Hoy, 8 de septiembre, se celebra el Día de Extremadura, y qué mejor manera de conmemorarlo que recordando la que es probablemente una de las producciones más importantes que ha dado la comunidad extremeña al cine en los últimos años: la película animada Buñuel en el laberinto de las tortugas (Salvador Simó, 2019).
Del París de los artistas a la penuria hurdana
La cinta nos lleva al París de los años 30, en un momento en el que el estilo surrealista está en alza, con los españoles Luis Buñuel y Salvador Dalí como dos de sus figuras más destacadas. No obstante, la situación de Buñuel se ve sacudida por el escándalo provocado por su primera película: La edad de oro (1930), que pone en peligro su carrera como cineasta. Buñuel atraviesa una época oscura, sumido en el pesimismo y la incertidumbre. Su amigo Ramón Acín, tratando de animar al director, compra un boleto de lotería con el que le promete financiar su proyecto soñado, un documental sobre una de las zonas más deprimidas de España, Las Hurdes. El azar es maravilloso y el boleto de Acín resulta premiado, cumpliendo su promesa con Buñuel, con quien se embarca en el rodaje por tierras extremeñas. La película profundiza en la historia de amistad entre Buñuel y Ramón Acín, una figura mucho menos conocida por el gran público.
Fotograma de Buñuel en el laberinto de las tortugas
Por poner un contexto, el documental Las Hurdes, tierra sin pan, fue rodado por Luis Buñuel en 1933, y es uno de los documentales más interesantes y aclamados de la historia del género, tanto por lo que cuenta como por cómo lo cuenta. Buñuel se adentró en el paraje hurdano, que por aquel entonces era una zona muy deprimida, de una pobreza extrema, cuyos habitantes no conocían ni el pan. Es interesante ver el documental, de una gran crudeza, que además sirve para ridiculizar y denunciar el viaje que realizó el rey Alfonso XIII a la zona en 1922, prometiendo una prosperidad que nunca llegó.
De la viñeta a la pantalla grande
En primer lugar, es obligado recordar que la película está basada en el cómic homónimo lanzado por el historietista cacereño Fermín Solís en 2008 bajo el sello de Astiberri, y que volvió con una nueva edición en 2018, ya de la mano de Reservoir Books, a color y con algunos cambios de estilo, más cercanos al diseño final de la película.
El autor, que escribe y dibuja, se sumergió en una ardua tarea de documentación acerca de la figura de Luis Buñuel y del rodaje de Las Hurdes, tierra sin pan para crear el cómic, aportando además bastante material de su propia cosecha, dando lugar a una obra muy redonda, que ya desde su lanzamiento tuvo buena acogida. Es un caso muy interesante dentro de la carrera de Solís, marcada en mayor medida por ilustraciones de libros infantiles, que se sale de su zona de confort para crear un producto adulto y realista (o todo lo realista que puede llegar a ser un cómic basado en Luis Buñuel).
Viñeta del cómic que inspiró la película
Película “made in Extremadura"
El proyecto para convertir el cómic en película comienza en 2016, cuando José M. Fernández de Vega y Manuel Cristobal, productores, contactan con Solís interesándose por el cómic. El historietista dio carta blanca a los productores, que encargaron la dirección de la película a Salvador Simó Busom, una figura consagrada en el mundo de la animación, formado en el American Animation Institute de Los Ángeles.
La película, coproducida por la productora extremeña The Glow, entre otras, y con la colaboración de Televisión Española, contó con un presupuesto de 1,8 millones de euros, convirtiéndose así en la producción extremeña más cara de la historia.
Los productores de Buñuel en el laberinto de las tortugas
Del mismo modo que el cómic gozó de un reconocimiento temprano por parte de la crítica y el público, la película superó con creces todas las expectativas, consagrándose como una de las grandes cintas de animación en España. En un año en que competía, entre otras, con la fantástica Klaus, supo hacerse un hueco y consiguió numerosos galardones: el premio a Mejor Film de animación de los Premios del Cine Europeo, la Mención del Jurado en el Festival de Annecy, Mejor Película de animación en los Premios Platino y, probablemente el más importante, el de Mejor Película de Animación en los Goya. A todos estos premios se suman numerosas nominaciones, además de la presencia en la preselección de películas candidatas a los Oscar.
Una joya animada
El estilo de la novela gráfica de Fermín Solís destaca por ser muy expresivo y personal, en algunos casos resultando impactante, además de estar completamente en blanco y negro. Para la película se adopta el color y los personajes se rediseñan siguiendo un estilo más amable, que según los animadores “despierta más empatía”. Tampoco la historia se ciñe al cien por cien a la del cómic, por lo que funciona más bien como una adaptación libre.
Fotograma de Buñuel en el laberinto de las tortugas
Del mismo modo que los personajes siguieron un exhaustivo proceso de diseño, buscando aunar lo que ofrecía el cómic con las posibilidades de la imagen en movimiento, también la estética del entorno de las Hurdes siguió una meticulosa preparación. Como en el documental, las Hurdes es prácticamente un personaje más, por lo que debía recibir un cuidado tan importante como el dedicado a sus protagonistas. El equipo de diseño viajó a las Hurdes para tomar apuntes, con el objetivo de dar mayor veracidad al relato, transmitiendo la crudeza del territorio, representado sin idealizaciones. La película se desarrolla en dos escenarios fundamentales, muy bien diferenciados: por una parte París y por otra las Hurdes, que sirven para dar un contraste muy marcado, en el que si París se representa de forma perfectamente medida y rectilínea, las Hurdes tomará formas más afiladas y desgastadas.
Fotograma de Buñuel en el laberinto de las tortugas
La animación únicamente se rompe en el momento en que Buñuel filma la vida de los hurdanos. Del rodaje solo vemos al equipo de Buñuel tras las cámaras, mientras que lo que el director graba se muestra con imágenes reales extraídas del propio documental, diferenciando lo real de lo ficticio, en una mezcla que resulta muy llamativa y original.
Merece la pena mencionar las escenas oníricas y de flashback, que despliegan un rico imaginario de estilo surrealista, con elementos propios de la pintura de Dalí, por ejemplo, que ayudan a comprender en mayor medida las tribulaciones de la vida de Buñuel.
Fotograma de Buñuel en el laberinto de las tortugas
Buñuel en el laberinto de las tortugas está disponible completamente gratis en la plataforma RTVE Play, de Televisión Española. Si te la perdiste en su momento, te recomendamos que le eches un vistazo a esta gran joya de la animación española, y si puede ser en el día de Extremadura… ¡mucho mejor!