Ni todo el cine viene de Hollywood, ni todo lo que se produce en España va sobre la Guerra Civil. Como dijo Bong Joon-ho, hay un abanico infinito de opciones en cuanto superas la barrera de dos centímetros que supone leer subtítulos.
Es innegable la influencia del cine clásico estadounidense en las producciones que vemos hoy en día, y a veces hasta es entretenido descubrir qué pelis y series inspiraron lo que estamos viendo en pantalla. Pero también existe una gran variedad de géneros y subgéneros que se salen de las fronteras del mainstream norteamericano, tantos como lugares hay en el mundo. Por eso hoy os traemos una pequeña lista de subgéneros extranjeros que también inspiraron producciones autóctonas.
Las de profesores: Merlí (Héctor Lozano, 2015-2017)
Muy populares en Francia como una rama del cine social en un tono dramático. También en Alemania le dieron una vuelta al formato para contar su propia historia con La ola (Dennis Gansel, 2008), aunque nadie lo ha hecho como Michelle Pfeiffer en Mentes Peligrosas (John N. Smith, 1995).
La verdad es que en España, aunque estamos muy familiarizados con las series de instituto, la figura del profe suele ceder su protagonismo a las aventuras y desventuras amorosas de sus alumnos. Series como Merlí o HIT (Joaquín Oristrell, 2020-) ofrecen un equilibrio bastante sano entre la pedagogía, la crítica social y el salseo adolescente que tanto nos gusta.
Inspiradas en el cómic: Acción Mutante (Álex de la Iglesia, 1993)
Antes de que la maquinaria del capitalismo se apropiara de los superhéroes, y antes de que Álex de la Iglesia se convirtiera en una de las cabezas visibles del terror fantástico español, apareció Acción Mutante con una propuesta estética completamente distinta a lo que estábamos acostumbrados a ver.
En su ópera prima, de la Iglesia toma elementos narrativos y visuales del cómic, contrastando un estilo propio de una distopía cyberpunk con el sentido del humor costumbrista que más adelante se convertiría en marca de la casa. Acción Mutante demuestra la habilidad que tiene el cine para mimetizar y transformar los mejores aspectos de otros medios.
Comedia de enredos: Ocho apellidos vascos (Emilio Martínez-Lázaro, 2014)
La comedia francesa del año no tiene nada contra la película española más taquillera de la historia. Este tipo de películas que mezclan la comedia romántica con el choque cultural en un tono generalista puede que no sean las favoritas de tu cinéfilo purista de confianza; pero como mínimo hay que poner en valor su efectividad y éxito comercial. Al fin y al cabo el cine está para verlo con una bolsa de palomitas, no con un monóculo.
Ocho apellidos vascos fue en su día un fenómeno que convenció tanto al público como a la crítica. Uno de sus puntos fuertes fue precisamente ese choque cultural que parece hecho a nuestra medida, porque en esta nuestra nación de naciones tenemos tantas diferencias como similitudes, y los guionistas Borja Cobeaga y Diego San José saben exprimir cada uno de esos conflictos presentes en nuestra sociedad para sacar su lado más cómico.
Thriller rural: Hierro (Pepe Coira, 2019-2021)
El género policiaco inunda nuestras pantallas, desde Mare of Easttown (Brad Ingelsby, 2021) hasta el thriller nórdico, pasando por el más clásico de los detectives de la novela pulp. Se trata de un género que se beneficia mucho del aislamiento, los localismos y las particularidades del medio, y de ese tipo de diversidad en España tenemos hasta aburrir.
Hierro tiene lugar en una isla remota, donde todo el mundo se conoce y las tradiciones locales chocan con la pragmaticidad de una recién llegada jueza instructora. Los creadores de Hierro trasladaron una fórmula parecida al noroeste de la península con Rapa (Pepe Coira, Fran Araújo, 2022), sumando a lo que algunos ya consideran un subgénero aparte, el galician noir.
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