En 2019 HBO dio luz verde a la adaptación de la novela Estación once (Emily St. John Mandel, 2014), que arranca con la desaparición de casi toda la humanidad a causa de una variante letal de la gripe. El rodaje, que empezó en enero de 2020, fue interrumpido por ya sabéis qué. La serie de Patrick Somerville se estrenó finalmente en diciembre de 2021, y seguramente habría sonado mucho más si su premisa no fuera un recordatorio de la pandemia que tan exhaustos nos tenía ya. Estación once pasó injustamente desapercibida, y por eso hoy queremos volver a hablar de ella. ¡Sin spoilers!
Sí, es otra serie apocalíptica, y no diré que es totalmente novedosa y original, pero tiene un tono y un acercamiento al fin del mundo tan especiales que es difícil no maravillarse con ella. En Estación once hay escenas oscuras y agónicas, pero siempre queda espacio para momentos luminosos, para la esperanza, la perseverancia y la emotividad. Abraza la desgracia del apocalipsis sin recrearse en ella, prestándole mucha más atención a la exploración de la vida y de la naturaleza humana, a cómo el mundo y sus habitantes son capaces de sanar, conectar y seguir adelante.
Humanos ante el apocalipsis
Fotograma de Estación once
Pese a lo grande de su premisa, a Estación once no le interesa ni el virus ni el precipitado desmoronamiento de la sociedad a gran escala. Se detiene en las pequeñas experiencias personales, para mirar de cerca al ser humano cuando la humanidad amenaza con desaparecer.
El primer capítulo recorre las caóticas horas en las que se desata la pandemia. A partir de entonces, la serie viaja entre los días circundantes y el nuevo mundo de 20 años después, dibujando los caminos de distintos personajes —que tienen en común el fantasma de la primera persona que hemos visto morir—.
Las líneas temporales se entretejen con fluidez y tino, hablan entre sí y se relacionan temática y emocionalmente para seguir profundizando en unos personajes a los que, tras haberlos visto actuar ante el pánico y la desesperanza del apocalipsis, ya parece que conocemos muy bien. Pero esos primeros vistazos tan reveladores de los protagonistas no son más que la tierra fértil donde hacer crecer personalidades complejas y, especialmente, relaciones significativas y conmovedoras que constituyen el corazón de la serie. Porque si algo tiene muy claro Estación once es que nos necesitamos, sean cuales sean las circunstancias.
«Sobrevivir no es suficiente»
Fotograma de Estación once
Siempre he dicho que, en un escenario apocalíptico como este, yo moriría enseguida porque sería inútil para los demás. Necesitaríamos médicos, carpinteros, agricultores… ¿Quién quiere una cuentacuentos cuando se acaba el mundo? Estación once no está nada de acuerdo: toda la serie se cimenta sobre el poder sanador del arte, sobre su valor y trascendencia en el renacer de la sociedad.
Más allá de la compañía de teatro ambulante que lleva a Shakespeare de asentamiento en asentamiento en el universo postpandémico, o de la escena de Hamlet que es capaz de acallar años de reproches, el centro de Estación once —y lo que le da nombre— es un cómic. La novela gráfica en la que una mujer volcó su pérdida y todos sus años de vida es lo que ayuda a otras personas, en un futuro muy distinto, a sobrellevar sus propios traumas. Se convierte en un refugio, una brújula moral e incluso una nueva Biblia en la búsqueda de la prosperidad para los protagonistas. Y su discurso vertebra la narración de la serie.
«Recuerdo el daño. Después escapar. Luego vagabundear por una galaxia extraña mucho tiempo. Pero ya estoy a salvo. Lo he vuelto a encontrar. Mi hogar. Te he encontrado nueve veces antes, quizá diez. Y volveré a encontrarte. Te encontraré porque te conozco, y te conozco porque somos iguales».
Cita del cómic Estación once
El arte es importante en Estación once en la medida en que los sentimientos lo son. Sin grandilocuencias, sin elitismo ni pedantería, es tan solo la forma de entendernos, de empatizar, de crear lazos. Estación once habla, con el cuidado y la belleza que merece, de conservar la humanidad cuando nos quedan ya tan pocas cosas.
Puedes ver Estación once en HBO Max.
Me ha parecido muy interesante. La veré. Gracias.
La premisa no será original, pero el enfoque que le dan a la enésima historia postapocalíptica es muy novedoso. De las mejores series que vi en 2022.
Ahora tocará The Last of Us, que no nos calentará el corazoncito igual.