Crítica ‘Eastern Anthems’ | Premio a mejor película en Novos Cinemas
Termina la novena edición del festival Novos Cinemas y Eastern Anthems se lleva el Premio a mejor película del jurado oficial y el Premio a mejor dirección del jurado joven. Galardones que los directores Matthew Wolkow y Jean-Jacques Martinod consiguen por una «sublime manera de navegar y combinar diferentes lenguajes plásticos», menciona el jurado. La película gira en torno a un suceso «profético», como los propios directores definen: la ‘Brood X’. Se trata de la última invasión de cigarras que tuvo lugar en Estados Unidos, un suceso que se repite cada 17 años. Miles de millones de estos insectos emergen de su vida subterránea para aparearse y volver a esconderse después. Lo que busca el diálogo entre estos dos directores es encontrar en las cigarras, sus ritmos y su particular coro de silbidos —que alcanza hasta los 100 decibelios–, una forma de entendernos a nosotros mismos.
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La primera pregunta que nos hacemos es: ¿qué relación podrían tener estos insectos con los humanos, con nuestras preocupaciones y nuestras problemáticas sociales? Wolkow y Martinod encuentran la respuesta en el camino, articulando una road movie a través de las carreteras de Estados Unidos. Alguien que prepara una barbacoa, un fanático de las cigarras con un micro, un músico en el bosque… Cada uno ofrece una reflexión sobre su relación con estos diminutos insectos y, sin orden ni estructura, son ellos los que construyen la respuesta que los directores buscan.
Eso es lo que al final persigue cualquier road movie, desde Eastern Anthems hasta Una historia verdadera: construir a través de los personajes que encontramos en el camino, independientes y hasta contradictorios, una reflexión, aunque ambigua y errática, profundamente humana.
Y del mismo modo que la relación entre el silbido de las cigarras y los humanos no es directa o racional, la película cobra esa misma forma: arbitraria y sensitiva. La fotografía busca texturas y efectos para crear barreras que nos impiden interpretar con certeza lo que hay delante de la cámara, y la música, imprevisible e impulsiva, nos recuerda que no podemos acercarnos a Eastern Anthems desde la razón. Toda la película busca crear una experiencia sensorial que, por encima del todo, intenta llegar a nosotros a través del sonido, replicando en forma de película el enigmático, estridente y vivo canto de las cigarras.
«Ese sonido es un indicador de vida, una fuerza vital. Es precioso permitirte apreciarlo».
Fotograma Eastern Anthems
La profecía de las cigarras en Eastern Anthems
Pero más allá de la experiencia sensitiva, Eastern Anthems cobra sentido en el momento en el que surge. Las cigarras han estado aguardando bajo tierra durante 17 años para salir, precisamente, en el verano de 2021. El momento en el que, aún lejos de salir del túnel, la humanidad comenzaba a ver la luz después de más de un año de pandemia. Como ellas, estábamos ocultas del sol y de la vida, esperando a que, llegado el momento, saliéramos a la superficie y cantáramos al unísono un himno de más de 100 decibelios. Si estos insectos emergen de las profundidades para procrear una nueva generación de cigarras, nosotros lo haríamos para celebrar la vida.
Así se cuenta en el documental en uno de los mails que Wolkow y Martinod se cruzan durante este viaje: «La cigarra es un símbolo de renacimiento, inmortalidad y éxtasis espiritual. Ellas cantan hasta morir, y entonces renacen. La llegada en 2021 del ‘Brood X’ coincide con nuestra propia salida de la oscuridad. Nosotros somos Brood X».
Eastern Anthems no es solo un documental sobre cigarras, sino una exploración de nuestra humanidad, de nuestra relación con la naturaleza, de nuestra capacidad para reponernos y renacer. Un himno compuesto por miles de insectos estridentes, pero también por voces humanas contradictorias, frágiles y, muchas veces, perdidas.
«Creo que si los humanos no lo consiguen juntos, acabaremos por desaparecer. Y estoy bastante seguro de que las cigarras seguirán aquí».