La nueva serie de ABC, Abbott Elementary (Quinta Brunson, 2021), apareció en nuestras vidas en diciembre del año pasado como un soplo de aire fresco. Utilizando el género mockumentary, Abbott Elementary nos presenta a un grupo de variopintos y desilusionados profesores de una escuela primaria de un barrio desfavorecido en Philadelphia, que tienen que convivir con Janine, una joven profesora siempre llena de energía, ilusión y con ganas suficientes para motivar y ayudar a sus alumnos.
La serie, además de ser divertida, fresca y encantadora, ha hecho historia: está nominada a siete premios Emmy, entre ellos al de Mejor serie de comedia, Mejor actriz protagonista de comedia y Mejor guion de serie de comedia… Y el hito conseguido no es por lograr tantas nominaciones, sino porque su creadora, protagonista y guionista, Quinta Brunson, es la primera mujer afroamericana en conseguirlo, y gracias a una serie llena de personas de color.
Lo que podría haber sido simplemente una serie feel good más ha desafiado las expectativas de todos, y nosotros nos preguntamos: ¿por qué es Abbott Elementary diferente? ¿En qué se basa su éxito? Vamos a hablar de ello analizando a sus personajes… Con spoilers, por supuesto.
La que no sale de su zona de confort
Janine trabaja en Abbott Elementary, un colegio de barrio desfavorecido con un gran porcentaje de niños afroamericanos. Sabiendo esto y sintiéndose responsable, empieza la serie con muchísima ilusión por enseñar, pero le faltan tablas. Y aunque le gustaría estar ya al nivel de sus compañeras en cuanto a autoridad —como Bárbara— o tener la confianza y presencia de Melissa, el cambio no ocurrirá hasta que no decida salir de su zona de confort. Y es que por mucho que sus intenciones sean las mejores, para ayudar a los demás primero tiene que aprender a ayudarse a sí misma.
Fotograma de Abbott Elementary
Lo sé, lo sé, suena a cliché, pero en este caso funciona especialmente bien. Janine tiene problemas familiares que no duda en transmitirnos y una relación desde la infancia que es la definición de “amiga, date cuenta” (porque Tariq es un personaje realmente entrañable, pero muy mal novio). La impotencia que siente al no poder controlar estas áreas tan importantes de su vida la hacen una profesora entregada y, a veces, demasiado intensa. Pero toda la confianza que le falta al principio (por esas inseguridades que acarrea en su vida personal) empezará a coger fuerza al final de la temporada cuando decida elegirse a sí misma (y dejar a Tariq) y tras haber encontrado en sus compañeros una especie de familia. En el primer episodio pedirá a sus alumnos que se callen, y la ignorarán. En el último episodio pedirá que se callen y, emanando una autoridad hasta entonces no vista, los alumnos se callarán.
El que no quiere cuidar de un huerto
Gregory Eddie es el nuevo profesor suplente de Abbott Elementary. Llega a la vez que nosotros, y vemos gran parte de lo que se nos presenta a través de él: la pésima organización de la directora (que hace lo que quiere y aún así la queremos), lo maltratadas que están las escuelas públicas estadounidenses (tanto, que dos profesores plantan un huerto para que haya alimentos saludables), la necesidad imperiosa de Janine de inspirar a sus alumnos… Y también empezará a verse a sí mismo, aunque de forma distinta. Un claro y divertido ejemplo de esto es cuando Gregory no quiere ayudar a plantar el huerto porque su padre le obligó a ser jardinero de adolescente, pero no puede evitar meter mano cuando descubre que están haciéndolo mal. A escondidas, consigue que el huerto florezca y brille.
Fotograma de Abbott Elementary
Y es que Gregory quería ser director de colegio. Está altamente capacitado para ello, pero lo único que ha logrado es ser profesor sustituto. Esto le afecta mucho, y a su padre, un hombre de negocios que busca la grandeza en su hijo, también. Gregory se encuentra en una encrucijada: dejar que la presión de su padre gane, o encontrar una pasión propia que no le avergüence mostrar a todos. Una que le permita enseñar a los niños del futuro, y que a la vez le devuelva las ganas de cuidar de un huerto. Porque las dos cosas son compatibles.
El que se une al reto de sus alumnos
Jacob es el profesor del que todos se ríen fácilmente. Es intenso, hablador y, para qué engañarnos, un poco pesado. Empieza siendo ese tipo de persona: siempre intentando quedar bien, dando datos que a nadie le importan y siendo el hazmerreír de sus alumnos. Pero, poco a poco, se va ganando a Janine, que se empeña en ser su amiga, a Bárbara, con la que comparte la afición de plantar un huerto, aunque de forma incorrecta, y a Melissa, a la que impresiona cuando descubre que es buenísimo jugando de póker. Y, por supuesto, se gana a los espectadores cuando decide inmolarse por el bienestar del colegio.
Fotograma de Abbott Elementary
A Abbott Elementary llega un nuevo reto de TikTok: ¿qué colegio es capaz de saltar más escritorios sin que los profes les pillen? Este reto aterroriza a todos, y será Janine la que caiga en la cuenta de que la única forma de hacer que deje de ser divertido, es que alguno de los profesores lo haga también. Aquí es cuando Jacob se sacrifica a sí mismo: salta los escritorios, se une a sus alumnos como uno más, y logra que el reto deje de interesarles. Jacob reconoce entonces su labor como profesor, y que no se trata de ser el más guay o el que mejor caiga. Se trata de tener el valor de hacer lo que sea necesario para que el colegio cumpla con su función: enseñar.
En definitiva, lo que hace genial a Abbott Elementary es su corazón: esos profesores que están ahí para sus alumnos. Un relato tremendamente honesto sobre la realidad de los colegios desfavorecidos, con un reparto increíble que, con solo unas pinceladas, no solo nos enseña quiénes son esos personajes, sino también quiénes pueden llegar a ser. Queremos saber más de ellos, acompañarlos en ese viaje… Ojalá sea así y tengamos Abbott Elementary para rato.
¿Dónde puedes verla?
Puedes ver Abbott Elementary en Disney+.