Desde Tyrion Lannister hasta Bojack Horseman, pasando por Frank Gallagher y Bender de Futurama, las series de televisión han representado el alcoholismo de maneras muy diferentes a lo largo de los años. Algunas hablan abiertamente de adicción, otras simplemente muestran sus consecuencias; no hay una manera correcta de tratar un tema tan delicado. Pero veamos dos ejemplos prácticamente opuestos: el personaje de Don Draper en Mad Men (Matthew Weiner, 2007-2015), bebedor “social” en un mundo alcohólico, y el de Rob Norris en Catastrophe (Sharon Horgan y Rob Delaney, 2015-2019), un alcohólico “recuperado” y autoconsciente.
Don Draper (Mad Men): el alcohólico glamuroso
Mad Men
Pensar en el icónico publicista Don Draper es visualizarlo en traje, siempre brillante y seductor, y con un cigarrillo y una copa en la mano. El personaje interpretado por Jon Hamm (actor que también estuvo ingresado en una clínica de desintoxicación por su adicción al alcohol) bebe constantemente en la agencia de publicidad en la que trabaja —y fuera de ella.
Pero eso es lo que hacen todos los personajes. Beben cuando están felices, cuando están tristes, beben para celebrar y para armarse de valor antes de una reunión. “Mi generación bebe porque es bueno”, dice en un momento el veterano publicista Roger Sterling, “porque sienta mejor que desabrocharse el cuello de la camisa. Bebemos porque nos lo merecemos. Porque es lo que hacen los hombres”.
Una prueba de todo lo que beben
El alcohol es masculino y romántico. Es cohesión social. Hace las reuniones más amenas, propicia momentos de intimidad, y también ofrece una tregua con la vida durante unos minutos de soledad. Saber beber es un don.
Y, como no podría ser de otra manera, todo el que llega a esa oficina se contagia. Peggy Olson, que comienza como secretaria y termina convirtiéndose en jefa de publicidad, va aumentando sus dosis de alcohol a medida que va entrando en ese club masculino. En la práctica, es una de las mejores bebedoras, de las pocas que nunca monta escenas.
Y eso que ninguno de ellos (¡cómo se te ocurre!) es alcohólico. Son los años 60; el alcoholismo es casi una leyenda urbana; cómo va a ser una enfermedad. El único personaje que reconoce su adicción es Freddy, un creativo veterano al que “invitan” a irse de la empresa después de que se haga pis en los pantalones. Es el único que va a terapia y deja de beber. Es el único “alcohólico anónimo” en un mundo de “borrachos conocidos”. Rompe la regla no escrita de ser un alcohólico funcional; si todo el mundo está bebiendo todo el rato, nadie bebe demasiado… Hasta que alguien se hace pis encima antes de una reunión importante.
Mad Men es capaz de representar la adicción de Don mostrando cómo le afecta sin hacer mención directa hasta bien avanzada la serie. A lo largo de las temporadas Don se va apoyando cada vez más en el alcohol para llenar su vacío existencial, y su problema se va agudizando. El alcohol es enfermedad y síntoma, causa y consecuencia de su caída a los infiernos.
Rob Norris (Catastrophe): el alcohólico "recuperado"
Catastrophe
El personaje de Rob en la serie británica Catastrophe es un alcohólico que sabe que lo es. Es un alcohólico “recuperado”, con grandes comillas, porque alguien con problemas de adicción, como muestra la serie, no puede bajar nunca la guardia.
La serie narra la relación entre Sharon Morris, una profesora irlandesa, y Rob Norris, un americano que se muda a Londres cuando ella se queda embarazada tras un idilio de unos días.
Nosotros conocemos a Rob y Sharon a la vez que ellos se conocen: en la primera escena de la serie comienzan a hablar pidiendo una copa en un bar. En esa primera conversación él ya se reconoce como alcohólico: “No bebo”, dice, “desde que me cagué encima en la boda de mi hermana”.
Así de crudamente se presenta el personaje de Rob. Y esa broma, que hace reír a Sharon, se convertirá a lo largo de la serie en una trama dramática cuando él sufra una recaída.
Hasta el final de la segunda temporada, la adicción de Rob se trata de manera ligera; él simplemente va rechazando copas. Como Sharon dirá más adelante, cuando se tuerzan las cosas, “el alcoholismo de Rob era como folclore, parte de su pasado”.
Catastrophe
Una serie de dramas personales (una separación temporal de Sharon, un despido) comienzan una espiral que culmina cuando él vuelve a beber. Es un gran punto de inflexión en el personaje de Rob, que comienza a beber en secreto, creyendo que lo tiene bajo control. Pasa a ser, como Don, un alcohólico funcional: pero nosotros (y él, aunque se lo niegue a sí mismo) sabemos que es una bomba de relojería: va a explotar tarde o temprano.
Y explotará, aunque Rob necesitará varias llamadas de atención, la revelación de que su padre era alcohólico y, finalmente, un accidente de tráfico para hacer algo respecto a su adicción. Por el camino veremos, con ese equilibrio entre comedia y drama en el que tan bien se mueve Catastrophe, cómo el alcoholismo de Rob pasa de ser una anécdota graciosa a una tragedia que les afecta profundamente.
Al final, personajes como Don Draper y Rob Norris funcionan también como espejos para ver cómo reaccionamos ante este tipo de personajes con adicciones: si los comprendemos, los compadecemos o somos como aquella amiga de Rob que, cuando él le dice que no bebe porque “tiene alcoholismo”, ella le pregunta: “¿incluso en la fiesta de cumpleaños de tu cuñado?”.
Mad Men está disponible en Prime Video; Catastrophe, en Movistar+.