Aún tengo resaca emocional por el final de Stranger Things 4 (Matt y Ross Duffer, 2016-). Lejos de quedarse a medio gas o de terminar de extinguir el formato, como se temía, la temporada ha enganchado, ha entretenido, ha emocionado y ha dejado el listón altísimo de cara a la quinta y última parte. Los hermanos Duffer han tenido muy pocos fallos y muchos aciertos, ya fuera oscureciendo el tono y apostando por el terror clásico, dando respuesta a los cabos sueltos de la primera entrega, creando un enemigo más humano y racional, genuinamente malvado, o terminando de definir el homenaje más completo, atractivo y nostálgico a los años 80.
Hoy quiero hablaros de uno de esos aspectos que ha marcado la temporada con muy buen tino: la diversificación de tramas y el reparto del protagonismo (con algunos spoilers). ¿Por qué Eleven ha sido secundaria?
Personajes por todo el mapa
Hopper, Joyce y Murray pasan la temporada en Rusia
Aunque la serie que conocimos en 2016 siempre fue más o menos coral, esa particularidad no ha hecho más que incrementarse. Sin privarse de incorporar nuevas caras y dejando brillar a secundarios que aún no habían tenido su oportunidad (como Murray o Max), el peso dramático de esta temporada se ha repartido entre más personajes que nunca. Y si ha salido bien es por el carisma y el encanto que desprende cada uno de ellos y que los hace memorables e inconfundibles. Pero también porque están firmemente colocados en el tablero, repartidos en cuatro líneas narrativas que discurren de forma paralela.
Tener dos o tres subtramas que acaban convergiendo tampoco es novedad en Stranger Things, pero el grupo nunca había estado tan dividido, alejado e incomunicado como en esta temporada.
Por un lado, la aventura para volver a poner a Hopper en juego sitúa a los adultos en una prisión soviética, en un claro homenaje al cine carcelario inspirado en la Guerra Fría. A su vez, el grupo de California protagoniza una especie de road movie ligera —y de menor interés— para encontrar el laboratorio donde se desarrolla la tercera subtrama: el entrenamiento de Eleven para recuperar sus poderes, que la enfrenta a sus traumáticos recuerdos y explora la mitología que rodea la serie. Por último, la que aglutina más personajes y atractivo es la trama de terror clásico y misterio que sí se queda en Hawkins, con un puñado de adolescentes intentando localizar y detener a Vecna, el villano que asesina desde Del Revés a través de la mente.
El grupo de Hawkins se enfrenta a Vecna
Esta cuádruple narración funciona por un ritmo muy bien medido y porque las cuatro tramas son suficientemente atractivas e importantes para la historia principal para que no dejen de interesarnos (aunque algunas lo hagan más que otras).
Pero todos sabíamos que acabarían reuniéndose en Hawkins, al menos, para la batalla final… ¿No? Pues no. Aunque sí es esa la intención de los personajes, los Duffer se aseguraron de que no pudieran. Los tres grupos (Eleven sí se une a Mike y los Byers) acaban luchando en un clímax paralelo contra un enemigo común, pero a kilómetros de distancia y sin tener siquiera la oportunidad de hablar entre ellos. Una apuesta tan arriesgada como acertada, que añade épica y que tiene mucho sentido: la verdadera batalla final no es esta, sino la que desarrollará la temporada 5 —y para la que, ahora sí, ya están todos en Hawkins—.
Y eso es precisamente lo que ha estado haciendo Eleven, preparándose para el final.
¿Dónde está Eleven?
Eleven hace frente a los recuerdos de su entrenamiento
La protagonista de la serie ha sido casi una secundaria durante gran parte de los episodios de Stranger Things 4. Como ya hicieran en la temporada 2 para que la chica con superpoderes no salvara el día demasiado pronto, Eleven ha estado apartada de los demás e inutilizada hasta el final. Efectivamente, el miedo y la sensación de inseguridad que plantea la trama de Hawkins se ven beneficiados por la certeza de que ella no puede ayudar. Pero, esta vez, había otras razones de peso.
Eleven debe terminar de formarse como heroína. El final de la serie está al caer y, además, acabamos de descubrir que el origen de todo el mal que ha azotado Hawkins desde la primera temporada tiene cara, nombre y muy malas intenciones. Vecna es una especie de reverso malvado de Eleven: la historia y la fuente de los poderes de ambos están íntimamente relacionadas (sin entrar en mayores spoilers). Es, digamos, su enemigo natural, así que Eleven va a tener que dar la cara, no tanto en el episodio 9, que también, como en la quinta temporada. Y, para ello, es necesario que complete su arco de preparación.
Vecna en Del Revés
Eso, teniendo en cuenta que la hemos conocido como una niña perdida, implica terminar un proceso de maduración que se ha visto reflejado en la temporada al completo. Ahora que los personajes —no solo Eleven— han crecido, la serie madura también hacia un tono más oscuro que acoge conflictos más adultos. Pero, volviendo a nuestra heroína: en su caso madurar conlleva enfrentarse a su pasado y superar los traumas que derivan de él. Su transformación culmina al cerrar por fin la complicada relación que mantenía con el doctor Brenner.
Así, Eleven recupera el protagonismo perdido en el último episodio, que no es sino un preámbulo de la quinta temporada. En ella, por mucho que vaya a recibir ayuda del grupo, deberá tener un papel más constante y relevante de lo que hemos visto hasta ahora. Es ella quien debe vencer a Vecna, el tiempo de las dudas se ha agotado.
El corazón de Eleven y Max
Max es una de las víctimas de Vecna
Pero, después de haber estado relegada a un segundo plano durante tanto tiempo, ¿era suficiente el épico enfrentamiento con Vecna para que Eleven volviera a ganarse nuestro interés y la aceptáramos de nuevo como nuestra protagonista? No del todo. Puede ser muy entretenido ver a la heroína derribar un helicóptero, pero eso no nos hace quererla. Para que sea un personaje realmente atractivo, necesitamos humanizarla. Por eso, Eleven siempre mola mucho más por cómo se relaciona con el resto que por sus hazañas.
Si alguien ha llevado el peso emocional de la temporada junto a ella, ha sido Max (y, en menor medida, Eddie). Ella ha sido el principal contacto con el enemigo durante todo el primer volumen y, por extensión, un personaje fundamental en la trama de mayor calado, la de Hawkins. Ha protagonizado otro interesante proceso de maduración, varias escenas muy emotivas y una de las secuencias más memorables de la temporada: la del primer triunfo frente a Vecna, aferrándose a la amistad para liberarse de sus fantasmas, al ritmo de Running Up That Hill de Kate Bush (tema que, por cierto, ha sido nº1 de escuchas 37 años después). Max nos ha abierto su corazón y se ha ganado el nuestro.
Por eso, la mejor forma de que recibiéramos a Eleven con los brazos abiertos a su regreso era que se involucrara emocionalmente con Max de esa forma tan bonita y desgarradora en la que lo ha hecho. La amistad entre las dos y la desesperación genuina de Eleven (compartida por el espectador) ante la posibilidad de perderla son, sin duda, grandes culpables de que la temporada haya tenido un final tan sobresaliente y emotivo. Y de que estemos esperando Stranger Things 5 con tantas ganas.
¿Dónde puedes ver Stranger Things 4?
Todas las temporadas de Stranger Things están disponibles en Netflix.
Maravillosa serie, excelente artículo.
🙂