La película española más taquillera de la historia es una comedia. Ocho apellidos vascos (Emilio Martínez-Lázaro, 2014) batió unos récords en taquilla que nadie se imaginaba y puso a la comedia en el lugar que merecía. En España, como en todas partes, nos gusta reírnos y sabemos apreciar cuando alguien nos hace reír bien, porque sabemos que no es fácil.
Las siguientes son 10 comedias españolas que, más cerca o más lejos de lo convencional, tienen algo que las diferencia y las hace especiales, y, por lo tanto, una razón para darles una oportunidad.
La escena inicial. Primos (Daniel Sánchez Arévalo, 2011)
“Te prequiero. No te digo que te quiero, porque es pronto y te vas a asustar”.
Diez años han pasado desde que el personaje de Quim Gutiérrez citó a su familia y amigos en la iglesia el día de su boda, obviando el pequeño detalle de que la mujer con la que se iba a casar no pensaba presentarse. Ese monólogo inicial que se mantiene con un primer plano del protagonista hasta que descubrimos que está en una iglesia con la mitad de los asientos vacíos se convirtió en un icono, una referencia de un buen inicio para una buena comedia.
Una nueva forma de producción. El mundo es nuestro (Alfonso Sánchez, 2011)
“La pasta no se gana currando”.
Esta fue la primera película española que empleó el crowdfunding como una de sus fuentes de financiación. Aunque fue un sistema criticado por algunos sectores de la industria, hizo posible que pudiéramos llegar a presenciar el atropellado atraco del Culebra y el Cabesa, dos personajes que ya habían triunfado previamente en internet.
Los límites de la ficción. Carmina o Revienta (Paco León, 2012)
“Me llamo Carmina, tengo 58 años y el primer cigarro me lo fumé con 7 años”.
Otra forma de romper moldes en cuanto a la producción fue la de Paco León con Carmina o Revienta, que estrenó simultáneamente en cines, en DVD y en internet. Sin embargo, lo verdaderamente interesante de la película acabó siendo la difusa línea entre el personaje y la persona, el juego que hacen la protagonista y el director, madre e hijo, con la realidad y la ficción.
Las historias cruzadas. Una pistola en cada mano (Cesc Gay, 2012)
“—Tiene una disfunción eréctil. —¿Dónde?”
Cesc Gay utiliza las historias cruzadas para hacer una radiografía de la masculinidad, de la inmadurez y la miseria. Ocho hombres viven una época complicada de sus vidas en el mismo momento. A través de situaciones corrientes de la vida la película habla del amor, el sexo, la infidelidad o los traumas desde una perspectiva cómica.
Cine sobre cine. Encallados (Alfonso Zarauza, 2013)
“Sí, hombre, sí, Zarauza es ese que dirigió La noche que dejó de llover, una película que no vio nadie”
Rodada en blanco y negro y en 16mm, Encallados cuenta la historia de tres cineastas que tienen pocos días para preparar el guión de una película sobre la tragedia del Prestige. Desde el humor y la crítica a la industria se construye una película a base de diálogos que se ríe del propio proceso de creación cinematográfica.
El atrevimiento. Negociador (Borja Cobeaga, 2014)
“Que me pongas con la Moncloa. Vamos a arreglar el asunto este los mayores”
Hacer comedia sobre el terrorismo. Concretamente, sobre ETA. Y más concretamente, sobre un político vasco que lleva las negociaciones con la organización terrorista. Borja Cobeaga, que unos años después haría, con la misma temática, Fe de etarras, rompe el hielo en España para hablar del conflicto vasco desde un punto de vista humorístico.
La frescura. Requisitos para ser una persona normal (Leticia Dolera, 2015)
“—Una persona normal tiene un trabajo, casa, pareja, aficiones, vida social, vida familiar… y es feliz. —Y usted cree que cumple todos esos requisitos. —Todos. Claramente.”
Esta es la película que le valió a Leticia Dolera la nominación al Goya. Partiendo de una chica que quiere convertirse en una persona normal y un chico que quiere adelgazar, la película se convierte en algo sencillo, romántico y con mensaje. Una comedia indie que, más que hacernos reír, lo que consigue es tenernos hora y media con una sonrisa en la cara.
El humor negro. El rey tuerto (Marc Crehuet, 2016)
“Yo tengo ojo para estas cosas. Quiero decir, que tengo vista. Que veo bien.”
Aunque es común ver obras de teatro llevadas al cine, El rey tuerto destaca por su uso del humor negro para contar una historia que es, en realidad, un drama. La premisa es simple: en una cena de parejas coinciden, sin saberlo, un policía antidisturbios y un activista que perdió un ojo por un disparo en una manifestación. Así, los cuatro únicos personajes de la película van descubriendo lo que ocurrió en aquella revuelta.
La verdad. Muchos hijos, un mono y un castillo (Gustavo Salmerón, 2017)
“Ya tenía los hijos, ya tenía el mono. Ahora lo que necesitaba era el castillo”
Durante catorce años, el actor Gustavo Salmerón se dedicó a grabar a su madre y a toda su familia en la búsqueda de la vértebra perdida de su bisabuela. Julita, la protagonista y madre del director, siempre dijo que su sueño era tener muchos hijos, un mono y un castillo. Y así fue. Desde el documental, Salmerón nos presenta a su familia en un viaje no sólo divertido, sino real.
El delirio. Ventajas de viajar en tren (Aritz Moreno, 2019)
“¿Le apetece que le cuente mi vida?”
Comparada con una muñeca rusa, la estructura de esta película es difícil de entender. También es innecesario intentar comprenderla, porque verla es una experiencia delirante, por momentos absurda y laberíntica. Y además, divertida. Se mueve no solo entre la comedia y el drama, sino que explora lo terrorífico y lo extravagante.
¿Dónde puedes ver estas películas?
El rey tuerto (Filmin), Muchos hijos, un mono y un castillo (Filmin), Negociador (Filmin), Carmina o Revienta (Filmin), Primos (Prime Video), El mundo es nuestro (Filmin), Una pistola en cada mano (Filmin), Ventajas de viajar en tren (Movistar+).