Muchas veces, lo que más recordamos de una película es una imagen. La niña con el abrigo rojo de La lista de Schindler (Steven Spielberg, 1993), Danny en triciclo por el pasillo de El resplandor (Stanley Kucrick, 1980) o John Wayne alejándose, enmarcado por la puerta, en Centauros del desierto (John Ford, 1956) son algunas de las imágenes que se han quedado en nuestra retina para siempre. Detrás de ellas siempre hay una persona que ha planificado la iluminación, el encuadre y la composición. Estos son 8 directores y directoras de fotografía con una mirada única y especial:
Karl W. Freund, del claroscuro a la comedia
Drácula (Tod Browning, 1931), Metrópolis (Fritz Lang, 1927), El último (F.W. Murnau, 1924), I love Lucy (1950-1957)
Freund fue uno de los principales responsables del desarrollo estético del expresionismo alemán. Trabajó con Fritz Lang en Metrópolis (1927), con Murnau en varias de sus películas y en Drácula de Tod Browning (1931). Freund estaba especializado en cine negro, pero en los años 50 entró a trabajar en la que sería una de las primeras sitcoms, I love Lucy (Oppenheimer, Davis y Carroll, 1950-1957), que sentó muchas de las bases del género. Entre ellas, una iluminación que prácticamente anulaba las sombras para permitir la grabación a tres cámaras. Freund fue el que ideó el complejo sistema de iluminación y se convirtió en un ejemplo de cómo adaptarse al proyecto: él, que era el gran maestro de las sombras, las mató todas.
Luis Cuadrado, la luz al servicio del realismo
Pascual Duarte (R. Franco, 1976), El jardín de las delicias (C. Saura, 1970), La caza (C. Saura, 1966), El espíritu de la colmena (V. Erice, 1973)
Luis Cuadrado fue uno de los directores de fotografía más importantes del cine español. Su padre era restaurador de vidrieras y así nació su interés por las posibilidades de la luz. Empezó a trabajar durante el franquismo y llegó a realizar películas con directores como Carlos Saura, Víctor Erice, Ricardo Franco o José Luis Borau. Cuadrado vivió el paso del blanco y negro al color, se adaptó a él y aprendió a jugar con los colores para impregnar sus películas de una estética realista, pero extremadamente cuidada. Su carrera culminó con El espíritu de la colmena (Víctor Erice, 1973).
Debe haber pocas cosas peores para quien trabaja con las imágenes que perder la vista, y fue lo que le pasó a Luis Cuadrado. A los 42 años, su ceguera le fue impidiendo trabajar y tuvo que apoyarse en su equipo. Principalmente en Teo Escamilla, de quien él era mentor, y que acabó sustituyéndolo en películas como Cría Cuervos (Carlos Saura, 1975).
Agnès Godard, tras el cine de Claire Denis
Home (Ursula Meier, 2008), Bastards (Claire Denis, 2013), 35 rhums (Claire Denis, 2008), Nénette et Boni (Claire Denis, 1996)
Agnès Godard es una de esas directoras de fotografía cuyo trabajo se relaciona directamente con la filmografía de una directora. En su caso, Claire Denis. El cine de la directora francesa está marcado por la fotografía de Agnès Godard, con la que ha colaborado en más de 15 películas. También han confiado en ella Ursula Meier, Alan Resnais, Wim Wenders y Agnès Varda. La fotografía de sus películas destaca por sus encuadres especialmente cuidados.
Henri Alekan, el poeta de la luz
La bella y la bestia (J. Cocteau, 1946), Vacaciones en Roma (W. Wyler, 1953), El territorio (R. Ruiz, 1981), El cielo sobre Berlín (W. Wenders, 1987)
Henri Alekan decía que el trabajo del director de fotografía era obtener reacciones psicológicas y emocionales a partir de medios técnicos.
Lo llamaban “el poeta de la luz” por su trabajo con las luces y las sombras, y por la gran carga poética de sus imágenes. En El cielo sobre Berlín (Wim Wenders, 1987) dos ángeles pasean por un Berlín dividido por el muro. Alekan mezcla el color y el blanco y negro, haciendo que veamos gris el mundo de los ángeles y en color el de los humanos, dejándonos algunas de las imágenes más poéticas de la historia del cine.
Vittorio Storaro, el mejor del mundo
Apocalypse now (F.F.Coppola, 1979), Novecento (Bertolucci, 1976), El conformista (Bertolucci, 1957) El último emperador (Bertolucci, 1987)
Bertoluci, Coppola, Saura y Warren Beatty fueron algunos de los directores que confiaron en Storaro para dar forma a sus ideas. Ha basado parte de su trabajo en la teoría de los colores de Goethe, que consiste en estudiar el efecto psicológico que tienen los colores en los humanos, y cómo estos influyen en las distintas emociones que sentimos al ver una imagen. El amanecer y el atardecer, el negro y el rojo son iluminaciones y colores recurrentes en su filmografía. De él dijo Coppola que era el mejor director de fotografía del mundo.
«Los colores son en la fotografía como las palabras en la literatura»
Emmanuel Lubezki, fotografía a lo grande
El árbol de la vida (T. Mallick, 2011), El renacido (A.G.Inárritu, 2016), Birdman (A.G.Iñárritu, 2014), Hijos de los hombres (A. Cuarón, 2006)
Es uno de los grandes directores de fotografía de los últimos tiempos. Ligado en sus inicios al cine mexicano con Alfonso Cuarón, ha llegado a crear un sello personal, un estilo fácilmente identificable, pero siempre al servicio de las historias. Suyos son los grandes angulares y espacios abiertos en el cine reciente de Terrence Malick y los largos planos secuencia del cine de Iñárritu y Cuarón. Lubezki fue la primera persona en ganar tres años seguidos el Oscar a Mejor dirección de fotografía, por Gravity (Cuarón, 2013), Birdman (Iñárritu, 2014) y El renacido (Iñárritu, 2015).
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Caroline Champetier, pasión por la imagen y en la imagen
De dioses y hombres (X. Beauvois, 2010), Holy Motors (Leos Carax, 2012), L'antiquaire (F. Margolin, 2015), Annette (Leos Carax, 2021)
Trabajar con Jean-Luc Godard fue para ella como una escuela de cine y, después de firmar la dirección de fotografía de más de 70 películas, ha llegado a convertirse en una de las grandes directoras de fotografía de la actualidad. Las composiciones cuidadas, los contraluces, la simetría y las metáforas visuales son algunos de los sellos de identidad de Caroline Champetier. Está a punto de estrenar Anette (2021), la nueva película de Leos Carax, junto a quien ya tocó el éxito con Holy Motors (2012).
Roger Deakins, las grandes imágenes del siglo XXI
No es país para viejos (Ethan y Joel Coen, 2007), Prisioneros (D. Villeneuve, 2013), O Brother! (J. Coen, 2000), 1917 (S. Mendes, 2019)
Es el director de fotografía en el que cualquiera piensa cuando piensa en un director de fotografía. Su filmografía es tan amplia que es probable que haya realizado la fotografía de tu película favorita. Muchas de las películas de los hermanos Coen, Cadena perpetua (Frank Darabont, 1994), El bosque (M. Night Shyamalan, 2004) o Revolutionary Road (Sam Mendes, 2008) fueron algunas de sus películas más destacadas. Desde 2013 ha estado ligado al cine de Denis Villeneuve, creando algunas de las imágenes más potentes de las últimas décadas, como las de Blade Runner 2049 (2017). Ganó el Oscar en 2020 por 1917, un reto en cuanto a la dirección de fotografía por estar planteada como un gran plano secuencia.