The Assistant (Kitty Green, 2019) cuenta un día en la oficina principal de una gran productora de cine. Alejada del glamour, las cámaras y las fiestas, Jane, la protagonista, es una recién graduada cuyo sueño es llegar a producir películas. Ha entrado a trabajar en la empresa como asistente de producción, pero su trabajo no tiene nada que ver con el cine. Ella hace fotocopias, lleva cafés, recoge el despacho, cuida a los hijos del jefe y contesta llamadas.
Ese día llega una chica nueva, joven y guapa, a trabajar en la oficina. Hablando con ella, Jane se da cuenta de que es camarera y no le interesa lo más mínimo ese trabajo. Ni siquiera vive en la ciudad, se aloja en un hotel que le paga el jefe. Esto, sumado a que encuentra un pendiente suyo en el sofá del despacho, hace que Jane ate cabos y decida hacer algo.
Armándose de valor, decide acudir al encargado de recursos humanos de la empresa. Y en ese despacho tiene lugar una de las escenas más impactantes de la película.
Fotograma de The Assistant
«¿No quieres quitarte el abrigo?»
El director de recursos humanos recibe a Jane con amabilidad, la anima a que se quite el abrigo y se ponga cómoda. Le muestra un gesto amable y está dispuesto a escucharla. «Me puedes contar lo que sea, estoy aquí para eso», le dice cuando ve que le está costando hablar.
El abuso que ella va a denunciar nunca ha sido explícito. Nosotros, los espectadores, hemos atado cabos igual que ella pero, aunque sea evidente, nada es seguro. Por eso ella le cuenta al de recursos humanos lo que está pasando, con una mezcla entre prudencia y miedo, sin llegar a decir cuál es la conclusión, dando por hecho que él lo entenderá. Pero él se hace el sueco, le pregunta si cree que esa chica puede dañar a la empresa, forzando a Jane a enfrentarse a verbalizar eso de lo que todos, incluso él —o, más bien, sobre todo él— somos conscientes.
Porque The Assistant es una película en la que el subtexto lo es todo. Lo que está por debajo de los rutinarios diálogos sobre presupuestos, correos y fotocopias urgentes es lo que en realidad nos quiere contar.
Fotograma de The Assistant
«¿Por qué tirarlo todo por la borda por esto?»
Él consigue darle la vuelta a la conversación fingiendo interés en la vida de Jane. Le pregunta qué quiere ser, ella contesta que quiere ser productora de cine. «¿Por qué tirarlo todo por la borda por esto?» le pregunta él.
De la misma manera que en el resto de la película —de forma indirecta— la amenaza con hacerla perder su trabajo si dice algo sobre el tema, si redacta la queja. En ese momento, aquel gesto amable se vuelve agresivo a través de las palabras. Convierte la conversación en una escena de terror, de tensión, en la que la protagonista no tiene escapatoria.
Él le deja claro que tiene una oportunidad de oro en la empresa para perseguir su sueño, pero que alzar la voz sobre lo que está pasando solo hará que la pierda. Es más, contarlo seguramente tampoco sirva para que los abusos terminen. Así que, si redacta esa queja, todo seguirá igual, y ella perderá su trabajo.
«¿Crees que una mujer adulta no puede tomar sus propias decisiones?»
Si no fuera poco haberla amenazado con despedirla, él juega la carta de que nadie ha obligado a esa chica a nada. Así que acusa a Jane de estar celosa de ella. Ella le dice que no es que esté celosa, es que está preocupada por su compañera.
Con solo unas líneas de diálogo la escena muestra lo fácil que es enterrar los abusos de poder bajo la idea de libertad. Porque en esa oficina nadie está obligando a nadie a nada. Y es verdad. Pero esa chica sabe que si no lo hace, perderá su trabajo.
Fotograma de The Assistant
«No te olvides la bufanda»
La escena tiene una estructura circular. Empieza con él, amigable, pidiéndole que se ponga cómoda y se quite el abrigo. Y termina con él, de nuevo afectuoso, recordándole que no se olvide la bufanda.
Pero, en realidad, con ese «no te olvides la bufanda» lo que le está diciendo es: vete de este despacho igual que llegaste, llévate contigo tus cosas y tus ganas de cambiar el sistema, porque todo tiene que seguir igual que estaba. Es necesario para que una industria que permite esos abusos se mantenga tal y como está.
Ese círculo se cierra porque el objetivo de Jane no se ha cumplido. Está en el mismo sitio de nuevo, aguantando las lágrimas y tragándose su frustración, pero ahora sabiendo que, además, no hay nada que ella pueda hacer.
La escena tiene una estructura circular. Empieza con él, amigable, pidiéndole que se ponga cómoda y se quite el abrigo. Y termina con él, de nuevo afectuoso, recordándole que no se olvide la bufanda.
Pero, en realidad, con ese «no te olvides la bufanda» lo que le está diciendo es: vete de este despacho igual que llegaste, llévate contigo tus cosas y tus ganas de cambiar el sistema, porque todo tiene que seguir igual que estaba. Es necesario para que una industria que permite esos abusos se mantenga tal y como está.
Ese círculo se cierra porque el objetivo de Jane no se ha cumplido. Está en el mismo sitio de nuevo, aguantando las lágrimas y tragándose su frustración, pero ahora sabiendo que, además, no hay nada que ella pueda hacer.
La escena tiene una estructura circular. Empieza con él, amigable, pidiéndole que se ponga cómoda y se quite el abrigo. Y termina con él, de nuevo afectuoso, recordándole que no se olvide la bufanda.
Pero, en realidad, con ese «no te olvides la bufanda» lo que le está diciendo es: vete de este despacho igual que llegaste, llévate contigo tus cosas y tus ganas de cambiar el sistema, porque todo tiene que seguir igual que estaba. Es necesario para que una industria que permite esos abusos se mantenga tal y como está.
Ese círculo se cierra porque el objetivo de Jane no se ha cumplido. Está en el mismo sitio de nuevo, aguantando las lágrimas y tragándose su frustración, pero ahora sabiendo que, además, no hay nada que ella pueda hacer.
Fotograma de The Assistant
Como ya hicieron también Bombshell (Jay Roach, 2019), The morning show (Jay Carson, 2019) o The loudest voice (Tom McCarthy, Alex Metcalf, 2019), The assistant quiere mostrar los abusos, la opresión y la violencia hacia las mujeres en el mundo del espectáculo. Pero The assistant lo hace de una forma sutil, sin grandes despliegues, sin música, consiguiendo que entendamos a la perfección cómo es el sistema que permite que esas cosas ocurran. Sin enseñarnos al malo, sin mostrar la violencia explícita, sin llegar ni siquiera a verbalizarlo en ningún momento. Como ocurre en la vida real.
¿Dónde puedes ver The Assistant?
Está disponible en Filmin.