Ríos de tinta han llovido desde que el mundo viera nacer la saga del niño mago en 1997 con la publicación de su primer libro, Harry Potter y la piedra filosofal. El universo de magia y hechicería fue un boom comercial prácticamente desde sus inicios, enganchando a toda una generación de seguidores que aún hoy en día, casi diez años después del estreno de la última película de su serie principal, esperan ansiosos cualquier novedad sobre este asombroso mundo.
Sin embargo, y a pesar de todo lo que se ha hablado sobre la saga, a día de hoy siento que hay un tema en el cual no se ha hecho demasiado hincapié. Cuando se suele hablar sobre las películas o los libros de Harry Potter, siempre hay una en particular que queda algo denostada, casi tachada por los fanáticos de “oveja negra”. En este artículo me gustaría exponer brevemente por qué, a mi modo de ver, esta película no solo no es irrelevante, sino que tiene una importancia fundamental dentro de los cimientos que la narrativa seguirá posteriormente a lo largo de la saga.
Hoy hablaremos sobre Harry Potter y la cámara secreta (Chris Columbus, 2002).
Fotograma de Harry Potter y la cámara secreta
Las dos caras de una misma moneda
Al igual que Voldemort y Harry comparten cierta dualidad, La piedra filosofal (Chris Columbus, 2001) y La cámara secreta son, a efectos prácticos, opuestos y al mismo tiempo complementos de un todo común. Usualmente suele atribuírsele la autoría de la presentación del mundo de Hogwarts únicamente a la primera película de la saga, menospreciando el trabajo de worldbuilding llevado a cabo por su secuela.
Y es que La cámara secreta nos habla de una “cara B” del mundo de los magos que quedó prácticamente opacada en la primera película. La piedra filosofal está dedicada a exhibir el mundo de Hogwarts a Harry, un pobre chico infeliz y sin familia que descubre un nuevo mundo mágico en el que consigue una figura paterna (el director del colegio, Albus Dumbledore) y desarrolla una estrecha amistad con dos chicos de su edad (Ron Weasley y Hermione Granger) y el guardabosques, el semigigante Rubeus Hagrid. Al final de la primera película, para Harry gran parte de lo que representa Hogwarts es totalmente idílico: un hogar en el que halla el significado de ser querido y aceptado.
No obstante, todo este concepto del mundo es replanteado en La cámara secreta. Y es que Harry deberá afrontar que su nueva vida y el mundo que está descubriendo no eran tan perfectos como parecían.
Kenneth Branagh como Gilderoy Lockhart en Harry Potter y la cámara secreta
Nadie ha pedido tu opinión, asquerosa “sangre sucia”
Está bien, seamos claros: el mundo de magia y hechicería tiene un problema muy grave con el racismo. La película no solo se encarga de plasmar la discriminación a través de la trama de los hijos de muggles y la esclavitud de los elfos domésticos, sino que podemos ver más casos similares a lo largo de toda la historia: Harry sufre en carne propia como sus compañeros creen que él es el causante de todos los ataques por el hecho de hablar pársel; Tom Riddle usa a Hagrid como chivo expiatorio debido a su condición de mestizo y su gusto por las criaturas extrañas; los mismos Weasley, una familia de sangre “pura”, son discriminados por el mero hecho de ser pobres y relacionarse con muggles.
En ese sentido, los Malfoy funcionan muy bien como antagonistas a lo largo de la película. La cámara secreta presenta en su apogeo la rivalidad entre Harry y Draco, mientras que el padre de este, Lucius, se revela como el artífice entre bambalinas de todo lo ocurrido en la escuela, llegando al punto de conseguir que la burocracia del centro destituyera a Dumbledore en una situación de crisis. Son complementados además por otros antagonistas menores, como Gilderoy Lockhart, un bufón que se aprovecha del trabajo de otros para obtener fama y reconocimiento y que sirve para reafirmar en Harry la idea de que el mundo mágico lo mismo está igual de corrupto que el de los muggle. Mención aparte para las criaturas que atacan a Harry y compañía durante la aventura, como el Sauce Boxeador, las arañas del Bosque Prohibido o el mismo Basilisco, ejemplificando la visión de que Hogwarts no es tan seguro como nuestro protagonista creía.
Fotograma de Harry Potter y la cámara secreta.
La película ya nos presenta una declaración de intenciones bastante reveladora desde el principio. Harry ha pasado todo el verano molesto porque no ha recibido ninguna correspondencia de sus amigos, piensa que se han olvidado de él y que lo ocurrido el año anterior es poco menos que anecdótico para ellos. La llegada al resplandeciente Callejón Diagon, que tanto imponía en La piedra filosofal al ser el primer lugar que Harry visita del mundo mágico, sería otro buen ejemplo de esto. En La cámara secreta, al intentar llegar al citado callejón, Harry acaba por error en el Callejón Knockturn, un camino adyacente que es famoso por su comercio con artefactos y productos propios de la magia negra. Nuevamente, la cara oculta de este mundo. La misma premisa de la trama principal se centra en el oscuro secreto oculto en el castillo por uno de los fundadores de la escuela.
Volviendo a Harry, a lo largo de la película su personaje recibe un baño de realidad y un crecimiento constante. Por primera vez desde que descubrió este mundo, Harry llega a sentirse solo. Tiene miedo de perder todo lo que ganó en su primer año, de volver a lo que era su vida con los Dursley. La soledad y la búsqueda de identidad son dos temas también constantes a lo largo de la película. Harry explora nuevas facetas de su rol como elegido y de su conexión con el Señor Oscuro. Llega a dudar de sí mismo y de uno de sus mejores amigos. Sin embargo, y como bien señala Dumbledore al final de la obra, las acciones son lo que definen a uno, no sus habilidades. Y Harry ya había escogido un camino, uno muy distinto al de Voldemort.
Harry, Ron y Hermione en Harry Potter y la cámara secreta
Todos estos temas son explorados a través de una trama de misterio realmente interesante (una de las cosas en las que erraba La piedra filosofal), con uno de los clímax que mejor funcionan dentro de la saga y un cierre superior al del libro original. La adaptación que Chris Columbus hace de la obra en las dos películas que trabajó es soberbia. Nunca ha sido Cuarón en términos de dirección, pero tampoco le ha hecho falta. Columbus impregna su duología de un carisma y una magia únicos, siendo estas dos películas en gran parte las causantes de que una generación entera cayera embrujada por el mágico mundo que Hogwarts descubría ante nosotros. Básicamente, La cámara secreta es una secuela perfecta, ampliando lo mostrado en La piedra filosofal y complementándolo con otro punto de vista diferente que la hace única.
Tal vez no soy del todo objetivo con esta película y la nostalgia habla por mí. Sin embargo, si alguien me preguntara “¿Qué película representa lo que es Harry Potter para ti?”, estoy bastante seguro de que mi respuesta sería La cámara secreta.
¿Dónde puedes ver estas películas?
Harry Potter y la piedra filosofal y Harry Potter y la cámara secreta están disponibles en HBO.