Hierve, de Philip Barantini, fue estrenada el pasado enero en España y está nominada a 4 BAFTAs. La historia es una continuación del cortometraje que hizo el mismo director (y con el mismo actor protagonista) en 2019, en el que ya nos introducía a Andy y a su profesión. En el largometraje, Barantini nos invita durante una hora y media a vivir la realidad de este chef de cocina que, sin saberlo todavía, está llegando rápidamente a su punto de ebullición.
Rodada por completo en un plano secuencia, con personajes que entran y salen sin avisar e inesperados giros de guion, Hierve consigue que sintamos que estamos de verdad en ese bullicioso restaurante londinense, en una cocina asfixiante, en la noche en que la vida de Andy Jones se descarrila por completo.
En este artículo vamos a hablar de cómo Barantini consigue llevar a su personaje protagonista hasta el punto de ebullición, y por qué es una genialidad. Avisamos, se pueden leer spoilers.
Déjalo solo
Andy, interpretado por el brillante Stephen Graham, empieza Hierve en un punto muy bajo. Llega tarde al trabajo, agobiado y disculpándose por teléfono con quien asumimos que es su pareja, poniendo excusas por haber faltado al cumpleaños de su hijo. Ya desde el principio entendemos algo: Andy es un tío que la caga, y su familia está harta de que lo haga.
Pero no solo su familia legal está harta de sus cagadas; sus compañeros de trabajo, su familia en la cocina (en especial, su sous chef, Carly), también está al límite. Andy no hace los pedidos de producción, no habla con la encargada sobre las quejas de los empleados, no hace las cuentas ni el papeleo necesario… Básicamente, no se puede confiar en Andy. Y este es el primer paso para que se rompa por completo.
Estrésalo al máximo
Fotograma de Hierve (Filmin)
Trabajar en cocina es, por definición, estresante. No tienes tiempo para casi pensar: entran cientos de comandas a la vez, hay que tener memorizados todos los platos para seguir un buen ritmo, se debe saber delegar cuando la cosa se pone chunga… Y Andy, que no para de pensar en su hijo y en que ha perdido la confianza de su equipo, se entera esa misma noche de que han bajado mucho en los indicadores de calidad del restaurante, todo por su culpa.
Esto es una gotita más en un vaso que está casi lleno. De repente no solo es un fracasado en casa y una decepción en el trabajo, encima ha demostrado ser un terrible hombre de negocios del que no se pueden fiar. Esto hace que ocurra algo muy importante: Andy no puede evitar estar distraído. Aunque al principio parezca que esto le vaya a abrir los ojos, lo único que consigue es añadir más estrés a una noche que ya de por sí empezó siendo terrible.
Dale un archienemigo
Fotograma de Hierve (Filmin)
¡Sorpresa! ¿Recuerdas a Alastair Skye, ese antiguo compañero de negocio, el chef que “te enseñó todo” y al que secretamente (y no tan en secreto) odias? Pues ha venido a cenar esta noche. ¿Y sabes qué es mejor todavía? Ha traído con él a una conocidísima crítica culinaria que, con una mala recomendación, podría hundir tu restaurante. ¡Genial! ¿Qué puede salir mal?
La respuesta es: todo. Andy, que ya lo estaba, se pone más nervioso aún, esforzándose el doble para que los platos que vayan a su mesa sean los mejores. Pero todo eso dará igual, porque Alastair no ha venido a criticar la comida. Lo que busca es dinero, una cantidad exorbitante de dinero que Andy le debe… Un dinero que Andy no tiene. El vaso está a punto de rebosar.
Haz que cometa un error
No olvidemos que Andy es el jefe de cocina de su restaurante, el chef. El resto de empleados lo buscan cuando no saben cómo hacer algo, le preguntan sus dudas cuando no se acuerdan de un plato, necesitan su aprobación para todo… Incluso le preguntan qué hacer cuando se acaba el condimento de un plato. Y Andy, solo, estresado, distraído y empujado hasta el límite, responde sin pensar. Y esa respuesta equivocada provoca que una clienta entre en choque anafiláctico.
La gota final que colma el vaso. Llegan ambulancias, se lanzan culpas y disculpas a diestro y siniestro… Cuando finalmente descubre que el accidente fue provocado por su culpa, su sous chef y amiga Carly le comunica que va a dejar el restaurante, y Alastair le sigue presionando para que le devuelva su dinero… ¿Qué más le queda?
Pues le queda rogarle a su ex mujer y prometerle que va a mejorar y dejar las drogas (aquí descubrimos la fuente verdadera de todos sus problemas), para, automáticamente después, desplomarse en el suelo. Y aquí, finalmente, es cuando se rompe del todo. Su vida, su trabajo, su adicción: todo ha jugado a favor para empujarlo a una destrucción completa.
Déjalo abierto
Fotograma de Hierve (Filmin)
Y cuando la pantalla se funde por fin a negro… Escuchamos cómo lo encuentran y sentimos un poquito de esperanza. No sabemos si vive o no, pero lo que podría haber sido terminar de ver una película con un final deprimente, se acaba volviendo una moraleja que ya nos decía un superhéore de capa negra: mueres como un héroe o vives lo suficiente para convertirte en el villano.
Puedes ver Hierve en Filmin.
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