La muerte es dura, fría y aterradora, pero hay quienes encuentran algo bello en ella. Como dice el médico en Amanece que no es poco (Jose Luis Cuerda, 1989) con el hijo del moribundo: "Se te está muriendo divinamente. Nunca había visto a nadie morirse tan bien como lo está haciendo tu padre. ¡Qué irse! ¡Qué apagarse! ¡Con qué parsimonia!".
Pues si la desternillante Amanece que no es poco puede hacerlo, entiendo que nosotros también podremos evaluar y someter a competición las mejores muertes en la historia del cine.
10º - Marion Crane - Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960)
En décima posición está la que seguramente sea la más conocida de todas. No solo por su montaje abrupto, una actriz brillante o una música afilada y letal (que Hitchcock no quiso meter en un principio), sino también por su papel en el relato. Y es que, en 1960, ver morir a la protagonista cuando todavía quedaba media película, no era, ni es, lo más habitual.
9º - Mufasa - El rey león (Rob Minkoff y Roger Allers, 1994)
No hay niño ni padre que no recuerde con horror el asesinato del mejor rey habido y por haber. Ese momento tan trágico para el pobre Simba que desembocará en la huída de su comunidad a un mundo de yupi, sin preocupaciones o responsabilidades. ("Vive y deja vivir", dicen). Afortunadamente, es el ciclo de la vida, y en El rey león todo nace, muere y vuelve a nacer. En el caso de Mufasa, a través de su hijo cuando este se hace mayor.
8º - Condenado anónimo - El verdugo (Luis García Berlanga, 1963)
Ese hombre que se acerca al garrote vil, a rastras y sin fuerzas, no es la víctima, sino el verdugo. Y es por él por quien esta película se cuela en la lista de las mejores muertes del cine. Porque a veces es más dura la muerte para el asesino que para el asesinado, y más interesante aún si con ella hablas, entre risas, de una España trágica, cruel y atormentada.
7º - Jim - Sed de mal (Orson Welles, 1958)
El plano secuencia de apertura que marca el inicio de tantos referentes, ese que ahora todo director con aspiraciones autorales parece que tiene que referenciar, es propiedad instrasferible de Orson Welles. La bomba en el coche, la tensión de no saber en qué momento estallará, de quién estará cerca cuando ocurra, el incansable tic tac, el instante eterno… Ese es el comienzo de Sed de mal hasta que, por un brusco corte, todo explota. Corta no solo el plano secuencia, sino también el beso de los protagonistas, dejándonos claro que su relación no va a estar hecha para sobrevivir al crimen de este lugar.
6º - John Doe - Seven (David Fincher, 1995)
La justicia poética sobrevuela las historias y plasma los mensajes y los dilemas sin que nos demos cuenta. Pocos lo han hecho tan bien como John Doe, en una actuación suicida en la que él, su enemigo, y, por subtexto, la sociedad, mueren al mismo tiempo. Esa escena de la cabeza en la caja tan macabra y con la que tanto costó convencer a los productores, pero por la que ahora todos recordamos Seven.
5º - Capitán Hank Quinlan - Sed de mal
Si un buen final condensa todo aquello que define la película, es inesperado e inevitable al mismo tiempo y resulta entretenido a la vez que bello, Sed de mal, definitivamente, tiene un final perfecto. Se carga de simbolismo en cada plano y en cada uno de sus incansables giros para completar una obra redonda que, no sin motivos, se ha ganado dos puestos en este ranking.
4º - María - El doctor Frankenstein (James Whale, 1931)
No hay muerte más trágica que la de la pequeña María a manos de una pobre bestia que no es capaz de diferenciarla a ella de una bella flor. El monstruo de Frankenstein es inocente e ingenuo, como ella, y solo quiere participar en el juego de tirar las flores al río. Y es que él no es humano, pero es producto de la humanidad. Al fin y al cabo está hecho de cadáveres humanos así que lo es literal y metafóricamente. En ningún momento de la película o de la novela peca como nosotros lo hacemos, pero le achacan a él lo que en verdad es pecado humano y solo humano.
3º - Brian - La vida de Brian (Terry Jones, 1979)
La comedia es difícil, delicada, y no tan atemporal como otros géneros, así que cuesta pensar en películas a las que les hayan tratado tan bien los años como a La vida de Brian. Por eso, aunque no sea explícita, la primera muerte en el podio se la lleva, sin lugar a dudas, el pobre Brian. Y es que estos muchachos en unos días estarán criando malvas, y solo con el humor de los Monty Python se pondrían a cantar "always look on the bright side of life".
2º - Bing Bong - Del revés (Pete Docter y Ronaldo del Carmen 2015)
En una película dirigida al público infantil innovadora, precisamente, por poner en valor una emoción como la tristeza. Así, el momento más bajo para los personajes tenía que ser, por necesidad, triste a más no poder. Y es que Bing Bong personifica la infancia, y que tenga que morir para poder continuar la aventura, y por ende, que la protagonista madure, esconde la verdad más triste del ser humano. A la hora de crecer, la infancia debe quedar atrás, olvidada, del mismo modo que este entrañable personaje se desvanece en el trágico vertedero de recuerdos.
1º - El malo - El bueno, el feo y el malo (Sergio Leone, 1966)
Y la primera posición, como no podía ser de otra manera, es para El bueno, el feo y el malo. Ese duelo final, que más que duelo es ruedo, la dilatación temporal, la música de Ennio Morricone, tres actores míticos… todo envuelve una de las mejores escenas de Sergio Leone. Como en una plaza de toros, tres bestias se baten en duelo ante mil espectadores que ya pasaron al otro barrio. Mil tumbas que la guerra civil ha dejado allí, en mitad del desierto, observan el espectáculo de violencia en el clímax de una obra que es, precisamente, una reflexión sobre la violencia.