Euphoria es la serie creada por Sam Levinson que retrata de manera estilizada los problemas de un grupo de adolescentes estadounidenses. La intención de la serie no es la de dramatizar una vida adolescente al uso, sino la de plantear problemas estructurales y sociales dentro de la vida de sus personajes. Mucho cuidado, porque a partir de aquí hay spoilers de la primera temporada de Euphoria y su primer episodio especial.
Con el estreno de sus dos episodios especiales la serie ha abierto la ventana para profundizar en crudo en los personajes de Rue y Jules y verbalizar elementos clave de la psique de las dos chicas, calmando además un poco el hambre hasta el estreno de su segunda temporada. El primero de estos capítulos ponía a Rue y a Ali, su mentor de Narcóticos Anónimos, a charlar durante casi una hora sobre la adicción de la adolescente, y cómo esto la moldeaba de cara a la gente que la rodea. ¿Es Rue la adolescente politoxicómana que aleja a todos los demás de su lado? ¿O es la que, muy en el fondo, lucha por terminar con todo?
Empujada al vacío
Hubo una vez que Rue fue feliz: en el vientre de su madre. A modo de mal augurio, ella misma señala que nació tan solo tres días después del 11-S, y que sus primeros días de vida consistieron en contemplar las imágenes del atentado una y otra vez junto a sus padres. Cualquiera que preste un mínimo de atención se daría cuenta de que su devenir está plagado de infortunios. Poco tiempo después, la propia Rue admite que, empujada por el malestar que le causaban sus neurodivergencias y la muerte de su padre, empezaría a consumir drogas desde muy joven. Al menos hasta que empieza a salir con Jules, la chica nueva de la ciudad. Juntas viven un romance en el que, por fin, Rue se deja ver como es en realidad, y consigue desligarse poco a poco de las drogas, pero a un precio muy alto: liga su salud mental a Jules.
Por eso, cuando Jules la abandona en busca de su libertad personal, Rue vuelve a ampararse en los narcóticos como vía de escape. Sin embargo, en Las rayadas no son eternas Rue se ve forzada a ponerse un espejo delante, y afrontar la verdad sobre su condición de adicta y su relación con Rue. El episodio está planteado de una forma inteligente: prescinde de los artificios formales y narrativos a los que ha acostumbrado a sus espectadores en favor de una conversación lineal que desmonta de forma analítica, pero no por ello menos emotiva, las mentiras que Rue se ha contado a sí misma para justificar su recaída.
En este aspecto, Euphoria hace un gran trabajo humanizando a sus personajes. Durante toda la temporada somos testigos de que, amor mediante, Jules se ha anclado a Rue porque las piezas de su identidad no terminan de encajar tanto como Rue se ha anclado a Jules por su dependencia emocional. Un conflicto de intereses de esas dimensiones ya sería suficiente para hacer que cualquier relación se tambaleara, pero colocada en el contexto de la serie y dado que ambas son adolescentes, no creo que nadie, salvo Rue, sea capaz de culpar a Jules por marcharse.
La relación entre Rue y Jules es tan complicada como entrañable (HBO)
Compartir la miseria
Aunque partan de series muy distintas en principio, este ciclo infernal y decadente, este “quiero y no puedo, pero en realidad tampoco quiero” respecto a las adicciones, el egoísmo y la miseria personal, no puedo evitar acordarme de Bojack Horseman (Raphael Bob-Waksberg, 2014-2020) cuando veo a Rue. Puede que los compañeros de instituto de Rue y Jules no tengan divertidos diseños de animales antropomórficos (en ese caso Nate Jacobs sería una comadreja), pero desde luego comparten el mismo núcleo dramático: tanto Rue como Bojack están condenados a intentar ser mejores una y otra vez, sin importar cuantas veces fracasen ni cuantas mentiras se cuenten a sí mismos.
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No, Rue no está rota, ni Bojack podrido por dentro, por el mero hecho de haber nacido así. Ambas series se preocupan por no victimizar a sus protagonistas, ni hacerles menos merecedores de culpa cuando se la han ganado. Hacerlo sería injusto y paternalista. De hecho es justo lo contrario lo que salva a Bojack y a Rue (al menos, es lo que se da a entender): necesitan asumir las consecuencias de sus actos, sin caer en la justificación de “soy así” o “es imperdonable”, porque interiorizar esos pensamientos significa cerrar la puerta hacia la redención para siempre.
De hecho, cómo funciona la relación entre Rue y Jules no difiere tanto de la pareja estelar de Bojack Horseman: Bojack y Diane. Tanto Rue como Bojack les piden una dedicación integral a sus compañeras, y vuelcan en ellas sus frustraciones y miserias, a menudo ignorando lo que guardan dentro. Puede que Rue y Jules sean pareja, y que la primera esté dispuesta a partirse la cara por la segunda, pero apenas está empezando a darse cuenta de que su novia necesitaba subirse a ese tren tanto como ella volver a drogarse.
Un camino largo por recorrer
¿Podrá Rue superar su adicción alguna vez? Tras esta reparadora conversación con Ali, aún le queda mucho por sufrir antes de poder mirarse al espejo y sentir que lo ha conseguido. Puede que, como su mentor, vuelva a caer, creyéndose invencible. A lo mejor consigue curar tanto su adicción, pero lo que ha aprendido es que no puede trasvasar sus problemas a otra persona que no sea ella misma. Y yo, personalmente, estoy deseando ver cómo realiza ese viaje.
Respecto a Jules… su historia tendrá que ir en otro artículo.
Euphoria (HBO)