Si te interesa el terror, y más concretamente el terror español, el nombre de Alberto Marini debería, como mínimo, sonarte. El productor, director y guionista italiano ha formado parte de los equipos de algunas de las películas de thriller y terror más populares e influyentes de los últimos 20 años, como la trilogía REC (Paco Plaza y Jaume Balagueró), El desconocido (Dani de la Torre, 2015), Tu hijo (Miguel Ángel Vivas, 2018) o Mientras duermes (Jaume Balagueró, 2011), que cumple 10 años justo hoy.
Hemos tenido la suerte de poder conversar con él acerca del aniversario de la película y del género de terror en España.
¿Cómo surgió la idea de hacer Mientras duermes?
Para Mientras duermes tenemos que ir muy atrás, bastantes años antes de que se rodara la película. Creo que el detonante fue un momento vital para mi familia. Fue cuando mi mujer y yo quisimos mudarnos a Nueva York. Estábamos ahí de viaje y dijimos: “Nos gustaría vivir aquí”, así que visitamos un par de viviendas con el agente inmobiliario. Lo que entendimos rápidamente es que no podíamos permitirnos vivir allí por los costes, pero lo que nos impactó de Manhattan, sobre todo, cuando te enseñaban el piso, fue que te hablaban del portero y te lo presentaban. El portero era, en la realidad neoyorquina, una persona esencial, porque entra en tu vida, le tienes que caer bien… Es un compañero de vida que va junto al piso. Me recordó a cuando yo vivía en Italia, en Turín, que la portera tenía también la llave de nuestro piso, y no era infrecuente volver del cole y ver que estaba en casa entregando un paquete o haciendo una gestión. De ahí pensamos: “¿Este portero neoyorkino va a entrar en nuestra vida? ¿Y si es un chalado? ¿Y si es malo?”.
Ahí nace la idea de convertir el personaje de una película película que yo tenía en la cabeza sobre una persona que disfruta con la maldad ajena en portero. Existe el perfil psicológico: alguien que necesita estar rodeado de más dolor que el suyo. Entonces fue llenar esta caracterización con el trabajo del portero.
Fotograma de Mientras duermes
Después escribí el guion en spec, en mi tiempo libre, y mi idea era dirigirlo yo. Una vez acabado, se lo di para leer a algunos amigos en los que confiaba, entre ellos Jaume Balagueró. Le gustó y en principio iba a entrar como productor ejecutivo, pero más tarde se ofreció a dirigirlo. Yo pensé que mejor que Jaume no lo rodaría nadie, así que cambiamos los cromos.
Filmax se portó muy bien, me ofreció la oportunidad de quedarme, no solo como guionista, sino como productor ejecutivo. Con Jaume hablamos también de los posibles cambios, de cosas que para mí eran esenciales para el proyecto. Fue muy respetuoso.
Respecto a estas partes esenciales del proyecto, ¿cuál es tu escena o parte favorita de la película?
La esencia es el personaje, César. Lo importante era que se mantuviera la filosofía del villano: este sufrimiento interior, esta necesidad de desahogarse y encontrar la razón de vivir en la infelicidad ajena. Era importante que no se cambiara esto, que no se convirtiera en un voyeur, o simplemente, que no se le encontrara una justificación racional a su maldad.
Estamos muy acostumbrados a que un personaje que es malo tenga una justificación o una cara amable y César es sencillamente malvado.
Es una maldad desde su sufrimiento. El por qué sufre no es fácil de explicar, porque no está en la racionalidad. Está en la psicología y la perturbación de la mente. Ojo, a mí me chirría mucho cuando un malo es malo porque sí, simplemente no queríamos que la razón de la maldad fuera racional.
Hay gente que sufre y se hace daño a sí misma, y hay gente que, al contrario, encuentra el desahogo en hacérselo a los demás. César entra ahí.
Fotograma de Mientras duermes
En algunos momentos, hasta logras empatizar con César, aunque sepas que lo que está haciendo es deleznable.
El dolor, el dolor compartido. Si entiendes el dolor, empatizas. Te identificas. No quieres lo que él quiere, pero sufres con él, y esto es el ABC del guion.
A lo mejor esto es demasiado filosófico o pretencioso, pero para mí, uno de los puntos de salida de Mientras duermes es una frase de Nietzsche, que era un atormentado: “Si no fuera por el consuelo que me ofrece el suicidio, no superaría muchas noches de verano”. Siempre me impactó esta frase. Me pareció interesante construir un personaje que tuviera esta filosofía de vida.
Mientras duermes es muy ingeniosa en cuanto a cómo César consigue atormentar a los demás. Tiene incluso cierto punto de humor negro: aunque no quieres que haga daño a la gente, encuentras algo de placer en lo inteligente que puede llegar a ser para torturar a los demás.
Cuando pitcheábamos el proyecto y lo estábamos desarrollando, a veces la gente se quedaba impactada con ese personaje: “Qué malo, ¿la gente va a empatizar con él?”. Después hablabas con ellos, y a la gente también se le ocurrían ideas de cómo hacer el mal.
Fotograma de Mientras duermes
Yo creo que el acierto es que el daño que hace César no es físico, es más una persona que puede causar dolor psicológico. Esto implica una inteligencia emocional del personaje. Necesita conocer a su víctima, saber qué le hace feliz para destruir su felicidad, y esto le da cierta inteligencia y necesidad de usar su cerebro.
Él mide sus acciones en base a su víctima, y hay gente que entra en depresión muy fácil, así que para él sería muy fácil crear dolor o mal rollo. Esto iba a ser casi cómico. Al contrario. Nuestra idea era que él siempre había sido un tío que había elegido a una persona feliz y había conseguido destruir su felicidad. Él encuentra a una chica positiva, y entonces el juego ya se hace serio. Ahí vas a situaciones mucho más duras y extremas, tanto para la víctima como para César.
