La esperada tercera temporada de Sex Education llegó a Netflix este septiembre, trayendo consigo las historias de nuestros personajes favoritos: Otis, Maeve, Eric, Adam, Aimee, y todo el resto del magnífico reparto que compone la serie.
Aún siendo una serie titulada “educación sexual”, la cosa no va siempre de sexo. En las temporadas anteriores, Otis y Maeve llevan un clínica en la que asesoran a sus compañeros sobre sus problemas sexuales —ya que la madre de Otis, Jean, es sexóloga— pero resultaba que, casi siempre, los problemas que traían los estudiantes solían estar provocados por otras cosas: sus inseguridades, miedos, traumas previos, crisis existenciales… Y rara vez por el sexo en sí.
Esta última temporada parece alejarse aún más de la temática original, decidiendo centrarse en conflictos más reales e incluso dolorosos. Y todo ello lo consigue lanzando un mensaje precioso y necesario sobre la amistad y la importancia de esta. Por esto, en este artículo, vamos a hablar de los cinco tipos de amigos que hay en la serie.
Avisamos de que pueden leerse algunos spoilers, aunque no entramos en detalle:
1. Los de toda la vida
Eric y Otis son los típicos amigos de toda la vida que, una vez han terminado el instituto, se han graduado de la universidad y viven en ciudades distintas, siguen recordando sus teléfonos fijos de memoria. Comparten ese tipo de amistad inquebrantable de la que a veces pueden llegar a preguntarse: ¿pero realmente nos caemos bien, o es que simplemente nos hemos criado juntos?
Otis y Eric en Sex Education (Netflix)
Y es que, a simple vista, puede parecer que no tengan mucho en común —objetivamente son muy distintos—, pero es debido a sus diferencias y a su habilidad de ver más allá de ellas, que, en el medio, han sido capaces de construir una amistad que se parece más a la familia. En la tercera temporada vemos esto reforzado cuando Eric apoya a Otis en una situación de crisis familiar, o cuando Otis reconoce que su amigo no se encuentra bien y, aún estando pasando por un mal momento, es capaz de apartar sus problemas y escucharlo.
2. Los que se necesitan para sobrevivir
¿Quién no ha tenido alguna vez una relación de amistad en la que las líneas se borran un poco? En el caso de Aimee y Maeve parece que ellas mismas reconozcan en la tercera temporada lo que hace que la suya sea distinta. En un momento muy emotivo, después de que Maeve haya tenido que despedirse de su madre por enésima vez, Aimee le propone una solución: ella puede ser la madre de Aimee, y Maeve la suya. ¡Y si esto no nos rompe el corazón...!
Maeve y Aimee en Sex Education (Netflix)
En la segunda temporada, Aimee fue víctima de una agresión sexual, y desde entonces no ha sido la misma. La que era una chica abierta e ingenua se ha convertido en una Aimee retraída y asustadiza. Pero, durante todo el tortuoso camino de recuperación, Maeve está ahí para ella. Y es por esto que, aunque discutan y se griten y se digan cosas que no creen, saben que siempre van a poder contar la una con la otra, y que van a estar ahí para cuidarse mutuamente. Y es lo que salva a ambas.
3. Los secuaces
Ruby, Anwar y Olivia son las Mean Girls de Moordale Secondary School y no se molestan lo más mínimo en esconderlo. Ruby es la que parece mandar: siempre en el medio del trío y la que lleva la delantera, es a la que Anwar y Olivia escuchan como si fuese Jesucristo. La mantienen subida a un altar metafórico del que es imposible bajarla, y de primeras, parece que compartan una amistad bastante desigual.
Ruby, Olivia y Anwar en Sex Education (Netflix)
Pero empezamos la tercera temporada con Otis y Ruby manteniendo una relación oculta, y todo el misterio que envolvía a Ruby desaparece: ni es tan rica como pretende, ni tiene la vida perfecta que aparenta. Es debido a Otis y a unos sentimientos no recíprocos que somos testigos de cómo Ruby se desmorona y cómo sus secuaces son, realmente, los pilares en los que se apoya cuando las cosas se ponen feas.
4. Los inesperados
En la temporada pasada vimos cómo florecía una de las amistades más inesperadas pero a la vez más bonitas de la serie: Jackson, el popular deportista venido a menos que tiene que centrarse un poco, se hizo íntimo amigo de Vivienne, la empollona sabelotodo que necesita que le enseñen a pasárselo bien. Una amistad que permite a Jackson en la nueva temporada no dudar ni un segundo en acercarse a Cal, el estudiante no binario que le rompe todos sus esquemas. Cal también encontrará en Jackson a alguien que le mire por quien es, y no por quien la sociedad dice que debe ser, y esto será revolucionario.
Jackson, Vivienne y Carl en Sex Education (Netflix)
Pero no son solo ellos los que terminan la tercera temporada con un nuevo amigo; sorprendentemente, Adam y Rahim sufren un importante acercamiento también. Y es que Adam, si lo pensamos fríamente, es un tipo muy solitario. Aunque se rodee de gente, realmente solo es capaz de abrirse con Eric, y cuando su relación con él empeora, no sabe a quién acudir. Es gracias a una charla sobre poesía con Rahim —y a un calcetín lleno de heces lanzado por la ventana de un autobús— que estos dos chicos solitarios descubren que, si se dejan de prejuicios, pueden encontrar el uno en el otro un buen amigo en el que apoyarse.
5. Los adultos
Es una verdad establecida que hacer amigos se empieza a volver cada vez más difícil conforme nos vamos haciendo mayores. En el instituto, nos vemos obligados a compartir espacio físico diariamente con nuestros compañeros; hacer amigos es casi inevitable. Pero una vez empezamos a trabajar, formamos familias o simplemente nos distanciamos, hacer amigos se convierte en algo prácticamente imposible. Jean, la madre de Otis, y Maureen, la de Adam, son una rareza en la serie: dos mujeres adultas que se esfuerzan, continuamente, por ser amigas. Y es algo precioso de ver.
Jean Milburn en Sex Education (Netflix)
Esta amistad surge de la necesidad que tienen las dos mujeres de poder desahogarse con alguien que las entienda, las escuche y pueda sentirse identificada. Jean es sexóloga, por lo que su modo de vida es escuchar a los demás, dejándola a ella sin la habilidad de poder contar sus problemas; y Maureen acaba de romper un matrimonio que la tenía anulada. Ambas encuentran en esta amistad lo que necesitaban: un hombro en el que apoyarse cuando están cansadas, y una mano a la que agarrarse cuando las cosas se ponen peor. Y es que da igual la edad que tengamos: este tipo de amistad siempre va a ser necesaria.