Hoy, día 12 de junio de 2021, se cumplen 100 años del nacimiento de Luis García Berlanga, uno de los artistas más reconocidos e insignes de la cinematografía española. Admirado y estudiado hasta los topes, la figura y las huellas de Berlanga marcaron un antes y un después en nuestra forma de entender las producciones patrias.
De igual forma que lo que no tiene nombre no existe, aquello de lo que deja de hablarse pierde relevancia. No es de extrañar, por tanto, que en este aniversario tan redondo se diseccionen la figura del cineasta y su legado. Cabe preguntarse entonces: ¿cómo de importantes son los referentes en la creación? ¿Necesitan los futuros directores y directoras estudiar a Berlanga? ¿Es posible hacer buen cine sin una base sólida de referentes?
Vamos a intentar responder a algunas de estas preguntas y plantear otras tantas mientras que le echamos un ojo a aquello que ha hecho que el ilustre director y guionista se gane un hueco de honor en la historia del cine español.
Berlanguiano
Este año entraba en el diccionario de la RAE un adjetivo para describir lo que es propio o característico de Berlanga. Más allá de la anécdota (si es que una novedad reventando los goznes de contención de una institución más bien estática se puede considerar tal cosa), este suceso deja claro que el director tenía una mirada propia.
El humor absurdo, sumado a lo costumbrista y esa forma tan peculiar de encuadrar a los elencos mayormente corales dejaron en el imaginario colectivo una idea bastante precisa de qué era lo berlanguiano incluso antes de que se acuñara el término. En España no han faltado obras que, a todas luces han tratado de recoger el prisma desde el que miraba el director.
Precisamente a través de lo coral se puede rastrear a Berlanga hasta el día de hoy: la televisión, y más concretamente las series de comedia españolas. El director no circunscribió su cine únicamente a la comedia pero su forma de hacerla y de contextualizar a sus personajes se filtra a día de hoy en una serie de ficciones televisivas que gozan de los mismos valores y miradas parecidas a las de maestro valenciano. Para mí es imposible echarle un vistazo a series como Señoras del (h)AMPA (Abril Zamora y Carlos del Hoyo, 2019-2021), Los hombres de Paco (Alex Pina y Daniel Écija, 2005-2010) o Doctor Mateo (2009-2011) sin recordar el entuerto, lo costumbrista, el permanecer unidos a pesar de las miserias que nos separan. Series en las que, a pesar de las evidentes diferencias formales, el cariño por la gente y sus entornos humildes prevalecen y moldean el universo en el que se desarrollan.
La comedia coral y el absurdo siguen presentes en series como Señoras del (h)AMPA
Esto no significa que el cine se haya quedado del todo huérfano de Berlanga. Películas de relativa actualidad como Fe de etarras (Borja Cobeaga, 2017) o El mundo es nuestro (Alfonso Sánchez, 2012) siguen patrones reconocibles, de gusto en el sainete y sabor costumbrista que se regodean en lo común y humanamente vil para crear escenarios de locura que iluminan el corazón.
Los referentes
Le acaba pasando a todo el mundo. Por el motivo que sea, uno se rodea de gente más joven o que viene de contextos distintos y se lleva las manos a la cabeza cuando le dicen que no han visto tal o cual cosa. “¡Pero si es un referente!”, podríamos espetar. Da igual el referente o la obra de culto, ninguna escapa a la ignorancia tarde o temprano. Berlanga no podría ser menos, claro está. Y es que, con motivo de la vuelta de Berlanga a nuestras conversaciones de a pie, cabe preguntarse qué importancia tienen los referentes en nuestro día a día y en las producciones que consumimos.
Hay quien pensará que la reverencia por lo anterior está de más y que lo importante es centrarnos en las obras de hoy, las historias que nos describen quiénes somos y qué sucede ahora. Y parte de razón hay. Sentarnos a reverenciar lo pasado, como si fuera imposible empatarlo, nos vuelve estáticos y cortos de miras. Si únicamente guardamos nuestro asombro y admiración hacia los que perfeccionaron el medio en un momento determinado, ¿qué espacio les queda a quienes llegan ahora?
Luis García Berlanga
Quienes se hacen estas preguntas pueden, en mi opinión, descansar tranquilos. Un referente no es una meta ni un ancla, sino un hito importante. Berlanga fue capaz de filmar en su tiempo películas que tienen un significado distinto en el nuestro, que evolucionan a medida que lo hacemos nosotros. Una obra atemporal, aunque hable del periplo de un motocarro, seguirá teniendo valor cuando cambien los ojos de quienes la miran, y ahí es cuando sabemos que lo que tenemos delante tiene un valor incalculable, digno de estudio.
No, no todas las películas deben de aspirar a ser de Berlanga (ni de Kubrick, ni Tarantino, ni Almodóvar, ni Cuerda...), pero es motivo de alegría saber que hay algunas que sí lo son, y que nos pueden ayudar a enfocar, no sólo la realidad en la que vivimos, sino el arte que aún está por crear. En este año tan aciago que nos ha tocado, y en conmemoración al cumpleañero, solo queda decir: "Gracias, Berlanga".
Me ha encantado el artículo, Nacho.
Una mirada hacia el futuro muy positiva y, claro que queda mucho y muy bueno por hacer además de las obras magistrales de Berlanga, Almodóvar, … y mi querido Cuerda.