¿Disney+ ha cumplido su promesa? “60 originales europeos para 2024” | Parte II
Hace unos días hablábamos del camino de Disney+ en Europa y de la carrera contrarreloj que estableció la plataforma en 2020 cuando llegó a nuestro continente con una promesa: 60 originales europeos para 2024. Con el paso de los meses sus apuestas se fueron acumulando: llegar a más de 230 millones de suscriptores, entrar en 160 países, lograr beneficios para el final del año fiscal… y todo con la mira puesta en el mismo año, 2024. Cuatro años después, y aunque aún queda algo de margen, nos preguntamos si realmente Disney+ podrá cumplir sus promesas.
Ι Leer la primera parte: ¿Disney+ ha cumplido su promesa) 60 originales europeos para 2024 | Parte I
En ese primer artículo vimos un Disney+ a la europea, que apostaba fuerte por talentos e historias locales y ampliaba su target a un público más adulto, lejos de las tres efes a las que siempre se aferró (frikis, fans y familia). Algo que vino de la mano de la llegada de Star a la plataforma y que, como decíamos, sería el principio de unos cambios que no siempre jugarían a su favor. Hoy no hablaremos tanto de sus contenidos, sino de los tropiezos, aciertos y recaídas de la plataforma que más rápido ha crecido en la guerra del streaming.
Imagen promocional del catálogo de Disney+
El pedregoso camino de Disney+ desde su llegada a Europa
Nadie duda que Disney+ llegase a nuestro continente pisando fuerte. La pandemia le vino de perlas a una plataforma que ofrecía entretenimiento doméstico cuando todos estuvimos encerrados, consiguiendo en solo un año 100 millones de suscriptores —objetivo al que Netflix tuvo que dedicar 9 años—. Llegado 2022 aumentó la cifra a más de 150 millones, su récord hasta la fecha. Pero fue entonces cuando experimentó una bajada de 12 millones, un descenso que consiguió frenar en 2023, pero del que no se ha recuperado.
Ese mismo año comenzaron los demás problemas. El primero: las cancelaciones. Ante la ausencia de beneficios la empresa decidió recortar 5.500 millones de dólares —3.000 de ellos en producciones no deportivas— y priorizar los contenidos originales. Con ese objetivo, Disney+ eliminó 50 películas y series de su catálogo y, poco después, desestimó la distribución de The Spiderwick Chronicles, proyecto anunciado e incluso terminado de rodar. Sin embargo, esa estrategia de priorizar los contenidos originales no responde a un recorte aún más preocupante: Nautilus, que no sólo había concluido su rodaje, sino que además se trataba de una producción propia. El proyecto contaba los orígenes del capitán Nemo (20.000 leguas de viaje submarino) y prometía convertirse en uno de los grandes fuertes de la plataforma. ¿Por qué comienzan a caer grandes proyectos que ya han sido rodados?
Fotograma de Nautilus
Ese peligroso síntoma de una gran crisis fue solo la punta del iceberg. Con el objetivo de lograr beneficios en 2024, y por tanto reducir gastos, miles de despidos recorrieron el pasado año el imperio de Disney en el que nunca se pone el sol. La estrategia estaba cambiando, y la exclusividad de la plataforma dejó de tener el valor que prometía. El original Ms. Marvel pudo verse también en otra cadena de televisión, y la presencia de sus películas en las salas de cine volvía a parecer una opción viable.
De estrenos como el de Red, que pasaba directamente a la plataforma esperando una subida mayor de suscriptores, al de Wish, que alargó su estancia en cartelera durante meses. O, más evidente todavía, el reestreno de Luca, que hasta este año no se pudo ver en la gran pantalla. No sé si devolver el cine a los cines seguirá siendo la estrategia de Disney+ o solo un parche en su objetivo de lograr beneficios. En cualquier caso, bienvenidos sean los parches que nos hagan ver el cine en el cine.
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Sin embargo, estos cambios de estrategia quedaban lejos de solucionar el problema: si los suscriptores no crecían camino de esos 230 millones que habían prometido, Disney+ tendría muy difícil conseguir beneficios. Y ante esa situación solo queda una solución: conseguir más dinero con el mismo número de suscriptores. De aumento en aumento en el precio de la suscripción, la estrategia ha ido cambiando mucho a lo largo de estos cuatro años. En un principio, la crecida del precio venía justificada por la llegada de Star y el aumento de catálogo que este traía consigo. Sin embargo, hace tiempo que las subidas en los planes, así como las opciones más baratas con publicidad, responden a una única cuestión. Y es que el modelo de streaming que había comenzado Netflix —y que hasta ellos han abandonado— resulta, sencillamente, insostenible.
