Solo asesinatos en el edificio, la serie de misterio y comedia creada por Steve Martin y John Hoffman, estrenada en Hulu y Disney+ en 2021, regresa con su segunda temporada el próximo 28 de junio. Si no te acuerdas muy bien de lo que pasó en la primera entrega o directamente no la has visto aún y estás buscando un motivo para hacerlo, no te preocupes, aquí hablamos de lo que hace inolvidable su primera temporada y te animamos a que veas la segunda. ¡Sin spoilers!
Por su formato único
Solo asesinatos cuenta la historia de Charles, Oliver y Mabel, tres vecinos de un edificio mítico neoyorkino en el que, de repente, un vecino fallece inesperada y sospechosamente. Pero claro, nuestros protagonistas no son personas normales: ellos son fieles fans de un podcast de asesinatos (narrado por la comediante Tina Fey) que los motiva a, cuando descubren que la muerte puede haber sido un asesinato, investigar por su propia cuenta y, cómo no, crear su propio podcast.
Oliver y fans del podcast, representando la noche del asesinato
Es el metacine dentro del metacine: una serie en la que los personajes se obsesionan, en cada episodio, en escribir el mejor guion de podcast posible para mantener la atención de sus oyentes. Donde los giros de guion ocurren y los personajes dicen, en voz alta, que "vaya giro de guion más inesperado". Donde los posibles culpables hacen castings para conseguir ser los malos de la peli. Una serie en la que, para intentar descubrir qué pasó realmente, recrean la noche del asesinato y la interpretan como si fuese una obra de teatro. Y esto es solo la punta del iceberg; lo que consiguen con este formato tan loco es impresionante, y mejor que lo veáis por vuestra cuenta.
Por su reparto variopinto
Esto no le sorprenderá a nadie, pero que tu reparto esté compuesto por Steve Martin, Martin Short y Selena Gomez ayuda mucho a que una serie se vuelva interesante. O quizá no, quizá te produce el efecto contrario y no quieres tocar esta historia ni con un palo, pero es de esta mezcla entre actores de comedia míticos como son Martin y Short, con una joven y “nueva” Selena Gomez (que todos conocemos y queremos por Disney Channel) de donde nace la magia que vuelve a Solo asesinatos una completa delicia de ver.
Mabel, Oliver (drogado) y Charles corriendo por los pasillos del edificio
Parece que no debieran funcionar: ni como actores que trabajan juntos, ni como compañeros de edificio en la pantalla; pero es gracias a esa distancia de edad, experiencias (profesionales y vitales) y generacionales que consiguen que sea una serie fresca, única, diferente. De repente, lo que podría haber sido un choque generacional entre Mabel y Charles se vuelve una adorable relación padre-hija en la que Charles intenta, por todos sus medios, impresionarla. Lo que podría haberse convertido en una relación llena de desdén por parte de Oliver hacia Mabel al ser esta más joven y con más vida por delante, evoluciona en una relación de amistad hilarante con confesiones inesperadas que nos incitan a querer más. De sus diferencias se crea un entendimiento que va más allá de la edad o la experiencia.
Por su cliffhanger imposible
Una vez llegamos al final de una temporada en la que nos han lanzado cientos de teorías, los protas se han enfrentado a los numerosos malos mil veces y se han visto en situaciones peligrosas otras cuantas, por fin se resuelve el gran misterio. Pero la cosa no acaba ahí.
El personaje de Tina Fey y su asistente, viendo el cliffhanger del final de temporada
Como no podría ser de otra forma, si queríamos poder ver una segunda entrega, la primera temporada tenía que terminar en un cliffhanger —un final satisfactorio a la par que incompleto, que nos incita a seguir enganchados a esta historia tan particular—. Lo que termina pasando que lo cambia todo (que no diremos para no hacer spoiler), es algo realmente imposible que, aún así, funciona. Es un final que vuelve a la primera escena del piloto; una escena que, si no tenemos cuidado, podemos hasta haber olvidado. Pero la serie no se olvida, convirtiendo ese final en uno redondo aunque abierto a la vez.
Y porque, ante todo, es una comedia
¿Quién no quiere echarse unas risas de vez en cuando? A pesar de esa premisa loca, de respirar el género de misterio por los cuatro costados, y de tener el presupuesto necesario para hacer todo tipo de locuras con los actores que quisieran, Solo asesinatos es, ante todo, una comedia loca. Y esas suelen ser las mejores.
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Mabel, Oliver, Charles y el corcho lleno de selfies de Charles
Los personajes, a los que acabamos cogiendo además mucho cariño, no son perfectos. Todos tienen sus defectos, sus pasados donde hicieron cosas mal de las que se arrepienten —son, en definitiva, humanos—. Pero aunque todo esto consigue darles forma y humanizarlos, nos quedamos con momentos como Oliver viajando a cualquier parte de la ciudad con una pértiga gigante, metiéndosela en la nariz a quien decida hablar sobre el crimen. Nos reímos con Charles y su trama con la música Jan, y sus incómodas conversaciones en ascensores. No podemos evitar darle pausa a la televisión cuando nos enseñan el corcho de investigación, lleno de selfies inútiles de Charles. Nos sentimos identificados con Oliver cuando comenta que solo come hummus, y que el dip es el alimento más completo que existe. En definitiva, nos enamoramos de la absurdez de sus personajes que son los que, al final, crean esa comedia que podría pasar inadvertida si no fuesen sus actores los nombres que son.
Así que por todo esto (y mucho más) Solo asesinatos en el edificio es una historia a la que merece echarle un fin de semana para ponernos al día, ya que tiene esa habilidad que deberían tener todas las comedias: ayudarnos a olvidar lo que nos preocupa en la vida y hacernos pasar un buen rato.
¿Dónde puedes ver esta serie?
Puedes ver Solo asesinatos en el edificio en Disney+.