Agosto es un mes para conmemorar a Wes Craven. El director, guionista y novelista nació el 2 de agosto de 1939, y a finales del mismo mes, en 2015, murió dejando atrás más de una veintena de largometrajes. Entre ellos, se encuentran algunos de los títulos más célebres del cine de terror.
Podemos destacar la saga Pesadilla en Elm Street, La última casa a la izquierda (1972) o Las colinas tienen ojos (1977). Con la quinta entrega de Scream en desarrollo, hoy toca hablar de los asesinatos de Ghostface y la sátira del slasher.
La mecha que revive un género
Fotograma de Scream (1996)
Los 80 fueron la época dorada del slasher, género que bebe principalmente del terror de los 60 y del giallo italiano. Nació a finales de los 70 con Halloween (John Carpenter, 1978), a la que siguió Viernes 13 (Sean S. Cunningham, 1980) al inicio de la nueva década. Se abrió la veda a una etapa marcada por la explotación de infinidad de títulos con asesinos enmascarados y adolescentes torpes, que se apilaban en interminables sagas hasta quemar el slasher y vaciarlo de interés.
En 1996 se estrenó Scream, un título escrito y dirigido por Wes Craven que revitalizó el género y lo introdujo en la nueva década, modernizándolo e incorporando nuevos tropos que se mantienen hasta la actualidad.
En ella, Sidney Prescott es acosada por un asesino que se oculta tras una máscara fantasmagórica y que ha desatado una matanza en el instituto. Su modus operandi es bastante peculiar: asesina a sus víctimas siguiendo las normas básicas de cualquier slasher ochentero que se precie.
Cuando lo meta se vuelve canon
Fotograma de Scream
De este modo, la cinta se convierte en un constante juego metarreferencial que recopila lo mejor del género, haciendo malabarismos con sus tópicos e incluso haciendo referencias visuales y directas a sus títulos más icónicos.
Si bien sigue los tropos del género al dedillo, lo hace siempre desde la ironía y la distancia emocional que caracterizan a los 90. Se atreve incluso a introducir algunos aspectos nuevos, los cuales terminarán por marcar el canon del slasher durante el resto de la década y hasta la actualidad.
La figura del villano encarnada en Ghostface acaba con los elementos sobrenaturales propios del slasher ochentero, que se hicieron imprescindibles para justificar la resurrección de los asesinos en sus múltiples secuelas (las formas que encontraban para revivir a Michael Myers o Jason ya eran casi irrisorias). De igual modo, la película retoma el concepto de whodunit y mantiene la identidad del asesino como un misterio que debe ser resuelto. Los nuevos tropos que Scream introdujo acabaron por crear escuela y reflejarse en otros títulos cercanos como Se lo que hicisteis el último verano (Jim Gillespie, 1997) o Leyenda urbana (Jamie Blanks, 1998).
El terror como sátira
Fotograma de Scream
Las metarreferencias están presentes desde la primera escena, que es probablemente la mejor de toda la película. Un desconocido llama a una adolescente (interpretada por Drew Barrymore, a quien nadie se esperaba ver morir en los primeros minutos) y mantienen una conversación sugerente sobre cine de terror hasta que el desconocido se revela como un asesino que la está acosando en mitad de la llamada.
La cinta no solo referencia constantemente su propio género sino que lo satiriza, moviéndose por los espacios liminales del humor sin llegar a entrar de lleno en él. Las múltiples caídas, torpezas y despistes del asesino, más allá de servir como alivio cómico y aligerar la trama, lo humanizan y lo vuelven realista para evitar el encumbramiento de iconos que caracterizaba al cine de los 80 con figuras como Freddy Krueger o Jason Voorhees.
Este ejercicio de metarreferencias y toques de comedia satírica convierten a Scream en un título indispensable del cine slasher, cuya propuesta ha influido notablemente a películas posteriores que recuperan su esencia como, por ejemplo, La cabaña en el bosque (Drew Goddard, 2012) o Tucker & Dale contra el mal (Eli Craig, 2010). La saga original cuenta con 4 películas, además de una serie de TV y una quinta parte que se estrenará a principios de 2022. Parece que aún tendremos Scream para un rato.
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