El pasado 11 de agosto se estrenó en cines Háblame. La ópera prima de los youtubers Danny y Michael Philippou ha llegado pisando fuerte y promete escalar rápidamente al podio de las mejores entregas de terror de 2023. Arropada bajo el paraguas de la firma A24 (que sólo distribuye en EE. UU., siendo Causeway Films la responsable de la producción), la película parte de un terreno de sobra conocido en el cine de espiritismo y posesiones para explorar nuevas visiones y ofrecer una experiencia fresca, cruda, adictiva e indiscutiblemente perturbadora.
Mia no está procesando bien el duelo por la muerte de su madre, y una noche de fiesta va a darle el último empujón hacia una caída libre. Los jóvenes de la ciudad están desesperados por probar el último trend de sus redes sociales: una mano embalsamada que, con un sencillo ritual, te permite contactar con los muertos y ser brevemente poseído por ellos. La experiencia es atrayente y adictiva, pero cuando el apretón de manos llegue demasiado lejos, se abrirá una puerta peligrosa y difícil de cerrar.
Una vuelta fresca al tablero de ouija
La premisa de la que parte Háblame es de sobra conocida en el género: los amigos que juegan con el viejo tablero de ouija y liberan fuerzas sobrenaturales con las que deben lidiar. No obstante, más allá de su esqueleto común, la cinta no tarda en marcar una iconografía propia y diferenciarse positivamente a través de unos elementos formales marcados por una mirada novedosa y personal. Los hermanos Philippou no inventan la rueda, pero hacen que gire de miedo.
Las sesiones de espiritismo se utilizan como una clara alegoría al uso recreativo de drogas. Un apretón de manos, acompañado del sencillo mantra “Háblame, te dejo entrar”, ofrece una experiencia intensa, breve y extremadamente adictiva. La protagonista no solo encuentra un refugio a su dolor en la euforia de tener un espíritu ajeno dentro de su cuerpo, sino que ve en la experiencia una forma de reconectar con su pérdida. La experiencia recreativa pronto pasará a convertirse en una adicción enfermiza que daña a la propia Mia y a su entorno en un tren descarrilado y sin frenos. Su excelente atmósfera opresiva, unas sólidas interpretaciones y una propuesta tonal que navega a la perfección entre el horror más íntimo, un gore asfixiante y un reluciente humor incómodo convierten a Háblame en una de las propuestas más destacables en el cine de posesiones contemporáneo.
Fotograma de Háblame
Un pulso que deconstruye el terror
Esta es su primera película, pero los hermanos Philippou no son ajenos a los códigos del terror. Desde 2013, el canal de youtube RackaRacka ofrece contenido que combina terror, acción y comedia en el corto, intenso y efectivo lenguaje propio de internet. La variación tonal, el uso del montaje y la predilección por los efectos prácticos caracterizan sus producciones en la plataforma, y adquieren una nueva dimensión en Háblame marcando a sus creadores como dos nuevas promesas del género.
La película basa su terror en la construcción de una tensión que se libera tras superar sus límites, asentada siempre sobre un poso dramático que sirve de base para enraizar a sus personajes, creando una balsa melancólica que se vuelve asfixiante por momentos y sobre la que se producen todas las variaciones tonales. El primer acercamiento a lo sobrenatural se canaliza a través del tono frívolo, desenfadado e irreverente de internet, que rápidamente muta hacia el terror más crudo a través de un efecto de choque que sacude el cuerpo. Este juego invade el resto de Háblame, donde la construcción del tono dramático se hila para romperse de golpe y abrir paso a un horror que se expresa en picos de brutalidad guiados por el movimiento de cámara, una estética sólida y atrayente y un diseño de sonido espectacular. Esta lograda estructura pierde fuelle en el tercer acto, que se desinfla por momentos en su resolución para volver a coger altura en un clímax rápido, efectivo e impactante que logra cerrar la película con un buen sabor de boca.
Los creadores afirman que rodaron material suficiente para montar una precuela, y ya hay una segunda parte confirmada que promete dar a los Philippou una libertad creativa absoluta. Desde luego, han hecho el suficiente ruido para que queramos estar atentos.
Fotograma de Háblame