La SEMINCI (Semana internacional de cine de Valladolid) nos ha ofrecido este 2021 un abanico de películas maravillosas y un ambiente de encuentro entre los artistas y el público que nos trae de vuelta a la normalidad de un festival de cine. Nos demuestra que el cine es un lugar seguro y que la industria está fuerte, que existen en Europa apuestas poderosas y cineastas atrevidos con miradas nuevas, y que las salas de cine no van a morir. En Milana hemos tenido la suerte de poder ver todo eso y mucho más, así que aquí os traemos una pequeña selección de autores a los que merece la pena no perder de vista y unas películas que podemos apuntar en nuestras agendas para no perdernos sus estrenos en los próximos meses.
La peor persona del mundo (Joachim Trier, 2021)
Joachim Trier se acerca con la complejidad que supone una mirada sincera y realista a la vida de la mujer “normal y corriente” del siglo XXI. Rodada con preciosos planos en los que a uno le gustaría quedarse toda la película, sin miedo a experimentar, sin miedo a hablar de lo importante y sin pretender abarcarlo todo… La peor persona del mundo nos muestra la vida de una persona complicadamente normal: sus presiones, complejos, aspiraciones, expectativas, decepciones y, sobre todo, culpabilidad por no tener la vida perfecta que a una le vaticinan desde pequeña. Y a todo esto se le suma una espectacular interpretación de Renate Reinsve, mejor actriz en la pasada edición del festival de Cannes, que nos acompaña en todas las secuencias con un aire a medio camino entre Fleabag (Phoebe Wallwer-Bridge, 2016 - 2019) y Frances Ha (Noah Baumbach, 2012). Por último, es importante decirlo, la película tampoco le tiene miedo a una voz en off femenina, algo que parece haber espantado a todos los directores y guionistas durante años.
Compartimento Nº6 (Juho Kunstmanen, 2021)
Una joven finlandesa toma un tren hacia Moscú para ver unos restos arqueológicos de 10.000 años de antigüedad. En el tren de viaje comparte el compartimento nº6 con un joven ruso que parece salido de un vídeo cliché de YouTube: ese típico borracho adicto al vodka que vive en una rave desde que se despierta hasta que se acuesta. El viaje es largo y no tiene otras opciones, así que poco a poco la joven se ve forzada a compartir momentos con él, muchos desagradables, algunos divertidos y unos pocos más íntimos. Kilómetro a kilómetro ambos estrechan una relación que les hace comportarse como las personas que realmente quieren ser y que las vidas que llevaban no les dejaban ser. Una película que este año se ha llevado el gran premio del jurado (ex aequo) en el festival de Cannes.
Está amaneciendo (Guillermo Benet, 2021)
Dos cineastas entrados en los 30 están de resaca en un piso durante su visita a un festival de cine. Este cortometraje se acerca a la crisis vital e incurable de los artistas —y de los jóvenes en general— del siglo XXI y a su ciclo interminable de odio y amor propio. Habla de la contradicción entre los sueños de éxito y las ganas de no hacer más que dejar pasar los días en el sofá con los amigos, de autoestimas y objetivos inestables. Un acercamiento profundamente filosófico a los problemas más mundanos de los jóvenes más corrientes, y todo ello sin salir de las curtes paredes de su piso, que se nos muestra extrañamente bello, y de unos sueños, recuerdos y fantasías lúcidas sobre lo que somos y lo que queremos ser.
Aska (Clara Milo, 2021)
Esta coproducción Islandia-Canadá es un cortometraje que no puede dejar a nadie indiferente. Dos mujeres hacen un sacrificado viaje para intentar evitar la destrucción de su tierra y la llegada de la enfermedad. Para conseguirlo, llevan una ofrenda a la serpiente de fuego, diosa a la que idolatran y que está a punto de despertar. A medio camino entre la espiritualidad de Dreyer y la belleza de Malick, y con una fotografía que indudablemente nos recuerda a la de Sebastián Salgado, esta película se alza como una de las producciones más bellas de esta edición del festival.
Clara sola (Nathalie Álvarez Mesén, 2021)
Clara vive en un remoto pueblo de Costa Rica, donde su familia, anclada en el pasado, se niega a tratar sus problemas de salud tanto físicos como mentales. Lo que sí le reconocen, potencian y respetan son los poderes curativos que Dios le ha dado, manteniéndola en un altar a su merced. Todo esto cuando Clara comienza a experimentar su despertar sexual, su instinto y su liberación. Una ópera prima que utiliza el realismo mágico para hablar de cómo la mujer puede romper las cadenas religiosas y sociales que la oprimen.
Han (Guro Bruusgaard, 2021)
Tres historias cruzadas hacen de hilo conductor a través de una película que intenta recoger todo el espectro de la masculinidad en la Noruega actual, sus privilegios, frustraciones y complejos. Y todo eso acercándose a la lucha del individuo contra un sistema implacable y la posición que un hombre ocupa en esa batalla. Un niño problemático que lidia con el divorcio de sus padres, un joven enfermo que hace lo mismo con la falta de oportunidades y un hombre que huye de su responsabilidad con la sociedad. Las tres historias componen un retrato humano, sincero y triste.
La naranja prohibida (Pedro González Bermúdez, 2021)
50 años después del estreno de La naranja mecánica (Stanley Kubruck), y de su controvertida llegada al festival de Seminci en 1971, se estrena en el mismo espacio este documental que nos cuenta, con testimonios de asistentes y organizadores del evento, los difíciles días que rodearon la llegada de la película de Kubrick a España. Con la presencia del propio Malcolm McDowell hemos podido recordar la industria que ha precedido a la que ahora conocemos y una parte muy importante de nuestro cine, algo que siempre será más que necesario.
Los inocentes (Guillermo Benet, 2020)
Este año ha pasado también por el festival Los inocentes, la primera película de Guillermo Benet. Durante un desalojo en un centro social ocurren unos altercados y un policía recibe un impacto mortal con una piedra en la cabeza. ¿Quién la tiró? ¿Quién paga el pato? Un grupo de jóvenes cargan con la culpa colectiva, porque fueron todos y ninguno, una película social donde no se intenta juzgar sino intentar entender al ser humano, de la mano de un director que aún está despegando y que, si se ha ganado dos huecos en esta lista, es porque merece la pena prestarle atención a lo que pueda hacer en los próximos años.
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