Se dejan pistas de que tampoco es una cosa nueva para César, por ejemplo, ha estado trabajando en varios edificios como portero. En Clara encuentra a la persona que debe destruir a toda costa. ¿Crees que si Clara hubiera mostrado debilidad antes, César la hubiera dejado en paz?
Sí, estoy seguro. Si Clara hubiese reaccionado antes, se hubiese derrumbado o simplemente hubiera tomado píldoras a los ojos de César para mostrar que estaba triste o destrozada, César la hubiera dejado. Pero no. Y esto hace que el juego siga.
Desde tus primeros proyectos está claro que hay una pulsión por tu parte hacia el género de terror.
Yo estoy en esto porque me encanta el género. De pequeño quería ser futbolista, veterinario y también director de películas de terror. El clic me lo dio una película de Dario Argento, que fue rodada en mi ciudad, en una casa relativamente cerca, Profondo rosso (1975). Lo pasé fatal de niño. Recuerdo que la ví en VHS en distintos tramos, no entera, porque me aterraba. Haber superado esta peli me dio la sensación de haber superado una prueba existencial importante. Es como cuando consigues correr 10 kilómetros en el tiempo que te has propuesto. A mí me demostró que ya era un niño mayor.
Fotograma de Profondo rosso
Sin que se me malinterprete, a mí me fascinó tener el poder de asustar tanto a las personas. Yo quiero tener el poder de aterrar tanto. He tenido la suerte de trabajar casi siempre en el género, de encontrarme con gente como Jaume Balagueró y Paco Plaza, trabajar en Filmax… Después me he dirigido al thriller y otros géneros, pero mi gran amor es el terror.
Es algo de titiritero, tal vez insano. Creo que es algo que todo contador de historias contiene. Cuando cuentas una comedia, en realidad, ¿qué quieres? Controlar la risa, la felicidad, la emoción del público. Tener la posibilidad de asustar al prójimo… Te da poder, y es fascinante.
¿Crees que se produce suficiente terror en España?
Creo que hubo un boom con los discípulos de Alex de la Iglesia: Bayona, Balagueró, Plaza, Miguel Ángel Vivas, Paco Cabezas y tal vez hay más que ahora no me salen. Desde 2005-2010 han salido muchas pelis de género que han generado interés en España y sobre todo fuera. Por ahí, que una película de género fuera española era un plus, había un respeto enorme. Yo viajaba mucho por trabajo, estaba en Filmax como productor ejecutivo, e ir a pitchear una película de terror española… tenías cola para escucharte.
Estos chicos habían conseguido generar una serie de películas que tenían éxito en todo el mundo. Sobre todo, generaron referentes para estudiantes de cine de género, que tenían el referente ya no solo en Estados Unidos, sino muy cerca de ellos. Esto te inspira y te motiva mucho.
Fotograma de REC
Después yo creo que, como siempre, la industria ha entrado como un elefante en una cacharrería, se han producido pelis de terror a saco, porque había un buen nombre y una buena fama de la industria del terror española, y se han producido pelis demasiado comerciales, o demasiado clones de otras… Me meto yo dentro también, no es cosa solo de los demás. Creo que el género español perdió el impacto que había conseguido antes.
Últimamente, a nivel comercial se ha retomado el interés por el género, y veo que se está produciendo bastante, con la madurez necesaria, sin dar esos bandazos que se dieron después de REC (Balagueró y Plaza, 2007) o El orfanato (Bayona, 2007). Verónica (Plaza, 2017), El hoyo (Gaztelu-Urrutia, 2019) o Malasaña 32 (Pintó, 2020) son proyectos muy interesantes y están demostrando que el género de terror es de los pocos que aguanta en sala como experiencia colectiva. A nivel de mercado siempre hay acogida, y creo que ahora hay una nueva generación de directores y directoras (además de directores y directoras consagrados) que siguen haciendo cine de género y están proponiendo cosas interesantes.
Fotograma de El hoyo
Alex de la Iglesia ha vuelto al terror, Jaume vuelve a dirigir terror, se está haciendo ahora el remake de Historias para no dormir… es muy bonito lo que se está viviendo en el género en España.
Parece que el panorama para el thriller y terror en España sigue sano, ¿no?
Thriller diría que a lo mejor a través de series, en cine no lo tengo tan claro ahora mismo. Tiene un público adulto que se ha acostumbrado a ver, por la pandemia, las películas en casa. Los jóvenes son más de salir y… No sé, no tengo tan claro que el thriller español lo tenga fácil. Son modas, es difícil decir. Tal vez me equivoco.
Después de Mientras duermes has participado en varios otros proyectos dentro del terror y el thriller. Creaste La unidad (2020), de la que se espera una segunda temporada.
La segunda temporada ya está. Solo queda el tema de programación. Saldrá pronto: el montaje está cerrado, está en fase de sonorización, sonido, efectos… Está casi acabada. Como hay mucha demanda, estoy también en una serie sobre las mafias criminales internacionales que se mueven en Marbella, que es también un mundo interesante, y he tenido la suerte de estar en el remake de Historias para no dormir, que es un regreso al terror y eso siempre es bonito.
Banner promocional de La unidad
Cuestionario MILANA: ¿Cuál sería la película/serie…
… que verías por enésima vez?
Érase una vez en América (Sergio Leone, 1985) y Friends (Marta Kauffman y David Crane, 1994-2004)
… para ver de resaca?
Suspiria (Dario Argento, 1977) y The White Lotus (Mike White, 2021)
… para no pegar ojo?
Profondo rosso (Dario Argento, 1975) y la primera temporada de American Horror Story (Ryan Murphy y Brad Falchuk, 2011)