Fien Troch, directora de ‘La chica que sanaba’: «No sabemos tratar a los adolescentes»
Una joven de 15 años no acude al centro escolar el mismo día en el que se produce un incendio con graves consecuencias. Padres, alumnos y docentes se unen para sobrellevar la pérdida de los estudiantes fallecidos y, en la necesidad de encontrar un brote de esperanza, creen ver en Holly, la muchacha superviviente, una capacidad de premonición, un don divino. La realizadora belga Fien Troch (Unspoken, Home) indaga en su última película sobre la búsqueda de sentido en tiempos de capitalismo agnóstico. Hablamos con ella sobre La chica que sanaba (Holly en su título original) tras su estreno en la Sección Oficial del Festival de Venecia y el Festival de Gijón.
«La vida de hoy es bastante materialista, nos hemos ido alejando de la espiritualidad».
«Catalina Geraeerst creó la aureola de Holly en cuanto empezó a interpretarla».
¿El ser humano está abocado a la trascendencia?
Es una cuestión muy interesante. Hoy en día, a través de las redes sociales, toda nuestra vida se enfoca hacia el éxito, la belleza física y el dinero. Digamos que es una vida bastante materialista, donde la espiritualidad se ha ido alejando. Yo no soy una persona religiosa, no acudo a misa… pero estoy convencida de que se necesita algo más que simplemente lo que se puede tocar.
¿Un amarre de consuelo para sobrellevar la tragedia, como la que relata la película?
Desde luego, en momentos tan dolorosos como un incendio en un colegio en el que mueren varios jóvenes… toda una comunidad en duelo busca respuestas más allá. Las cosas como son: como se dice en inglés, “shit happens” (“las cosas pasan”). Parece que actualmente ocurre aún más. Aunque personalmente tengas una vida con la que estás contenta, seamos realistas: el mundo va mal. La gente intenta encontrar un sentido. Aunque cada vez se recurre menos a estas cosas, siempre ha sido necesario y seguirá siéndolo.
Holly, la protagonista, se siente perdida, deambula como una pieza muda que no encaja. ¿La etapa de la adolescencia es similar a una crisis de fe?
Nunca lo había pensado así, qué curioso. Para mí era muy importante que la protagonista fuera parte de una familia disfuncional, con escasez económica… Eso la hacía más inocente, más pura en cierto modo. Holly no puede salir y siempre está sola, no puede hacer otra cosa que mirar a su alrededor. Todas estas cosas le ayudan a entender mejor el dolor. Quizás hay un reflejo entre ella y la comunidad porque la ven más receptiva a lo que ellos sienten, lo que no ocurriría con otra adolescente en otras circunstancias.
Fotograma de La chica que sanaba
Tu filmografía abarca la compleja interacción entre el mundo adulto y el de los jóvenes. ¿Crees que las nuevas generaciones padecen altas dosis de paternalismo?
Así es. En mi película anterior (The responder) quise mostrar esa cosa que tenemos los adultos de decir a los adolescentes cómo deben vivir y comportarse, en vez de dejarles cometer sus propios errores y darse de bruces contra la pared. No sabemos cómo tratarles. Nunca les damos el suficiente espacio y libertad para que ellos puedan cometer sus propias equivocaciones y aprender. Un adolescente no puede estar siempre leyendo y teniendo conversaciones brillantes. También tiene que hacer estupideces, perder el tiempo, dormir…
¿Resulta viable en la práctica?
Yo ahora tengo un hijo adolescente y, en mi rol materno, me cuesta mucho no caer en decirle qué hacer. Pero si algo sé es que los adultos que más se empeñan en que sus hijos hagan lo que ellos deciden, no suelen ser tan felices en su vida personal. Sin embargo, se empeñan una y otra vez en que sus hijos, desde niños, reproduzcan el mismo comportamiento que ellos.
Fotograma de La chica que sanaba
Catalina Geraeerst interpreta a Holly con una distintiva vulnerabilidad. Hace gala del nombre de su personaje, con un aura luminosa. ¿Fue difícil encontrarla?
Cuando empecé el proceso no tenía ni idea de lo que buscaba y los directores de casting me decían que no me preocupara, que aparecería una chica que despediría una luz. Queríamos subrayar que nuestra protagonista era “la elegida”. En verdad (ríe), nunca hubo ninguna luz, ni cuando vi a Catalina. He de decir que al principio no me convencía su aspecto, quiero decir, era la típica adolescente. No tenía algún detalle característico, como un pequeño defecto físico. ¡Pero era tan increíblemente buena actriz…! La mejor.
Y hablamos de su debut, esta es su primera película.
¡Sí! Tiene el talento natural de una actriz innata. La aureola que buscaba la creó en el momento en el que empezó a interpretar a Holly. ¡Fue un regalo maravilloso! Entendía muy rápidamente lo que yo le pedía y, cuando no del todo, era capaz de transformar lo que había oído. Algo muy extraño, pero funcionaba. Busqué, hablando con ella, cosas que la acercaran más al personaje, pues no tienen nada que ver, pero Catalina hace unos años también era muy tímida y sufrió acoso en el colegio. Fuimos capaces de pasar esas experiencias al personaje. Cuando al final de una escena decía “Corten”, aparecía Catalina, una persona completamente distinta. ¡Magia!