El director y guionista cuenta con hasta seis películas ambientadas en esta época, ¿qué tiene la Navidad para ser el telón de fondo perfecto de una peli de acción?
A todos nos gusta el dulce pero es verdad que estas fechas pueden llegar a ser empalagosas hasta para el más navideño de los espíritus. Es por eso que gravitamos hacia películas como La jungla de cristal (John McTiernan, 1988); películas de acción que conservan un mínimo elemento navideño, suficiente para que tengamos la excusa de verlas en esta época del año.
Pero antes de que el inolvidable policía neoyorquino John McClane salvara la Navidad en el Nakatomi Plaza ya había un guionista perfeccionando el Christmas Action Flick: Shane Black, al que conocemos por primera vez no en un portal de Belén, sino en lo alto de un edificio cubierto de luces navideñas donde una mujer se va a tirar al vacío, en la primera escena de Arma letal (Richard Donner, 1987).
Las dos formas de pasar la Navidad
Riggs y Murtaugh protagonizan cuatro películas y una serie de Arma letal
Arma letal es la primera de una de las sagas más famosas del cine, además de ser la carta de presentación de Shane Black como guionista y creador de la frase que se nos pasa a todos por la cabeza cuando vemos a según qué personas entrar por la puerta en Nochebuena:
«Ya soy demasiado viejo para esta mierda.»
Roger Murtaugh
La carrera de Shane Black empieza con el “Jingle Bell Rock” de Bobby Helms que suena mientras vemos los créditos iniciales, seguido inmediatamente de la violenta primera escena con la que capta nuestra atención. Su filmografía va a ir sobre el contraste, ejemplificado a la perfección en los dos protagonistas de su ópera prima.
Riggs y Murtaugh (Mel Gibson y Danny Glover) son auténticos polos opuestos. Mientras uno pasa un cumpleaños feliz con su familia modélica, el otro se emborracha y reserva una bala para el día en que decida volarse la tapa de los sesos. Representan la alegría de la familia contra la tristeza de la soledad, el hombre canoso contra el joven temerario, el perro de Riggs contra el gato de Murtaugh…
Black usa el mismo planteamiento al diseñar el personaje de Samantha (Geena Davis) en Memoria letal (Renny Harlin, 1996), donde la idílica navidad de un pequeño pueblo es invadida por su pasado como una agente secreta que se carga a los malos con la misma facilidad con la que desaparece el turrón de Suchard de la mesa de la cocina.
Samantha sufre amnesia durante 8 años, pero sus enemigos no se olvidan de ella
Años más tarde, ya consolidado como una figura de Hollywood, Shane Black escribe y dirige Iron Man 3 (2013). La banda sonora nos devuelve el “Jingle Bells” de Arma letal mientras Tony Stark (Robert Downey Jr.) se prueba su nuevo traje de superhéroe y los motivos navideños que rodean la historia nos recuerdan a esa dicotomía en la que se encontraba la protagonista de Memoria letal 17 años antes: familia vs. violencia.
En Iron Man 3 vemos a Tony siendo vulnerable por primera vez, sufriendo las secuelas mentales de la invasión alienígena de Los Vengadores (Joss Whedon, 2012). La historia nos lleva de nuevo a un pequeño pueblo cubierto de nieve y decoraciones navideñas donde el frío y cínico Iron Man conoce a un niño desesperado por encontrar una figura paterna. A Tony le pica el gusanillo de la familia, algo que el universo Marvel recoge en futuras entregas, y Shane Black no pierde la oportunidad de dar el mismo mensaje que daba con Memoria letal: ser un héroe de acción mola mucho, pero nada mola tanto como pasar la navidad a salvo con los que te quieren.
El verdadero significado de la Navidad
Es en su debut como director con Kiss Kiss, Bang Bang (2006) donde refina su estilo como autor: diálogos ágiles, uso del narrador, referencias a otras películas, rotura de la cuarta pared… Al ponerse en la silla de director, Black se siente completamente libre para parodiar y experimentar con el género, y descubrimos de la mano de Harry (Robert Downey Jr.) lo entretenido y cómico que puede ser ver a una persona derrumbarse cada vez que apunta su pistola hacia alguien, sabiendo que precisamente está en la fecha menos indicada para hacerlo.
A falta de luces navideñas, en Kiss Kiss, Bang Bang tienes explosiones
Pero lo realmente transversal en toda la filmografía de Shane Black no es la Navidad, sino sus personajes principales y la herida que todos ellos llevan dentro. Desde Riggs en Arma letal hasta Harry en Kiss Kiss, Bang Bang, pasando por Joe (Bruce Willis) en El último Boy Scout (Tony Scott, 1991) y March y Healy (Ryan Gosling y Russell Crowe) en Dos buenos tipos (Shane Black, 2016), los personajes creen no ser merecedores de ser queridos. El mensaje es que si la familia es el mayor regalo, odiarse a uno mismo es el mayor castigo, por eso siempre es Navidad en el mundo de Shane Black, porque no hay nada más duro que estar triste cuando todo lo que te rodea es feliz.
Estas fechas pueden ser difíciles para muchos, una idea que la típica película navideña no concibe, pero que el cine de Black abraza por completo. En sus películas los personajes no se enamoran, ni descubren el significado de la vida, ni se reconcilian con los fantasmas de las Navidades pasadas; lo que sí hacen es reconciliarse con ellos mismos, y encuentran cobijo en aquellos que ni se imaginaban que podían proporcionarlo. Dicen que los amigos son la familia que uno elige, y aunque en la mayoría de las ocasiones no la elijas, para Shane Black, la familia está donde uno la encuentra.
Shane Black no se resiste a poner una escena navideña al final de Dos buenos tipos