‘Big Boys’: un final de temporada que podría haber sido definitivo
Además del Orgullo, el pasado junio celebramos que oficialmente Big Boys volverá con una tercera tanda de episodios. La noticia llegaba poco después de que Filmin trajera a España la segunda temporada, que ha conseguido superar a su muy digna predecesora… y que dejó cierto aroma a despedida. El último episodio no es solamente un estupendo colofón para la temporada, sino que podría serlo para toda la serie. ¿Por qué funcionaría como final? ¿Y por qué, a pesar de ello, nos alegramos de que no sea así?
Un poco de contexto para quien aún no la conozca. Creada por el cómico Jack Rooke como una autobiografía, la serie británica Big Boys explora con respeto y tacto los traumas de sus jóvenes protagonistas amparándose siempre en su santísima trinidad: comedia, ternura y franqueza, y teniendo muy presentes la realidad de la clase obrera y las culturas pop y queer.
Si te conmovió Heartstopper pero lamentas no haberla disfrutado más porque ya no eres adolescente, Big Boys es para ti. Con personajes y público objetivo mayores, el tipo de conflictos que plantea y su enfoque desinhibido resultarán más atractivos al espectador adulto, pero también abandera esa confianza plena y luminosa en las relaciones humanas y en la bondad, la generosidad y la sensatez para enfrentarse a un entorno hostil.
La suerte une a Jack y Danny cuando entran a la universidad. El primero, un chico tímido y vulnerable que lidia con el duelo por la reciente muerte de su padre y aún tiene que salir del armario con su familia —y perder la virginidad—. El segundo, un veinteañero con fachada de heterobásico mujeriego que no le dura ni medio capítulo: Danny es mucho más sensible, generoso y empático de lo que marcan los estereotipos, y está aquí para deconstruir la masculinidad. Esta improbable amistad es el apoyo que necesitan ambos para afrontar los problemas que derivan de su juventud y etapa vital (identidad, sexo, desamor…), pero también de su clase social y de su entorno familiar.
¡Cuidado ahora, vienen spoilers!
Danny y su familia elegida
Danny y Jack en la segunda temporada de Big Boys
Como decíamos, quizá para cubrirse las espaldas ante una renovación incierta, la segunda temporada de Big Boys ha dejado bastante resueltos los conflictos principales de los dos protagonistas.
La depresión de Danny y su dura situación familiar pasaron a primer plano al final de la primera entrega, y esta nueva tanda abría con un flashback en el que, tras una discusión, sus padres se olvidan de él y lo abandonan en la puerta de casa siendo aún un niño. Aunque el último verano encontró refugio en casa de Jack, su única familia es y ha sido siempre su abuela, a quien el alzheimer está convirtiendo lentamente en una desconocida.
En esta temporada, que ha explorado más su entorno, Danny roza con los dedos la posibilidad de recuperar la relación con su padre y dejar de sentir esa especie de orfandad emocional, pero sus esperanzas se frustran en “Sorpresa, sorpresa” (2×04). Es ese desengaño el que lo lleva a dejarse querer y cuidar cuando Yemi le insta a elegir a las personas que ya lo han elegido a él y Peggy le da la llave de su casa y de su familia.
En el episodio final, Danny se reconoce por fin como un miembro más de la familia de Jack al acompañarlos en el hospital. Ha entendido que el dolor y la mala suerte que marcó su infancia no tiene por qué definir el resto de su vida, y así se lo hace saber a Corinne:
«Este año he aprendido que llega un momento en que la familia es sólo la gente que eliges y que te elige a ti. Punto».
Desde esa reconfortante y cálida nueva realidad, Danny puede volver a ser el soporte de Jack y de todos los demás en el hospital… Porque lo necesitan de veras.
Jack regresa al hospital
Jack en The Night When (2×06)
Por su parte, después de un año lidiando con el duelo por su padre desde su habitación, Jack tuvo el valor de empezar la universidad y retomar su vida. Pero estaba aún lejos de superarlo. El dolor y la ausencia seguían formando parte del día a día de Jack, y del de su madre, su abuela y su prima. Aún no habían vivido nada que pesara más que esa pérdida. Es en este último episodio cuando todos se vuelven a encarar con la muerte de Laurie. La familia se ve obligada a regresar al lugar donde se despidieron de él y el capítulo se llena de los recuerdos que rezuman esas paredes, dándole a cada uno la oportunidad de cerrar la herida.
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«Las primeras navidades sin mis padres (…), en la cena, miré delante de mí y había un plato vacío. Me enfadé mucho. Pero con el tiempo el duelo cambia. No se hace más fácil, pero… A la gente de tu alrededor le empiezan a salir dientes (…). Pronto dejarás de ver el plato vacío y verás todos los que están llenos».
Con esas palabras consoló Laurie a Jack en ese mismo hospital. Y ha llegado el momento de llenar los platos. Su prima Shannon da a luz a un bebé y todos los momentos de agitación, diversión, euforia y felicidad en torno al parto acunan a los recuerdos tristes como una madre que lleva a su hijo a dormir (tremenda escena de Annette Badland). Por fin, la alegría de querer a alguien nuevo es más grande que el dolor de la pérdida. Eso dice el Jack adulto, el narrador, encarnado por el propio Jack Rooke, que nos enseña por primera vez el rostro y deja a la familia celebrando en la habitación para reunirse con su padre en un taxi.
¿Parece o no parece una despedida?
Entonces, ¿qué queda ahora?
Fotogramas de la segunda temporada de Big Boys
Por suerte, no lo es, porque los queremos demasiado como para que nos dejen ahora. ¿Pero qué queda para la tercera temporada?
Estos episodios hemos visto a Jack reunir la valentía para dar pasos en la búsqueda de su identidad y empezar a construir su vida como adulto. Pero este punto de inflexión parece liberarlo de la pesada carga que entorpecía su marcha. Jack ha superado la pérdida y por eso ahora toca verlo vivir plenamente, conocer quién es él más allá de su duelo. Y, por supuesto, aún tiene que tener esa primera experiencia sexual que tanto ansía.
En cuanto a Danny, que ya ha encontrado su lugar en el grupo, la tercera temporada pondrá a prueba la solidez de su nueva familia. Deberá apoyarse en ella para seguir adelante y trabajar en sus problemas de salud mental y, eventualmente, tendrá también que despedirse del todo de su abuela, un proceso que inició cuando ella empezó a olvidarse de él pero que aún no ha concluido. Ahí, Jack será probablemente un estupendo compañero para ayudarle a lidiar con la pérdida usando todo lo que acaba de aprender.
Y aunque nos encantan los protagonistas, esta segunda temporada ha ganado al sacarle partido a su envidiable elenco y dar más peso a los geniales secundarios. Aún queda mucho por ver de Peggy, Shannon, la abuela Bingo, Corinne, Yemi e incluso Jules. Y mientras Big Boys siga haciéndonos reír y dándonos lecciones sobre salud mental, sobre cómo escuchar y acompañar y sobre cómo ser mejores personas, todo estará bien por aquí.
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