Ni novelas, ni teatro, ni hechos reales: la inspiración se puede encontrar en cualquier lugar y por eso existen adaptaciones al cine de cosas mucho menos corrientes. ¿Cómo se hace una película de una canción, un juego de mesa o una atracción de feria? Aquí tenemos algunos ejemplos para hacernos una idea:
Piratas del Caribe: la maldición de la Perla Negra (Gore Verbinski, 2003)
La fantástica película de aventuras que abrió el camino de la archiconocida saga de piratas cumple hoy 18 años. Y si pensamos en inspiraciones raras para cine, es el primer caso que se nos viene a la cabeza.
Las andanzas del carismático capitán Jack Sparrow tienen su origen en una atracción de Disneyland que abrió sus puertas en 1967. Pirates of the Caribbean iba a ser un museo, pero acabó convertido en un paseo en bote por un paisaje pirata en el que el público conocería los datos históricos a través de divertidos sketches representados por piratas animatrónicos. Más de dos décadas después, a los guionistas Ted Elliott y Terry Rossio se les ocurrió adaptarla al cine, manteniendo la comedia, la ambientación, la mitología e incluso la emblemática canción de la atracción: Yo-Ho (A Pirate Life for Me), versionada en dos de las entregas cinematográficas. Aunque tardarían varios años en sacar el proyecto adelante, ya sabemos lo bien que les fue.
Jungle Cruise (Jaume Collet-Serra, 2021)
Precisamente por el éxito de Piratas del Caribe, Disney ha intentado repetir la historia. Jungle Cruise, que se estrenó el pasado 30 de julio, es también la adaptación a la gran pantalla de una de las atracciones estrella de sus parques temáticos. Inaugurada en 1955, simula un crucero en barco de vapor a través de la selva, con un capitán que ofrece a su público una narración humorística.
Esta ambientación se refleja especialmente en la secuencia de presentación de Frank, otro carismático capitán de barco que hace cruceros por la selva amazónica de principios del siglo XX. Conservando el tono ligero y cómico de la atracción, la trama se desvía con la incorporación de una intrépida científica y su hermano, que buscan en la selva un árbol mágico con propiedades curativas. Aventuras, tintes sobrenaturales y comedia a lo Indiana Jones… Quizá no está a la altura de los piratas, pero es entretenimiento asegurado.
El juego de la sospecha (Jonathan Lynn, 1985)
Seis extravagantes desconocidos que llevan años siendo chantajeados por los secretos que ocultan son invitados a cenar en la Mansión Hill. Tras un apagón, el chantajista aparece asesinado en el salón… ¿Quién de ellos es el autor del crimen?
Con esta premisa, Lynn convirtió el clásico Cluedo en una comedia de intriga para la gran pantalla. De hecho, para acercarse más a la narrativa del juego de mesa, se rodaron tres posibles finales que se proyectaban aleatoriamente en las salas de cine. A pesar de que en su día no tuvo demasiado éxito, hoy se la considera una película de culto.
Loving Vincent (Dorota Kobiela, Hugh Welchman, 2017)
Aunque la trama se basa —libremente— en los hechos que rodearon la muerte de Van Gogh, lo que inspira esta reseñable película es el deseo de adaptar su estilo pictórico al cine. El guion, de hecho, partió de sus obras, intentando recrear el universo en el que se movió el pintor (tanto los paisajes como las personas con las que se relacionaba) a través de sus propios cuadros.
Cada uno de los 65000 fotogramas del largometraje de animación es un cuadro pintado al óleo imitando el estilo del artista postimpresionista: un trabajo tremendo que fue realizado por 125 grandes pintores. Al margen de lo modesto del argumento, es una maravilla poder ver animadas esas pinturas que ya sugerían movimiento en los originales estáticos de Van Gogh.
La LEGO Película (Phil Lord, Chris Miller, 2014)
Lo que podría haberse quedado en un anuncio muy, muy caro, se convirtió en una de las películas de animación más alabadas de la última década. Lord y Miller adaptaron con maestría el juego a la pantalla, creando no solo un universo LEGO, sino también una filosofía LEGO. El fin de un LEGO es construir, así que los personajes se dividen entre aquellos que siguen siempre las instrucciones y los “maestros constructores” que quieren un mundo más libre y creativo. ¿La gran amenaza? Un malo malísimo obseso del orden que tiene a mano un tubo de pegamento. Y funciona sorprendentemente bien.
El largometraje resultante, muy divertido y repleto de referencias y personajes de la cultura pop, habla de la confianza, del poder de las ideas y de la libertad creativa: valores fácilmente aplicables al producto.
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Pink Floyd: El muro (Alan Parker, 1982)
Además de anunciar juguetes, el cine también ha servido para promocionar música. Todos recordamos el cortometraje de terror que acompañó a Thriller en su lanzamiento, pero Michael Jackson no fue el único en recurrir a ello.
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El muro es la adaptación del disco The Wall de Pink Floyd. El propio Roger Waters, vocalista y bajista del grupo, se encargó de escribir un guion que fuera conducido principalmente por sus canciones, utilizando muy pocos diálogos pero mucho simbolismo. En un momento en el que la banda se sentía alienada de sus fans y descontenta con la industria, Waters decidió explorar los traumas de Pink, su protagonista: un cantante de un grupo musical cansado de todo lo que rodea su profesión y que debe derribar el muro que él mismo ha construido a su alrededor. El resultado es un largometraje surrealista y perturbador que combina animación y acción real y que se ha convertido en una película de culto.
Interstella 5555: The 5tory of the 5ecret 5tar 5ystem (Kazuhisa Takenouchi, 2003)
Veinte años después, Daft Punk también apostó por adaptar su álbum Discovery al cine. Takenouchi fue el elegido para llevar las riendas de una película de animación en la que un empresario secuestra y manipula a un grupo de rock extraterrestre para convertirlos en los números uno en la Tierra. Sin un solo diálogo y muy pocos efectos sonoros, cada canción del disco es un episodio en la historia de esta banda interestelar.
Battleship (Peter Berg, 2012)
Este es un pie de foto
Otro juego de mesa que salta a las salas de cine. Cuando jugábamos a Hundir la flota —ya fuera con el juego de Hasbro o con la versión casera de papel cuadriculado y boli— no imaginábamos que se convertiría en un blockbuster sobre una invasión alienígena. En esta adaptación tan libre, los extraterrestres quieren utilizar nuestros océanos como fuente de energía, así que el ejército estadounidense, seguido después por el resto de países de la Tierra, les hace frente en una batalla naval.
El cuervo (Roger Corman, 1963)
Aunque muchas películas se inspiran en largos poemas épicos, no tantas adaptan piezas más breves. Roger Corman toma el poema El cuervo de Edgar Allan Poe como punto de partida para una historia que se aleja mucho del original, tanto en trama como en tono, pero que, de alguna forma, consigue mantener el espíritu. Convierte una escena funesta y lúgubre en una irónica comedia de fantasía con elementos de terror en la que el amor sigue siendo el motor que lo mueve todo.