Venus es el segundo título estrenado bajo el sello The fear collection, después de Veneciafrenia (Álex de la Iglesia, 2022). Jaume Balagueró regresa al terror tras haber dirigido algunas de las películas más populares del género en nuestro país. Con REC (2007) o Mientras duermes (2011), Balagueró nos trasladó a edificios siniestros, y Venus se une a sus predecesoras con una nueva pesadilla en un bloque de pisos, esta vez inspirada en un relato de Lovecraft.
¡Ojo, spoilers!
Una película libre
Foto promocional de Venus. Sony Pictures
Balagueró afronta la dirección de Venus desde una libertad total. Por un lado, porque él mismo ha reconocido que Álex de la Iglesia, productor de la cinta y propulsor de The fear collection, le dijo que podía hacer lo que quisiera. Y es algo que se ha trasladado a la pantalla. En Venus se respira esa libertad creativa desde la propia concepción del género. Aunque es una película de terror, la primera media hora sigue las bases del thriller. La aventura de la mujer que, tras robar una mochila de drogas de diseño, huye de los mafiosos se acomoda en el suspense mientras se encuentra con otra trama que vuela hacia el terror cósmico. Lucía, la protagonista, entra en el edificio Venus huyendo de sus jefes, pero lo que se encuentra es un infierno todavía peor: una historia de precariedad, de pesadillas y elementos sobrenaturales. Aunque, en esta segunda trama, la mitología lovecraftiana está un poco desdibujada, no impide que la construcción del terror sea efectiva. Es más, es en los momentos en los que esta línea argumental se apodera de la pantalla en los que más miedo se pasa viendo Venus: las oscuras secuencias del piso de arriba, la visita de “la sirvienta” y, sobre todo, el clímax de la película.
Esas dos corrientes se entrelazan entre sí, provocando una atmósfera cada vez más angustiosa que llega al límite cuando ambas historias se juntan. Es entonces cuando la película se dispara hacia el terror, la acción y el gore detrás de la idea de un edificio en el que el terror acecha dentro, pero también espera tras la puerta de salida.
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El viaje de Lucía
Foto promocional de Venus. Sony Pictures
Lucía, la protagonista de Venus encarnada por Ester Expósito, empieza la película en lo alto de una plataforma de la discoteca donde trabaja como gogó. Allí baila, ajena a la pesadilla que viven su hermana y su sobrina en el edificio Venus, lejos de allí. En ese edificio busca cobijo cuando no le queda más remedio, obligada a convivir con una familia a la que dejó de lado hace tiempo. Esto la lleva a conocer a su sobrina y hacerse cargo de ella cuando su hermana, repentinamente, desaparece. La odisea que vive en el edificio la ancla a la realidad, la baja de esa plataforma de discoteca y le pone los pies en la tierra. Al final, entre eclipses, sacrificios paganos y (mucha) sangre, el viaje de la protagonista es mucho más humano de lo que parece.
La historia de Lucía es la historia de una mujer que aprende, por primera vez en su vida, a responsabilizarse de otra persona y de sí misma. Su viaje físico pasa por convertirse en Venus, pero su viaje interno pasa por madurar, que no es mucho más que aprender a responsabilizarse. Y, finalmente, el último lugar al que quería ir, al que llegó por no tener más opciones, se convierte en un lugar del que sale, literal y metafóricamente, coronada.