Llega la estación favorita de los niños y los dueños de negocios hosteleros. Da igual si lo aprovechas para viajar o para descansar en casa, para reencontrarte con amigos o para poner orden en ese armario… Al final, las vacaciones siempre se nos hacen cortas. Pero si tienes una tele, un cine o un ordenador a mano, quizá puedas vivir más de un verano con estas películas:
Luca (Enrico Casarosa, 2021)
La película más veraniega de este año es una historia preciosa y sencilla sobre la amistad, el descubrimiento de uno mismo y la aceptación de lo distinto. Luca, un joven monstruo marino, se atreve a salir a la superficie con su amigo Alberto para pasar unas vacaciones en Portorosso, uno de esos pueblecitos italianos de costa con casas de colores, vespas, terracitas, helados y bicicletas que, abrazando el tópico con cariño, respira verano por los cuatro costados.
Mamma Mia! (Phyllida Lloyd, 2008)
Creo que todos estamos de acuerdo en que Mamma Mia! es la película de verano por excelencia. Las aguas cristalinas y playas blancas de una pequeña isla griega a la que todos querríamos ir de vacaciones acogen fiestas al aire libre, reencuentros, canciones de ABBA e historias de amor. Es un musical para pasar un buen rato y venirse arriba, ¿y no es eso todo lo que le pedimos al verano?
Call me by your name (Luca Guadagnino, 2017)
La historia de amor entre un adolescente y el alumno universitario de su padre que causó tanto furor solo puede existir tal y como es porque sucede en verano. Su relación bebe de la naturaleza misma de esa especie de paréntesis entre junio y septiembre: cada segundo parece eterno, pero es precisamente su irremediable fugacidad la que los hace tan intensos y especiales.
El suyo, además, es un verano idílico y casi inalcanzable para la mayoría de nosotros, pero en el que, sin embargo, es muy fácil verse retratado. Yo no tengo una carísima villa rústica en el norte de Italia ni acostumbro a mantener conversaciones tan elevadas, pero reconozco la quietud de la casa después de comer con las persianas a medio bajar, los desayunos a la sombra de un árbol, la sensación de poder hacerlo todo aun moviéndose a cámara lenta, el brillo del agua bajo el sol o la frescura reparadora de los melocotones… Y todo eso es lo que destila Call me by your name.
Súper empollonas (Olivia Wilde, 2019)
El verano también lleva consigo cambios y despedidas, especialmente para los más jóvenes. Se acaba el curso, y el próximo septiembre puede que seamos distintos, que hayamos crecido… O que no volvamos. Ese es el caso de Súper empollonas (es mucho mejor de lo que pueda augurar su título): es el fin de una etapa. Y Amy y Molly, que durante todo el instituto no se han permitido vivir fuera de los libros de texto, deciden recuperar el tiempo perdido y despedirlo a lo grande en su última noche, justo antes de la graduación.
Entre alcohol, fiestas y piscina, este divertidísimo coming-of-age capta con frescura la ilusión y el vértigo del cambio, la satisfacción de haber completado algo, el inevitable impulso de mirar atrás y evaluar lo que te ha llevado hasta el día de hoy y una temprana nostalgia por algo que sabemos que no volverá. Una mezcla de emociones que suelen converger en verano.
Midsommar (Ari Aster, 2019)
¿Los meses de sol y buen rollo también pueden dar miedo? Y tanto que sí. Midsommar es una hipnótica película de terror folklórico a plena luz del día. Y no cualquier día, sino esos días infinitos del verano nórdico en los que el sol nunca llega a esconderse del todo. Así pues, la luz, el color, las flores y el buen tiempo son elementos imprescindibles para construir la incomodísima y desconcertante atmósfera que rodea las vacaciones de un grupo de amigos en una apartada aldea sueca donde se celebra un extraño festival.
¿Quién puede matar a un niño? (Narciso Ibáñez Serrador, 1976)
Pero mucho antes que Midsommar, Chicho Ibáñez Serrador ya nos contó una historia de miedo en un verano mucho más cercano a nosotros: el de las playas rebosantes de turistas del sur de España, los hostales, las fiestas populares y el calor pegajoso. En este clásico de terror, Evelyn y Tom escapan de la zona más turística y visitan una pequeña isla del mediterráneo para descubrir que está habitada exclusivamente por niños… Unos niños que parecen querer vengarse de todo lo que el mundo les ha hecho sufrir.
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Verano 1993 (Carla Simón, 2017)
La conmovedora opera prima de Carla Simón retrata otro verano familiar para muchos: el que se pasa fuera de casa, en el pueblo o en el campo, y nos obliga a adaptarnos a un nuevo entorno. Solo que para Frida, la pequeña protagonista, su casa y sus compañeros de vacaciones se convertirán en su nueva familia y su hogar a largo plazo. Aceptar la muerte de su madre y su nueva realidad no es sencillo, pero lo vivimos junto a ella, a su ritmo, a lo largo de ese evocador verano del 93 en el que las niñas juegan en tirantes entre árboles y matorrales, se bañan en el río, se ensucian toda la cara de helado o se aburren a la hora de la siesta.
303 (Hans Weingartner, 2018)
No hay lista de verano que se precie sin una road movie. En la ligera y optimista 303, los universitarios Jule y Jan se cruzan en una estación de servicio y acaban compartiendo caravana desde Alemania hasta Portugal. En los días de interminable carretera hay también playa, montaña, surf, helado y mucho sol… Y, especialmente, la oportunidad para que dos desconocidos de opiniones muy distintas vayan tejiendo una bonita relación a través de largas conversaciones que cambiarán sus vidas.
The Florida Project (Sean Baker, 2017)
Esta película se sostiene sobre el contraste entre lo miserable de la vida real y lo idílico de un verano infantil con mucho tiempo para jugar, recrearse y descubrir. Gran parte de lo que vemos y experimentamos en The Florida Project es a través de los ojos de la pequeña Moonee y por eso su estética y su ritmo nos llevan a lugares tranquilos y pausados que chocan frontalmente con la propia acción.
Gravity Falls (Alex Hirsch 2012-2016)
Y si eres más de tragarte un capítulo detrás de otro… ¡tachán! No he podido evitar que se me colara una serie en esta lista de pelis (que no es Verano Azul, pero podría). En Gravity Falls, el verano tiene una función narrativa. Cuando los mellizos Mable y Dipper viajan a Gravity Falls —un misterioso pueblo de Oregón— para pasar las vacaciones con su tío abuelo Stan, no saben que lo que van a vivir les hará crecer, descubrirse a sí mismos y entender mejor a los demás. Su verano, que tiene vibras de campamento, es mágico e idílico, como tantos otros y como la propia infancia. Y, también como la infancia, se tiene que acabar.
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Puede que no sea el verano más seguro (los “anormalguedones” van a gusto del consumidor), pero es uno lleno de aventuras e ilusión a prueba de entidades demoníacas. Es difícil pedirle más.
¿Dónde puedes verlas?
Luca (Disney+), Mamma Mia! (Prime Video, HBO, Netflix), Call me by your name (Netflix), Súper empollonas (Netflix), Midsommar (Prime Video), ¿Quién puede matar a un niño? (FlixOlé, Movistar+), Verano 1993 (Filmin), 303 (Filmin), The Florida Project (Prime Video), Gravity Falls (Disney+).