¿A qué se debe la aparente fiebre nacional por reencuentros y reboots? ¿De qué forma afecta a las nuevas producciones? ¿Me estoy sintiendo como Gloria Serra haciendo estas preguntas? Hoy, en Equipo de Investigación, revivimos España
Durante dos domingos he seguido el mismo ritual: avisar a mi amiga Cecilia, sincronizarnos por Whatsapp para establecer una conexión en directo Ceuta-Extremadura y pulsar a la vez el botón de play en ATRESPlayer para comentar Física o Química: El Reencuentro, dirigida por Juanma R. Pachón y basada en los personajes originales de Carlos Montero. Durante el visionado de los dos capítulos, en algunos momentos se me frunce el ceño y parece ser que Cecilia tiene la misma reacción que yo. Por dentro, nuestros yoes de 14 años están gritando y revolcándose por el suelo igual que una fan de Take That en el 96. Cuando el capítulo final termina, la opinión es unánime: queremos repetir el ritual hasta la extenuación, queremos ocho temporadas más de esto y las queremos ahora. Y ni siquiera estamos seguros de que nos haya gustado.
Fotograma de Las cuatro estaciones de las chicas Gilmore (Netflix)
La fiebre del revival se puede rastrear hasta unos pocos años atrás, con el regreso de ficciones estadounidenses que fueron míticas entre los 90 y los 2000. Algunos ejemplos son la miniserie Las cuatro estaciones de las chicas Gilmore (Amy Sherman-Palladino, 2016), BH90210 (Jennie Garth, Tori Spelling, Mike Chessler y Chris Alberghini, 2019), o el regreso de la exitosa Will y Grace (Max Mutchnick y David Kohan, 1998-2020) con su novena temporada. Otros ni siquiera necesitan emitirse o empezar a grabarse para tener encima la mirada de medio mundo, como ocurre con el esperado reencuentro de Friends (Marta Kauffman y David Crane, 1994-2004).
En España, el fenómeno del reencuentro en ficción ha llegado un tiempo después y ha elegido obras un poco más tardías para manifestarse. FoQ: El Reencuentro nos llevó de la mano hacia el 2021, mientras que el esperado reboot El Internado: Las Cumbres (Laura Belloso, 2021) se estrenó en Prime Video el 19 de febrero. Los próximos capítulos de Los hombres de Paco (Daniel Écija y Álex Pina, 2005-2010) todavía no tienen fecha de estreno, pero ya han empezado el rodaje y estamos impacientes por verlos. Aún sabemos poco sobre la futura temporada de Los Protegidos (Darío Madrona y Ruth García, 2010-2012), aunque ya está confirmado su regreso para la plataforma ATRESPlayer.
Imagen promocional de FoQ: El Reencuentro (A3Player Premium)
Está claro que el factor emocional es clave a la hora de apostar por estos formatos. Tanto Física o Química (Carlos Montero, 2008-2011) como El Internado (Daniel Écija, Laura Belloso, Juan Carlos Cueto y Rocío Martínez-Llano, 2007-2010) estaban dirigidos mayoritariamente a un público adolescente. Los Hombres de Paco y Los Protegidos ampliaban un poco más el target, aunque mantenía una parte importante de sus tramas enfocadas a dicha audiencia. Los que consumimos esas ficciones ahora nos hemos convertido en jóvenes adultos semifuncionales en edad de paro, lo que hace inevitable refugiarnos en la idea de que la adolescencia fue una época mejor (solo la idea, si alguien añora de verdad la pubertad tiene que hacérselo mirar). Guardamos mucho cariño a las ficciones con las que crecimos, aunque curiosamente y por lo que he podido comprobar en mis círculos cercanos, no se recuerdan la gran mayoría de tramas. Como con la propia adolescencia, se añora más la idea y la sensación que el contenido. Al resucitar un fenómeno del pasado, es de esperar que este atraiga a la mayor parte de la audiencia que tenía en su momento, además de intentar atraer nuevos sectores y reflotar el interés por el producto original.
En cuanto al resultado, hay muchos más factores en juego y el fan-service suele jugar una mala pasada pese a la buena intención por contentar. BH90210, secuela directa de Sensación de Vivir (Darren Star, 1990-2000) perdió audiencia capítulo tras capítulo y no fue renovada. Las 4 estaciones de las Chicas Gilmore contó con una buena acogida, pero su continuación no se plantea a corto plazo y su creadora está centrada en otros proyectos. Will y Grace, por su parte, gozó de buenas cifras y continuó renovándose. Como es lógico, un guion sólido y una buena realización inclinan la balanza contra la nostalgia.
Imagen promocional de El Internado: Las Cumbres (Prime Video)
¿Puede afectar a las nuevas producciones originales esta oleada de reencuentros, reboots y secuelas? He podido oír algunos comentarios al respecto en los últimos meses, augurando un mal futuro para nuevas ideas si la industria se vuelca en recuperar productos pasados. Sobra decir que estos comentarios vienen de sectores muy alejados de la industria de la que hablan y con poco interés en la misma. Durante el pasado año, en España se estrenaron más de 30 series originales entre canales y plataformas, contando en ocasiones con una distribución internacional, además de aproximadamente otra treintena en desarrollo para estrenarse en un futuro cercano. Algunas plataformas incluso se han atrevido este año a apostar por su primera ficción original. En este panorama, los cuatro revivals no dejan de ser una cifra anecdótica. Es comprensible que tengan tal nivel de cobertura mediática y, sobre todo, seguimiento por parte de antiguos fans, pero lo que más suena no es lo que más abunda.
Dicho todo esto, solo me queda pedir a los dioses de la tele que, aprovechando el entusiasmo de la audiencia hacia los regresos, resuciten a Belén López Vázquez. La adultez precaria necesita su guía más que nunca.