Que todo el mundo adora a Loki es un hecho. Quizá es por el encanto de Tom Hiddleston, que le da vida maravillosamente y nos tiene robado el corazón, o puede que por la esencia caótica pero siempre divertida del personaje. Sea como sea, es un secundario que ha acaparado toda la atención y que pedía a gritos más minutos en pantalla… Y Marvel se lo ha tomado muy en serio.
Alguien debió decir: “¿Queréis Loki? Pues tendréis Loki para aburrir”. No solo le han hecho su propia serie, sino que esta parece diseñada con el único propósito de exprimir al personaje todo lo posible y más (además de, por supuesto, marcar el nuevo camino del Universo Cinematográfico de Marvel dando origen al Multiverso). Y es que Loki (Michael Waldron, 2021-) se ha dedicado a mostrarnos todas las caras de Loki, figurada y literalmente.
Un nuevo universo para Loki
Fotograma de Loki
Ya conocíamos al Loki de Asgaard, el eterno segundo que se convierte en villano, el hijo resentido por creerse menos querido que su hermano mayor. Pero, ¿qué pasa si lo arrancamos de este contexto? ¿Quién es Loki sin Thor?
Esto es lo que, muy acertadamente, se decidió a plantear la ficción de Waldron. Separa a Loki de todo lo que le ha hecho ser quién es: su hogar, su hermano, los asgardianos, los Vengadores… hasta las gemas del infinito. Y lo lleva a un nuevo universo, ante nuevos estímulos que hagan emerger todo lo que aún no hemos visto del personaje.
En la Agencia de Variación Temporal, lo primero que hace es darse de bruces con una realidad difícil de aceptar: nada de lo que valoraba es realmente como él pensaba que era. ¿Qué es el poder, si las gemas más poderosas del universo se usan allí como pisapapeles? ¿Existe acaso el caos o la libertad, si hay una única línea temporal ya definida de la que nadie puede despegarse sin ser borrado de la propia existencia?
Loki y Mobius en la AVT
Sobre estas y otras cosas —como sus motivaciones o su propia historia— mantiene profundas conversaciones con Mobius, el amable agente de la AVT que le da una oportunidad. Conocer gente nueva implica, a veces, conocer nuevas cosas de uno mismo. Por eso Mobius es uno de los dos grandes culpables de la evolución de Loki. Aunque el fantástico personaje interpretado por Owen Wilson no tenga finalmente tanta presencia en la serie como querríamos (¿soy la única que esperaba una especie de buddy movie después del primer capítulo?), es fundamental para el Dios del Engaño. Es el encargado de plantearle cosas que el Loki de Los vengadores (Joss Whedon, 2012) no se había planteado antes, es quien desmonta al villano y lo hace crecer. Y, además, se convierte en el primer amigo de Loki del que tenemos constancia.
La segunda gran culpable de su evolución es, por supuesto, Sylvie. Aunque hablaremos más de ella enseguida, ahora nos interesa recordar que le hace vivir al protagonista otra experiencia completamente nueva y transformadora: ¡Loki se enamora! De una versión de sí mismo, sí, porque no deja de ser un narcisista; de la que cree la mejor versión de sí mismo, conviene especificar. De la competitividad inicial por demostrar quién es mejor Loki, o más Loki, acaba surgiendo la admiración, y después el amor. Y, nos guste más o menos, el amor acostumbra a romper nuestros esquemas y cambiarnos como personas.
Mil y un Lokis
Variantes de Loki en el Vacío
Decía Tom Hiddleston en una entrevista que “Loki tiene tantas facetas que, a veces, se enfrentan entre sí: se separan unas de otras y se desafían mutuamente”. Aquí lo hacen literalmente. La serie nos presenta no una, sino múltiples variantes de Loki: otros Dioses del Engaño que, como el nuestro, se salieron del camino marcado por la Sagrada Línea Temporal y fueron arrancados de su realidad.
Este escenario, lleno de distintos personajes que parten de uno solo, hace casi obligatorio reflexionar sobre la propia naturaleza de Loki: ¿qué significa ser un Loki?
Primero, los Lokis sobreviven. Son los únicos que han logrado escapar del monstruoso Alioth, allí en el Vacío donde los agentes de la AVT envían a morir a todas las variantes que borran. Son ambiciosos: todos quieren el trono, aunque sea en el Final del Tiempo. Son traicioneros, caóticos y egocéntricos. Están destinados a perder y a estar solos. Son el villano que, como dice Mobius, está ahí para que otros puedan llegar a ser la mejor versión de sí mismos.
Loki y Sylvie, la mejor de sus variantes
Pero no son solo eso. Los Lokis son impredecibles, y por eso pueden sorprendernos siendo generosos, o vulnerables, o empáticos.
Hay algunos que pueden tener propósitos nobles, como Sylvie. Ella es, quizá, la más distinta de los Lokis. Desde que la AVT la arrestó de niña, ha vivido fuera del marco de lo que hace a Loki ser un Loki, lejos de Asgaard y su trono y de la competitividad con Thor. Ella se ha forjado su propio camino para sobrevivir en los márgenes de la Sagrada Línea Temporal, huyendo de la AVT día tras día. Nuestras experiencias nos moldean mucho más que nuestra esencia, y por eso Sylvie es capaz de llegar mucho más allá que las demás variantes en pos de su objetivo.
Y hay otros que pueden rectificar, como el Loki de Thor: Ragnarok (Taika Waititi, 2017)… O como el Loki Clásico. Es el más viejo, el más experimentado y, quizá, el más sabio. El viejo Loki se cansó de ser quien era, se dio cuenta de lo absurdo del caos que conllevaba su personalidad y quiso tomar otro camino. Y aunque la AVT intentó evitar que escapara de su papel de villano, el Loki Clásico lo logra allí, al Final del Tiempo. Para allanar el camino de Sylvie, él se sacrifica, se redime y consigue no estar solo en la hora de su muerte. El Loki Clásico demuestra así que hay otras salidas para los Lokis.
El Loki Clásico se sacrifica por sus compañeros
El nuevo Loki
Es la conjunción de todas estas nuevas experiencias, relaciones y descubrimientos lo que lleva a nuestro Dios del Engaño favorito a cambiar de forma radical e irreversible. Loki deja de mirar por sí mismo para convertirse en un apoyo para Sylvie, igual que haría por su hermano su versión de Thor: Ragnarok. El Loki de Los Vengadores y la AVT se redime, como el de Ragnarok, aunque con un viaje totalmente distinto. Enfrentarse a su propia mortalidad, al poder de la AVT y al espejo que suponen los demás Lokis lo llevan a un terreno en el que nunca esperaríamos verlo: el de la prudencia, la confianza y la responsabilidad. Loki toma este camino, y no el del caos, ante el dilema que les plantea Aquel Que Permanece, y eso le obliga a enfrentarse a Sylvie y lo separa de ella.
Este Loki ha demostrado ser digno de confianza, y aunque sigue sin ser mi favorito, desde luego se ha ganado mi atención para la segunda temporada.
Fotograma de Loki
Puedes ver Loki en Disney+.