Alejandro G. Calvo es director de Sensacine, una de las webs de cine más populares en España. Aprendió de forma autodidacta, y en los últimos años se ha popularizado gracias al canal de Youtube en el que hace críticas, entrevistas y reflexiones sobre cine. Algunos de sus vídeos han llegado al millón de visualizaciones. En esta entrevista hablamos con él sobre la crítica cinematográfica, el amor por el cine y sobre cómo ha llegado a conectar con tanta gente en Youtube.
Sensacine empieza en 2009, directamente como revista online. ¿Cómo surge en esos años la creación de la web?
Sensacine se lanza en España porque Allocine, la multinacional francesa, buscaba expandir su modelo. En Francia eran números uno y siguen siéndolo, a un nivel bestial, dentro de lo que es el periodismo cinematográfico online. Pensaron que se podía exportar a otros países y empezaron por España. A mí me contactaron y me pusieron de redactor jefe… y único redactor. Éramos dos en Sensacine cuando empezamos.
¿Cómo fue el proceso de dar el salto a la videocrítica y a Youtube?
A mí me hacen director en el año 2014 y, de repente, me toca gestionar todo; ya no solo el contenido editorial sino todo lo que es el mundo web. En esos años trabajé muy estrechamente con mi redacción, a la cual quiero muchísimo, mientras la empresa no dejaba de crecer: el grupo fue absorbido, empezaron a entrar más webs, más gente, etc.
Trabajar para internet significa que tienes que saber de periodismo, tienes que saber, en mi caso, de crítica, pero también tienes que conocer la tecnología, y la tecnología cambia cada 6 meses. Cada 6 meses sale algo nuevo y hay que estar siempre haciendo cosas nuevas. Igual que tuvimos que aprender a hacer Facebook, igual que tuvimos que estudiar el SEO, una de las cosas que tuvimos que aprender fue a hacer vídeos. Me pegué un verano, creo que el de 2016, viendo qué había de cine en Youtube por todo el mundo. Y después de pasarme todo el verano viendo vídeos dije: «yo no soy capaz de hacer nada de lo que se hace por aquí. Yo sé hacer esto, que son críticas». A la redacción sí que les propuse hacer distintos programas: vídeos en directo, facebook live...
Empezamos con muchísima cantidad de vídeos en todas las plataformas, y se ha ido depurando mucho en función del éxito. Yo hacía muchos vídeos que se han dejado de hacer porque me quedé con los que funcionaban. Y al final lo que ha funcionado más, curiosamente —y es una felicidad— son aquellos vídeos en los que la crítica de cine está más presente. Nunca nunca ha habido un: «Vamos a hacer esto, que lo va a petar». Es más: «Vamos a hacer esto que me apetece hacer». Nunca ha sido algo muy cerebral, sino muy instintivo, y ha sido una sorpresa el poder conectar con tanta gente.
La gran sorpresa de Youtube, para mí y para Verónica —que es quien me realiza y edita— fue que cuanto más estilizábamos el trabajo, cuanto más osábamos meternos en un lenguaje que no era muy propio de Youtube, mejor funcionaba. En Youtube te decían: «vídeos cortos y divertidos». Y yo decía: «pues acabo de hacer un video de dos horas sobre western clásico». De hecho, mis jefes no lo veían bien, porque había que ser divertido, de actualidad, de noticias, de «te explicamos el final»… Esos vídeos, que me parecen espantosos. A mí me gustaba otra cosa. Y la gente me lo ha devuelto. Es una pasada. El vídeo del western lleva 900.000 reproducciones. Es una locura, porque son dos horas pegando una chapa increíble sobre western clásico. No me lo puedo creer, y a la vez me hace tremendamente feliz.
¿Qué hace interesante a una crítica?
Yo lo leo todo, y tengo claro que a mí me gusta la crítica más profunda, más ensayística. Valoro mucho el periodismo porque yo no soy periodista, yo soy químico. Y cuando leo un texto periodístico de cine bien escrito, bien argumentado, me ayuda muchísimo para construir mis vídeos. En crítica, llevo muchos años dedicándome a ello y leyendo muchísima y me gusta que sea ensayística, pero también que sea emocional. Y me gusta la crítica que me abra la mirada. Lo que yo hago es lo que me sale, porque no sé hacer otra cosa. Pero tengo una voluntad muy clara, también, de abrir la mirada. Si tú estás viendo mis vídeos, que yo sea capaz de descubrirte más películas, más directores… es para que tu experiencia como espectador crezca.
Es como aprendí yo, que no estudié. Nadie me ha enseñado a hacer crítica, no he ido a una universidad a aprender historia del cine. Todo lo aprendí yo solo y fue a través de los críticos que fui descubriendo la historia del cine y la historia de la crítica. Y también me gusta muchísimo democratizar el cine. No distingo entre un cine importante y un cine no importante. No creo que nadie sea más listo por haber visto más películas, respeto todos los gustos. Y a partir de ahí, de ese contexto, intento reflexionar mucho sobre el cine, la imagen cinematográfica, la puesta en escena… las cosas que yo considero importantes en una película.
¿Cuál es tu criterio para hacerlas?
