Jaume Ripoll es fundador y director editorial y de desarrollo de la plataforma Filmin. También es director del Atlántida Film Fest, el primer festival que ofrece toda su programación íntegramente por internet, director de la distribuidora Cameo y, por supuesto, una de las mentes que con más empeño y pasión luchan por darle al cine independiente español el valor que se merece. En Milana hemos podido hablar con él sobre su trabajo, las estrategias que han llevado a Filmin a ser lo que es y el futuro que le depara a la industria del cine en España.
Creo que Filmin es una de las plataformas que más complicidad ha generado con sus suscriptores, ¿cómo habéis construido esa relación?
La idea de plataforma de proximidad es establecer puentes con los suscriptores, que ellos se sientan de alguna manera acompañados, que sus deseos se vean reflejados en la plataforma. ¿Cómo se lleva a cabo eso? Por un lado, intentando responder de forma personalizada a sus inquietudes, críticas y comentarios, tanto en el departamento de atención al cliente como en redes. Después, ser transparente. Si nos piden una película, intentar conseguirla; si lo conseguimos, recordárselo a quien lo haya pedido; si no la podemos conseguir, ser honestos y decirle que no la podemos conseguir… ser autocríticos, no tener problema en hacer público los problemas que hemos podido tener y las cosas que aprendemos. Y eso nos lo han dado los años de trabajo en este entorno. Al final, en 15 años hemos tenido que desarrollar todos los elementos que hacen posible una plataforma como la nuestra.
Y después, la complicidad y la celeridad con la que reaccionamos a ciertos elementos, como premios, efemérides, defunciones, celebraciones o cosas que estén en boga. Y por último, la complicidad que establecemos con festivales, que también satisface a esos suscriptores que no pueden ir y de alguna manera les compensa esa dificultad para acudir.
Sí, los festivales os diferencian claramente de otras plataformas. ¿Teníais claro desde el principio que queríais exprimir ese público? ¿Cómo surgió esta estrategia?
Los festivales siempre han sido clave. Atlántida lleva 12 años y es un festival nuestro, y desde entonces tenemos la colaboración de MyFrenchFilmFestival, que es el festival que realiza Unifrance de cine francés. Hace 10 años colaboramos con el festival de Rotterdam, desde hace 8 o 9 colaboramos con In-Edit… Por tanto, las vinculaciones con festivales vienen de mucho antes de la pandemia. De hecho, nuestro aprendizaje montando festivales online, o colaborando con festivales tradicionales para llevarlos a una versión online, nos permitió que durante la pandemia tuviésemos una respuesta rápida y pudiésemos dar acogida a todos esos festivales que sin duda nos han ayudado muchísimo.
Imagen promocional de Atlántida Film Fest
Otro formato por el que apuestan pocas plataformas son los cortometrajes. ¿Crees que el público lo agradece? ¿Es un contenido que se demanda?
Hay un tipo de suscriptor que abraza el cortometraje, se interesa, quiere descubrir nuevos nombres y dedica tiempo a navegar por el catálogo en busca de nuevos talentos o gente a la que seguir la pista. Ahí ayudan festivales como Alcine, Cartagena, el Mecal y tantos otros, gracias a sus secciones oficiales, y concretamente en la sección de cortometrajes, son guías y filtros bastante útiles.
El problema con los cortometrajes es el que tenemos con los largos, pero amplificado: hay tanto por ver y tanto desconocido, que acabas viendo aquello que te han recomendado o aquello que ya conocías. Es un problema que tiene difícil solución. Se pueden aplicar soluciones de diseño, usabilidad, recomendaciones específicas… pero no es fácil. Siempre hay al año uno o dos cortos, como Time Code (Juanjo Giménez, 2016), Madre (Rodrigo Sorogoyen, 2017) o Protopartículas (Chema García Ibarra, 2009), que por el nombre del director, porque ha ganado el Oscar o el Goya, o por cualquier motivo, llaman la atención del espectador. Pero también está bien no tener solo ese corto, sino muchos más.
Fotograma de Madre
El problema es cuántos más puedes tener, ahí nosotros tenemos que aplicar filtros porque no podemos estar absorbiendo todos los cortos que nos quisieran ofrecer. No somos una plataforma exclusivamente de cortometrajes, que cortos hay muchos e incluso muchos más que largos. Después, los royalties y el envío de liquidaciones se hacen muy complejos. Intentamos aplicar filtros un poco restrictivos.
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¿Y qué proceso lleva una película para acabar en Filmin?
Hay diferentes caminos que pueden llevar a una película a Filmin. Uno es el más tradicional, de una distribuidora nacional, un agente de venta internacional o un festival en el que tenemos acuerdos fijados. Otros casos son los propios productores o el propio director que nos hace llegar la película poniéndose en contacto con nosotros diciendo: “Pues mira, tengo esta película, ¿os interesa?”. Al final tenemos que valorar si encaja, si el momento en el que nos la ofrece tiene cabida o no.
¿Crees que vivimos un buen momento para el cine independiente? ¿Qué papel juegan las plataformas?
Primero tenemos que definir qué es cine independiente. Y si cine independiente es aquel que se rueda fuera de los estudios de Hollywood, entonces tendremos que definir qué es un estudio de Hollywood, porque a lo mejor uno te dirá que Amazon o Netflix son de facto estudios de Hollywood… Entonces si las películas que producen las plataformas no son independientes nos queda menos margen para hablar de eso.
