El cine y la emoción han ido siempre de la mano. Una película puede hacernos reír o llorar, provocarnos miedo, vergüenza o incomodidad. Pero también puede hacer que simplemente nos sintamos felices. Las feel good movies son aquellas películas que dominan el difícil arte de lograr sacarnos una sonrisa boba al final de la historia. Buscan el equilibrio entre un conflicto sencillo y al mismo tiempo interesante y, para ello, necesitan un poderoso aliado: sus personajes. Suelen ser amables y carismáticos pero, sobre todo, gente sencilla, normal y corriente, con la que nos sintamos identificados. De este modo vivimos el mismo camino que ellos y, cuando llega la victoria final, la tomamos como nuestra.
Estas historias suelen hacernos entender que el viaje ha sido más importante que el destino. Una feel good movie empieza siendo cine y acaba siendo una especie de hogar al que acudir siempre que necesitemos sentirnos bien. Esperamos que al menos una de las siguientes películas logre haceros sentir así.
La normalización del error: Juno (Jason Reitman, 2007)
Fotograma de Juno
De pequeños (y de mayores) todos nos hemos metido en un lío alguna vez. Cuando llegaba el momento de ir a contárselo a nuestros padres, nos preocupaba más su reacción que el propio problema. Es por eso que Juno nos regala un mundo más sencillo, casi idílico, y una historia en la que los problemas no crecen: las decisiones son aceptadas y cada uno aporta su granito de arena para aportar soluciones. Un mundo donde los errores no son ignorados o sobredimensionados, sino que se normalizan y afrontan. Y así, nosotros también sentimos que las cosas podrían ser más sencillas.
La risa en compañía: El gordo y el flaco (Jon S. Baird, 2018)
Fotograma de El gordo y el flaco
Es difícil encontrar a alguien que comparta nuestra forma de ver la vida, pero cuando lo hacemos, la conexión es casi inmediata. Laurel y Hardy fueron un dúo cómico que se codeó con Chaplin o Keaton y, ahora, en el final de su carrera, llega el momento de la reflexión final acerca del camino que ambos han recorrido. Con su historia, nosotros también meditamos sobre las amistades forjadas a través de los años y que se han ido convirtiendo en algo más, en lazos fraternales: en apoyar de forma incondicional a alguien, en desear su bien y saber que esa persona desea el tuyo. Encontrar un refugio, un hogar, allí dónde está esa persona. Pero, por encima de eso, esto va de reír, de disfrutar de hacer algo que amamos con personas a las que amamos. De sonreír con los recuerdos. De ser mejor junto a otros.
Aprender a ver a través de otros ojos: Flipped (Rob Reiner, 2010)
Fotograma de Flipped
Cada cual tiene una percepción diferente de una misma situación. Puede que para alguien la lluvia sea maravillosa y, al mismo tiempo, otra persona la odie. Flipped nos cuenta cómo dos niños perciben una misma realidad. Fundamentalmente, esta historia habla de la empatía, de entender por qué una persona hace lo que hace, y también sobre no quedarnos en la superficie a la hora de juzgar a los demás. Flipped va de, como se comenta en la cinta: “ver si una persona en su conjunto es mayor que la suma de sus partes’’. Nos enseña acerca del continuo cambio que experimentamos, el descubrir que algo que antes no nos gustaba ahora si lo hace y viceversa. Crecer y replantearnos si estamos haciendo bien las cosas o si debemos evolucionar hacia otra dirección. Quizás así seamos capaces de vivir experiencias que, de otra manera, jamás habríamos experimentado.
Crear nuestra propia historia: Mujercitas (Greta Gerwig, 2019)
Fotograma de Mujercitas
Nuestros sueños y metas van cambiando a lo largo de nuestra vida, adaptándose a las circunstancias y a las experiencias que vivimos. La séptima y más reciente adaptación del clásico de Louisa May Alcott trajo consigo una de las mejores actuaciones corales de la última década y, a la vez, una historia maravillosa acerca de la transición de la adolescencia a la gris realidad de la vida adulta. Los personajes de Mujercitas nos seducen a través de sus miedos y sus esperanzas, sus defectos y sus virtudes. Todas tienen algo encandilante y es difícil no conectar con, al menos, alguna de ellas. Desde el primer minuto nos atrapan y aprendemos junto a las hermanas March acerca de la vida: de las partes buenas, tiernas y simples, pero también de lo complejo, sórdido y triste. Y, al final, la gran lección de Mujercitas es que no todos luchamos por lo mismo, pero todos tenemos algo por lo que luchar.
La calma y el final de un camino: The Old Man and the Gun (David Lowery, 2018)
Fotograma de The Old Man and the Gun
No es fácil encontrar algo que nos haga felices y, cuando lo encontramos, es aún más difícil renunciar a ello. El protagonista de esta película reflexiona acerca de lo que nos llena y nos hace sentir vivos, nos habla de ser conscientes de quiénes somos, de dónde venimos y qué es lo nos ha llevado al punto en el que nos encontramos. La película es también la despedida de Robert Redford del mundo del cine. La cinta se convierte en un paralelismo entre el personaje y la leyenda, una celebración de la carrera del actor y su aportación al séptimo arte, con identidad y respeto. Al acabar la película, nosotros, igual que el protagonista, no podremos evitar sonreír, pues estaremos disfrutando de aquello que nos apasiona. En su caso, atracar bancos; en el nuestro, el cine.