Fotograma de El caso Oussekine, triunfo de Disney+ en Francia
Este cambio de rumbo en busca de un Disney+ diferente al que nos prometieron tal vez tenga su origen en el cambio de ejecutivo que vivió el gigante americano. El carpetazo a Bob Chapek, líder de la compañía durante la pandemia, y su sustitución por otro Bob con menos promesas y más planes a largo plazo, parece ser la razón de este giro de 180º: Bob Iger, el nuevo CEO —que ya había traído grandes éxitos a la compañía en el pasado—, ha asegurado cambiar la manera en la que entendíamos el entretenimiento de Disney.
No hemos venido aquí para hablar de grandes millonarios estadounidenses, Dios me libre, pero, tal vez, este intercambio de Bobs y la nueva estrategia que ha traído consigo tenga que ver con la pregunta que encabeza el artículo: ¿60 originales europeos para 2024?
Las promesas de Disney+ cuatro años después
Aún con varios originales por estrenar, podemos afirmar que no, Disney+ no cumplirá su objetivo de alcanzar las 60 producciones originales en Europa. Y hablo de originales, no de proyectos externos que distribuye o de producciones originales de marcas que Disney ha comprado. Hablamos, exclusivamente, de originales Disney+.
Este pedregoso camino que ha llevado la plataforma en los últimos cuatro años y el cambio de estrategia que provocó han ido atrasando y estancando proyectos, haciendo que su carrera hacia los 60 originales europeos, a día de hoy, se quede en algo más de la mitad. Y aunque aún estemos en marzo, los proyectos que están por estrenarse en 2024 no parece que vayan a cambiar las cosas. En el caso de España, 6 producciones han visto la luz en la plataforma: Balenciaga, La última, Nos vemos en la otra vida, Isabel Preysler: mi navidad, 548 días: captada por un secta y Amén: Francisco responde. De los otros seis originales que esperamos solo Regreso a las Sabinas, pionera serie diaria para una plataforma, y Las largas sombras, dirigida por Clara Roquet y Júlia de Paz, tienen ya estrenos anunciados. Del resto, nada nos hace pensar que podamos verlas antes de 2025.
Clara Roquet y Elena Anaya durante el rodaje de Las largas sombras | Foto: Lluís Tudela
En el resto de Europa la situación no es muy diferente: muchas series anunciadas pero menor ritmo de estrenos del que se preveía en 2020. Si bien hay un equilibrio relativamente estable entre los distintos países, cabe destacar a Turquía —al fin y al cabo, el segundo país del mundo que más audiovisual exporta al exterior— y, especialmente, Francia, con casi 10 originales ya estrenados en Disney+. Son cifras negativas si lo comparamos con una plataforma como Netflix que, solo en España —y aunque lleva años de ventaja produciendo en nuestro territorio—, en los últimos cuatro años ya ha estrenado casi 60 originales españoles.
Pero se trata de cifras que atienden a estrategias antagónicas: una centrada en la cantidad y otra en el valor de cada producción: apostar más alto con menos proyectos. Por eso no creo que sea importante que no se hayan alcanzado esos 60 originales europeos, igual que tampoco conseguirán entre 230 y 260 millones de suscriptores. También dudo, aunque de eso poca información tenemos, que alcancen los beneficios a finales de este año fiscal. Tan solo el objetivo más modesto de los que se propuso resultó ser algo más accesible: alcanzar 160 países para 2024.
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Imagen promocional de La casa alemana | Disney+
Sin embargo, en un mercado saturado de contenido, es el valor de cada proyecto y la identidad de las historias las que marcan la diferencia. Vivimos una guerra de streaming en la que cada casa ha ido cayendo y recayendo en grandes crisis, y aunque algunos se empeñan en decir que Netflix es quien se ha alzado con la victoria, la guerra no ha terminado. Mientras haya competencia, habrá guerra, y podemos esperar competencia para rato.
En ese escenario, Disney+, con un potencial comercial inmenso (Marvel, Star Wars, Pixar…), no solo tiene posibilidades reales de hacerse con el cinturón, sino que además piensa hacerlo, al menos en Europa, expandiendo su contenido a lugares únicos en los que otras multinacionales simplemente pasaron de largo. Sin miedo a reinventarse, con talento local y autoral, escribiendo series comprometidas social y políticamente, expandiendo los límites tanto en sus técnicas como en las historias a las que da voz… Tal vez no lleguen a esas ‘60 europeas’ en el plazo establecido, pero cuando lo hagan, habrán construido el modelo de streaming que, ojalá, marque la tendencia en el futuro.
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