Yo creo que, si nos ceñimos al cine español, nunca ha habido más gente trabajando en películas y series. En cuanto a la singularidad de los nuevos talentos estarán tan mal o tan bien como en años pasados. Es verdad que todos nos acordamos de finales de los 80, con el inicio de Sundance y el nacimiento de Soderberg, Wes Anderson, Spike Jonze, Fincher y demás, pensando que ese era el inicio del cine independiente americano. Ahora nos preguntamos: ¿qué es el cine independiente y qué directores independientes hay? Quizá porque Sundance está a otro nivel, o quizás porque las plataformas globales de alguna manera trabajan menos esos títulos… Uno piensa en el trabajo que hizo Avalon, por ejemplo, promocionando a Noah Baumbach con Frances Ha (2014), y si hubiese tenido el mismo impacto si ese trabajo lo hubiese hecho una plataforma global estrenando directamente en streaming. Quizá en visionados globales sí, pero en el imaginario del espectador no.
Fotograma de Frances Ha
En cualquier caso yo diría que cada año tenemos buenas y malas pelis. Como está cambiando el modelo de distribución, y por tanto también el modelo de producción, es posible que aquello que se acabe creando vaya determinado por dónde se vaya a ver, y ahí hay un riesgo, sin duda. No es lo mismo ver una película en casa que verla en salas, no por una cuestión romántica sino por una cuestión de paciencia frente a aquello que ves.
¿Qué opinas sobre esa “lucha” en los modelos de distribución? ¿Sobrevivirán las salas de cine a las plataformas?
Es demasiado pronto para saber cuál será el escenario a 5 años vista, porque aún no sabemos cómo va a evolucionar la pandemia. Parecía que volvíamos a un estado de relativa normalidad pero de pronto hay países como Alemania, posiblemente Italia o Austria, que están retrocediendo en cuanto a la posibilidad de abrir salas. Hay cierto temor de los espectadores, y eso va a determinar cuál será la realidad económica de las salas y cuál será el devenir comercial de películas que dependían de ese tipo de público.
Por ejemplo, el público de más de 60 años que iba entre semana al cine ahora, en España, no está yendo. Y esas películas que habían sido compradas por los distribuidores con la expectativa de que ese público fuese, se están dando cuenta de que no es así. ¿Y por qué no va? Por diferentes motivos. Uno, por miedo; otro, por incomodidad con la mascarilla; otro, porque a lo mejor si sale de casa es para ver a las amigas en un bar y no para encerrarse en una sala; otro, quizá porque ha descubierto las plataformas en este año y medio y dice: “Pues ya me quedo en casa y no la veo en otro lado”. Quizá porque, a lo mejor, el distribuidor, sabiendo que tiene poca capacidad de recuperación de dinero en las salas, invierte poco en el marketing porque está temeroso, y por tanto el público no sabe que esa película se va a estrenar… Son una conjunción de elementos que nos llevan a pensar que es un sector del público y un tipo de cine que tiene, de momento, difícil papeleta.
En cuanto al resto, ya hemos visto este año que las películas gigantes han funcionado razonablemente bien. Hablo de Dune (Denis Villenueve, 2021), Sin tiempo para morir (Cary Joji Fukunaga, 2021), Fast and Furious 9 (Justin Lin, 2021)… Posiblemente las próximas películas como Spider-Man: No Way Home (Jon Watts, 2021) tendrán una respuesta positiva. También hay que ver cuál será el techo. Si el techo en España eran 25 millones de euros para una película comercial, y el actual es de 9 millones, se ha bajado mucho. Y con techo me refiero al mejor escenario posible. Entonces vamos a ver qué sucederá, quizá si nos reunimos tú y yo en 6 meses, tengamos una visión más clara.
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¿Cuáles son los frentes abiertos que tiene Filmin para los próximos años?
Los retos que hemos tenido durante los últimos tiempos se mantienen. En cuanto al catálogo, intentamos gestionar y acertar en las exclusivas, conseguir más librerías, ser capaces de promocionarlas bien… También tecnológicos, mejorando la calidad de audio y vídeo y las aplicaciones de televisión.
En marketing intentamos ser capaces de llegar a gente que aún no nos conoce, promocionando aquel contenido que tenemos en exclusiva, para al menos ponerlo en el radar de aquellos suscriptores que puedan estar interesados en otras plataformas y, con esa exclusiva, hacer que se sientan tentados a probar Filmin. Estamos en un escenario diferente al de hace un año y muy diferente al de hace dos. Ahora hay muchas más plataformas con presupuestos infinitamente mayores al nuestro. Para poder hacerles frente tenemos que acertar en estos elementos. No es fácil, pero es el camino en el que tenemos que trabajar. Nuestra línea de colaborar con festivales, de seguir estrenando en salas de cine, del Atlántida, de participar en producciones españolas… eso no va a cambiar.
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Cartel de Doctor Portuondo (Carlo Padial, 2021)
Cuestionario MILANA: ¿Cuál sería la película/serie…
… que verías por enésima vez?
Las películas: Dublineses (John Huston, 1987) y Los Teleñecos en Cuento de Navidad (Brian Henson, 1992)
Las series: El ala oeste de la Casa Blanca (Aaron Sorkin, 1999-2006) y Buffy Cazavampiros (Joss Whedon, 1997-2003)
… para ver de resaca?
Cantando bajo la lluvia (Stanley Donen, Gene Kelly, 1952)
… que nunca quitarías de Filmin?
Las películas: Dublineses (John Huston, 1987), El apartamento (Billy Wilder, 1960), Doce hombres sin piedad (Sidney Lumet, 1957), Te querré siempre (Roberto Rossellini, 1954).
La serie: Halt and Catch Fire (Christopher Cantwell, 2014)