Yo soy mucho de puesta en escena, mucho más que de argumento. Me interesa mucho estudiar el lenguaje cinematográfico. Pero, al mismo tiempo, todo lo que hago es tremendamente personal. Puedo desligarme de la opinión o del gusto, eso sí. Porque no le veo valor que algo me guste a mí o no. Pero sí que trato de meter la emoción que yo siento como espectador, como crítico, y trasladarla de una forma natural. Es decir, yo me pongo a grabar… y sale lo que sale. Y si eso conecta con la gente, genial. Si eso hace que la gente empiece a ampliar su mirada sobre el cine, genial. Si eso hace que la gente descubra películas y directores, genial. Me gusta mucho potenciar la curiosidad, porque creo que si te gusta el cine, si quieres ser crítico, esa curiosidad siempre tiene que existir. Te cierra mucho como crítico el momento en el que decides no tener curiosidad y pensar: «esto no me lo veo porque es un rollo» o «esto es una tontería, yo no veo pelis de Marvel, yo no veo pelis de Apichatpong».
También hay espectadores que no quieren ser críticos, simplemente quieren saber cómo está una peli. Con lo que también hay que saber ser capaz de tener ese doble lenguaje, un doble alcance, para llegar tanto al que controla como al que no controla.
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¿Cómo se hace una buena crítica de una película con la que no has conectado?
De todo hay que hablar con respeto. A mí me lo dijo una vez Hilario J. Rodríguez, que es uno de mis críticos de cabecera. Me dijo: «yo tengo una regla: jamás hables de alguien como no te gustaría que hablen de ti» Y eso lo trato de aplicar: si algo no te gusta, no te gusta. Tienes que explicarlo, pero hazlo desde el respeto absoluto, a la obra en sí, al director y la gente que si le gusta. No es tan difícil. Sé que no es tan divertido, tan atractivo… Si yo hiciera críticas destrozando películas, tendría el triple de audiencia. Es el modelo de Carlos Boyero, de: «Me pica la curiosidad, vamos a ver cómo este señor insulta esta película.» Estoy radicalmente en contra de eso. Todo el respeto para Boyero, pero yo no estoy en ese juego. Me parece un modelo de pensar amarillista más que de crítica. Yo busco contagiar amor por el cine, no odio.
¿Cómo se hace una buena entrevista? ¿Cómo se consigue no hacer la pregunta típica que se ha preguntado mil veces?
Todo lo han preguntado mil veces, todo. Es así. En las entrevistas de cine la primera regla que te ponen es solo preguntar cosas sobre la película. Así que vas a preguntar algo que seguro que ya ha preguntado todo el mundo, y pasarte de original no suele funcionar. Hay un momento en el que tienes que decidir. La primera pregunta que yo hago siempre es general, abierta y se la han hecho todos. Porque quiero que de entrada ellos estén a gusto, en una zona de confort, que vean que no soy un tío agresivo que entra preguntando algo muy raro. Eso lo suelo aplicar, a no ser que vaya con muchísima confianza a la persona que esté entrevistando, porque me conoce, porque ya he entrevistado otras veces... Con los actores y directores extranjeros es más difícil, porque aunque les haya entrevistado no se acuerdan. Pero con los españoles sí que me manejo para entrar por otro lado.
Lo importante es preguntar lo que quiero saber. No debería ser tan difícil. Acabo de ver esto y me ha llamado la atención esto, esto y esto. También es verdad que luego las entrevistas no las ve nadie, hacemos millones de entrevistas y no se ven nada… y para eso no he encontrado solución.
¿Qué crítico o crítica nos recomiendas?
Yo los críticos que admiraba de chaval los sigo admirando a día de hoy. Quedándonos en casa: Carlos Losilla, Sergi Sánchez, Ángel Quintana o Eulalia Iglesias, que es maravillosa. Justo este año han venido tres libros de Santos Zunzunegui, que es un tipo muy fuerte, muy radical, sobre puesta en escena. Es como un profesor que te abofetea. Grabo el lunes el nuevo A Quemarropa y dedico mucho a Bresson. Y a Bresson, Zunzunegui lo explica como nadie, por ejemplo.
Jaime Pena me parece una maravilla como escribe. Luego hay gente con más poesía, como Gerard Casau, que es más de mi generación. O como Dani de Partearroyo. También me gusta muchísimo lo que hace Noel Ceballos. No sé, tengo muchos, soy muy fan. Y soy muy lector de la revista web El antepenútimo Moicano, que son gente joven y es impresionante lo bien que escriben y que bien analizan las películas.
¿Cómo se lleva el ser youtuber, de tener algo de celebrity? ¿Cómo es el feedback con tu público?
Que te paren por la calle, que te pidan fotos, que te pidan que les firmes blu-rays, posters… es raro, no dejará de ser raro. Cuando estrené el A Quemarropa de Stanley Kubrick unos chavales vinieron a la biblioteca y me trajeron el blu-ray de 2001, una odisea del espacio (1968) y me pidieron que lo firmara. Y yo les decía: «Joder, es que va a valer menos porque lo haya firmado yo.»
Sí que es algo raro, pero la verdad es que en el mundo real —no en el digital— yo solo recibo el cariño de la gente. Es una barbaridad, mucha gente se acerca a hablar conmigo, a veces no quieren ni fotos, simplemente decirme un «Oye, que me encantan tus vídeos», «¿Cuándo sacas el nuevo A Quemarropa?, ¿de qué va a ir?». Yo solo recibo cariño, y frente a eso yo no puedo hacer más que tratar de devolverlo, haciendo mi trabajo lo mejor posible. Yo me siento un privilegiado, he tenido muchísima suerte en la vida.
Cuestionario Milana
¿Qué película o serie verías por enésima vez?
Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976)
¿Qué película o serie verías para levantarte el ánimo?
Hannah y sus hermanas (Woody Allen, 1986)
Sopa de ganso (Leo McCarey, 1933)
¿Qué película o serie ha tumbado la crítica pero a ti te ha gustado?
Star Wars: Los últimos Jedi (Rian Johnson, 2017)