Tener una habilidad especial en historias dramáticas como metáforas de un trauma no es algo nuevo en la ficción. Todos recordamos el shock que sentimos con el final de Los otros (Alejandro Amenábar, 2001) o El sexto sentido (M. Night Shyamalan, 1999), o la lagrimilla que se nos caía junto a Melinda Gordon cuando ayudaba a una persona fallecida a “pasar al más allá” en Entre fantasmas (John Gray, 2005-2010).
Casi muertos (Casey Johnson, 2023-), la nueva serie estrenada hace poco en Disney+, cuenta la historia de Nell, una periodista que escribe los obituarios de un periódico y que, de repente, empieza a ver a los muertos de los que tiene que escribir. Una comedia de fantasmas, ¿no? Bueno, como siempre, es un poco más que eso.
Hoy vamos a hablar de los superpoderes que da la ficción a sus protagonistas para contarnos historias dolorosas sobre traumas y sus deseos, con Casi muertos y otras series. ¡Sin spoilers!
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El superpoder que dice algo de ti: Casi muertos
Fotograma de Casi muertos (Disney+)
Nell, una periodista que se había mudado a Londres persiguiendo el amor hace cinco años, vuelve a su ciudad natal tras una dolorosa ruptura. Gracias a sus amigos del periódico en el que trabajaba antes consigue que la contraten de nuevo, pero esta vez es para escribir los obituarios. Una premisa cómica perfecta para justificar que nuestra protagonista empiece, de repente, a ver a esas personas que acaban de morir.
Pero la serie no evoluciona como quizás nos esperamos. No es un Entre fantasmas 2.0 en el que Nell ayuda a esas personas a descubrir algo de sí mismos ni a pasar mensajes importantes a sus seres queridos que están sufriendo: las visiones que tiene Nell le sirven exclusivamente a ella. Los fantasmas y lo que estos representan son un mecanismo de defensa que utiliza inconscientemente para superar algo que aún no ha procesado y para ayudarse a sí misma a mejorar. Desde entablar una verdadera amistad con su compañero de piso autista, hasta alcanzar treguas con antiguos enemigos, Nell mejora como persona al hablar con esos fantasmas (que, en realidad, son representaciones inventadas sobre estas).
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Gracias a esa cualidad extraña que desarrolla, Nell es capaz de superar un momento doloroso de su pasado, y además, descubrir cualidades de sí misma que le gustan y que, de no ser por ellos, no hubiese desarrollado jamás.
El superpoder que te ayuda a aceptar la realidad: La extraordinaria playlist de Zoey
Fotograma de La extraordinaria playlist de Zoey (HBO)
La extraordinaria playlist de Zoey (Austin Winsberg, 2020–2021) no tiene fantasmas, pero tiene visiones en las que la gente canta y hace números musicales, pero solo los ve ella.
Tras una resonancia accidentada, Zoey descubre que es capaz de escuchar las “canciones del corazón” de las personas, es decir, sus emociones más profundas. Y Zoey no puede ignorar este nuevo superpoder: tiene que ayudarlas a superar lo que sea que les esté afectando, sin que se den cuenta de su nueva habilidad. De nuevo, tenemos una premisa perfectamente cómica (¡y musical!), que podría haberse quedado en algo superficial y entretenido. Pero la serie va más allá.
El padre de Zoey tiene Parálisis Supranuclear Progresiva (PSP), una enfermedad rara degenerativa que, en el estado en el que se encuentra cuando Zoey adquiere su superpoder, le impide hablar y comunicarse. Es aquí donde su nueva habilidad entra en juego, porque Zoey también escucha las canciones del corazón de su padre, y por fin puede hablar con él. El tener este superpoder la ayuda a aceptar la realidad de que su padre se está muriendo y de que es algo que no puede ignorar más. Además de desarrollarse personalmente y volverse una persona más empática, Zoey descubre que las personas ocultan más de lo que son capaces de decir.
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El superpoder que nunca llega: Extraordinaria
Fotograma de Extraordinaria (Disney+)
En una realidad alternativa en la que todo el mundo desarrolla un superpoder, Jen de Extraordinaria (Emma Moran, 2023–), es el bicho raro que no tiene ninguno. Y esto para ella es una vergüenza: ¿por qué todo el mundo sí, y ella no?
Además de ser una buena premisa cómica, los superpoderes en Extraordinaria son, además, un medidor de valía para los personajes, y al no tener uno, Jen se siente inferior a los demás. Es incapaz de tratarse a sí misma con la dignidad suficiente para admitir que se merece cosas buenas, por lo que con la ausencia de un superpoder, también viene la inhabilidad de ser ella misma. Jen intentará encontrar su superpoder de diferentes maneras, y una y otra vez, se chocará contra una pared. La serie parece decirnos que hasta que no esté feliz sin tener uno, no se lo dará; que las cosas llegan cuando dejamos de quererlas y todas esas cosas (que parecen chorradas, pero son dolorosamente reales). Al final Jen tendrá que superarse a sí misma y a sus expectativas, y a lo mejor entonces conseguirá lo que tanto quiere.
En definitiva, es curioso como tantas series de superación (que, además, casi siempre son femeninas) se apoyan en estos conceptos menos convencionales para contar sus historias. Este tipo de series se prestan muy fácilmente a la creación de espacios donde la comedia y el entretenimiento se mezclan perfectamente con momentos más dramáticos, sin caer en sentimentalismos, y con un gran corazón en el centro de todo. Y será por eso que nos gustan tanto, porque nos reímos, sí, pero también hay mucha verdad en ellas.
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