emisión diaria. Hemos elegido un melodrama clásico por el fuerte arraigo que tiene en la audiencia, pero modernizándolo, con una factura premium».
Fotograma de Regreso a Las Sabinas | Disney+
Los estrenos en el resto de Europa replican este equilibrio entre proyectos más familiares y otros más adultos. Weekend Family frente a Oussekine en Francia, Las tres detectives frente a La casa alemana en Alemania, Los leones de Sicilia frente a Las buenas madres en Italia… Si bien hay países, como Inglaterra, que aún se decantan por el modelo familiar, es evidente que la plataforma ha tomado la decisión de reinventarse en nuestro continente.
«Disney Plus puede mostrar contenido local a audiencias globales, creando un efecto de volante positivo para el contenido europeo al ayudar a los creadores a hacer que sus historias resuenen entre nuestros fanáticos de todo el mundo. Por lo que puedo ver, nunca ha habido un momento más emocionante para estar en la producción europea».
Esta decisión, sumada a la llegada de Star, supone un nuevo camino para Disney+ y le abre un abanico de usuarios adultos con los que podría hacer frente a plataformas como Netflix o HBO Max. Y, en el mejor de los casos, derivar sus suscriptores para alcanzar los 230 millones de usuarios a los que se había comprometido. Sin embargo, su alianza con Star es solo el principio de una serie de cambios que no siempre jugarían a su favor.
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La intención de priorizar la calidad ante la cantidad es atractiva pero peligrosa en una guerra de streaming tan competitiva y sobresaturada. Más aún cuando te encuentras bajo la promesa de alcanzar cifras tan optimistas. No cabe duda de que Disney+ ha escogido el camino difícil, pero debemos agradecerle por ello, y aunque la plataforma tenga complicado cumplir su palabra, las joyas que nos deje en el camino habrán merecido la pena. Y antes de ponerme el sombrero de economista, entrar en datos y ser algo más crítico con la plataforma, cierro este primer artículo dándole la enhorabuena y haciendo una recomendación para que hagáis tiempo hasta la segunda parte: no os perdáis Nos vemos en otra vida, por favor os lo pido.
Ι Puedes leer la segunda parte del artículo en este enlace.