Hace poco escuché a un guionista español decir que no le gustaban las historias que utilizaban la trama argumental de una película o serie para hacer una crítica, prefiriendo, en cambio, las historias en las que mientras pasa algo, se realiza una crítica. Esto es lo que ocurre en Mare of Easttown (Brad Ingelsby, 2021), y es lo que hace que sea una serie tan interesante de ver.
Mare of Easttown es una historia sobre un asesinato y una desaparición que intenta resolver una mujer policía que está a punto de romperse. Pero también es una historia sobre el duelo, la maternidad y lo que significa ser mujer. Habla de ese sufrimiento tan grande que convierte a cualquiera en una persona fría, desconfiada y despegada, aunque también fuerte, capaz de resolver cualquier problema que se le ponga por delante, siempre armada hasta los dientes y lista para la próxima pelea. Esta es Mare, y esta es la serie.
Avisamos que a partir de aquí pueden leerse spoilers de la serie.
Una madre frente a todo
Fotograma de Mare y Siobhan en Mare of Easttown
Mare es una mujer cansada, destrozada y hundida, pero ante todo es madre y abuela. Y sigue siendo madre, aunque ya no tenga hijo. Existe una frase que dice algo así como que «los hijos deben sobrevivir a sus padres». Este orden natural se ve invertido en la serie cuando descubrimos que el hijo mayor de Mare, Kevin, está muerto, y que además, se suicidó. Para Mare, la muerte de Kevin es algo que ocurrió y que no tiene sentido seguir recordando. Pero su hijo dejó en Easttown algo que Mare no puede ignorar: su nieto, Drew. Mare intentará por todos los medios —centrándose de lleno en su trabajo, manteniendo una extraña relación con un desconocido o antagonizando a su ex marido— olvidar lo que pasó. Pero rápidamente nos damos cuenta de que lo que está ocurriendo en el pueblo afecta a Mare más de lo que aparenta, y la está obligando a enfrentarse a todos esos demonios que tanto intentaba evitar.
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Y es que lo que ocurre en el pueblo son, también, historias de madres, de una manera u otra: la muerte de Erin McMenamin, una madre adolescente que solo buscaba darle la mejor vida a su hijo, es el detonante de toda la trama policial. Dawn Bailey es una mujer que intenta desesperadamente que la policía siga buscando a su hija, que desapareció hace un año y a la que han dado como caso perdido. Carrie Layden, la madre de Drew, es una ex drogadicta intentando por todos los medios posibles recuperar la custodia de su hijo. Esto servirá como espejo en el que Mare no querrá mirarse, pero que se impondrá en su vida a la fuerza. Y todo ello está contado de manera sutil y ágil, sin adornos ni florituras, dejándonos claro que ni la historia ni Mare pretenden darnos lecciones: solo busca retratar una realidad muy dura y desgraciadamente común, y dejarnos a nosotros la libertad de sacar nuestras propias conclusiones.
«Entiendo que la terapia sea útil para otras personas, pero no para mí»
Fotograma de Mare en terapia en Mare of Easttown
Es lo que le dice Mare a la psicóloga en su primera sesión de terapia. Este es otro de los momentos en el que la serie decide iniciar una conversación muy relevante sin intención de adoctrinar: la importancia de buscar ayuda cuando la necesitamos. Mare está convencida de que su dolor es incurable, tanto que realmente no cree que hablarlo y trabajarlo vayan a servir de algo. Sin embargo, su psicóloga le demuestra lo equivocada que estaba cuando, más tarde en la serie, Mare decide volver y seguir hablando de temas que, hasta el momento, habían sido tabú en su vida. Se abre acerca de su familia, de la muerte de su padre, de Kevin, de todos los problemas que tuvo, y hasta le termina contando cómo fue el momento en el que lo encontró sin vida colgado de una viga en el ático. Un ático que ha permanecido cerrado desde entonces.
Esta escena ocurre justo después de que su compañero, Zabel, sea asesinado delante de ella. Cuando Zabel yace muerto y Mare espera la asistencia policial y la ambulancia, es incapaz de mirar a su cuerpo tirado en el suelo. Es como si, de alguna manera, ver el cadáver de un chico cercano a la edad de su hijo le remueva algo por dentro y la obligue a enfrentarse a lo que más temía. Es aquí cuando Mare acude por voluntad propia a terapia y le cuenta todo a su psicóloga, en una escena desgarradora por la aparente neutralidad con lo que lo cuenta, pero en la que se puede palpar el trauma y el dolor que reside bajo su superficie indiferente.
«Acepté mentir para proteger a mi hijo»
El final de la serie marca el tercer giro de guion de la trama de Erin McMenamin: al principio creemos que el asesino fue su primo Billy Ross, después, su amante John Ross, para finalmente descubrir que había sido Ryan Ross, el hijo de John Ross y la mejor amiga de Mare, Lori.
Fotograma de Mare y Lori en Mare of Easttown
Este desenlace, más que sorprender al espectador –que también–, lo que consigue es que se nos rompa el corazón un poquito más: Mare confiaba en muy pocas personas, pero entre esos privilegiados estaba su amiga Lori, y cuando no le queda otra que detener a su hijo y condenarlo, esa amistad se rompe en mil pedazos. Pero, ¿alguien puede culpar a Mare? ¿O a Lori? La primera realizaba su trabajo y buscaba justicia, y la segunda —que había descubierto lo que había hecho su hijo y se había callado— solo intentaba protegerlo y que no le pasara nada. ¿Acaso no es eso lo que hacen las madres? Mare entiende a la perfección la reacción de su amiga y no la culpa en absoluto. Es gracias a sus avances en terapia que Mare comprende que Lori había actuado por puro instinto y que ahora, con la vida hecha pedazos, necesitaba su apoyo más que nunca.
Ese momento final en el que Mare acude a ver a su amiga, que está igual de destrozada y en el mismo punto de desconsuelo en el que estaba ella al empezar la serie, recuerda un poco a la escena anterior en la que la madre de Mare se disculpaba por haber sido injusta y dura con ella de pequeña. Ahí le confiesa que ella misma se había perdonado hace años, y que lo que quería ahora para su hija es que se perdonase también por la muerte de su hijo. Y así vemos en la última escena de la serie como Mare sube, por fin, al ático que había evitado desde que muriese Kevin, y cómo empieza a perdonarse poco a poco.
Fotograma final de Mare of Easttown
Y esto es, en definitiva, la mejor manera de resumir lo que pretende hacer Mare of Easttown: mostrarnos lo feo que puede llegar a ser el mundo, las atrocidades que pueden ocurrir, el fondo que podemos llegar a tocar, y aún así dejarnos con un claro mensaje de esperanza que reside en ser capaces de perdonarnos a nosotros mismos.
¿Dónde puedes ver esta serie?
Puedes ver Mare of Easttown en HBO.
Mare of Easttown, es ante todo, una historia de mujeres.
Enhorabuena por el artículo.