Enrique Urbizu acaba de estrenar de la mano de Movistar+ Libertad, simultáneamente en salas y en la plataforma: una película para cines, y una serie para televisión e internet. Hablamos con el director sobre los personajes, el rodaje y los referentes para esta historia de bandoleros.
Enrique Urbizu en el rodaje de Libertad (Fotografía de Emilio Pereda)
Libertad se ha relacionado mucho con la iconografía del western. ¿Por qué crees que es?
El western es un tema recurrente en todas las entrevistas porque tú ves un hombre a caballo con un sombrero y unas espuelas y piensas: ¡western! Y ese hombre está en otro país, 150 años antes y no tiene nada que ver con la conquista anglosajona del territorio de los Estados Unidos. Es el género el que nos marca. Yo he hecho más referencias conscientes al western en No habrá paz para los malvados (2011), en La vida mancha (2003), e incluso en La caja 507 (2002) que aquí. Porque aquí no tengo temas de western, como sí tenía en esos otros guiones. Aquí tengo mi país; una tradición pictórica, una tradición romántica sobre los bandoleros… De hecho se han hecho películas sobre eso, con el referente de Andalucía y del bandolero justiciero, pero también hemos huido de eso.
He intentado arrancar desde otro lado, con otros personajes y otras texturas. De ahí que no hayamos ido a rodar al sur, que no haya lo habitual en los vestuarios del género. El verde, la piedra, la madera… son texturas que dominan muchos de los planos de Libertad. Pero el western es inevitable, claro, un Dersu Uzala (Kurosawa, 1975) es un puto western, supongo. Nosotros fuimos a hacer una de aventuras.
Fotograma de Libertad (©Emilio Pereda)
Los personajes de tus películas, y los de Libertad no son una excepción, se caracterizan por ser crueles, viles y violentos. ¿Cómo trabajas la empatía en personajes tan, a priori, “despreciables”?
El actor o la actriz es importante. Luego tienes que hacer verosímil un mundo para poder tener perspectiva sobre los actos de los personajes. Tienes que entender el mundo y atisbar el carácter de los personajes. Todo eso lo tienes que hablar con el actor. La empatía es un curioso misterio del físico de los intérpretes.
Y luego tienes que dejar un margen para la mirada del espectador, no forzar, para que sea él el que decida. Tú como director podrías imponer una visión muy unívoca, porque evidentemente puedes si te dedicas a esto, pero también puedes dejar un margen para que el espectador se haga la composición del lugar. Yo creo que las personas comprendemos las cosas que son sinceras mejor de lo que a veces se piensa.
Y también sabes que estás viendo una película, si estás viendo una cosa de aventuras tienes un margen de tolerancia, es ficción. Eso pasaba con No habrá paz para los malvados, todo el mundo estaba a favor de Santos Trinidad.
Fotograma de Libertad (©Emilio Pereda)
Casi todo está rodado en exterior, hay una enorme sensación de amplitud durante toda la película. ¿Es una decisión sobre la que después habéis construido el guion, o es algo que os pedía la propia historia?
La historia lo pedía a gritos, pero parte de nuestro anhelo y de nuestra voluntad era hacer algo que nunca habíamos hecho: un rodaje casi entero en exteriores. Pero exteriores de la gran madre naturaleza. Esa experiencia física ha sido para todo el equipo, y especialmente para el equipo de producción, muy complicada. Pero al final eso ha sido parte del gozo, parte de una experiencia vital que hemos tenido. Y claro, dos semanas después de acabar el rodaje llegó el confinamiento. A mí me parece un milagro.
Pero eso, el propósito era campo, campo, campo. Y los guionistas escribían campo, campo, campo. Y era especialmente complicado porque tienen un papel muy importante cosas como la densa niebla, el vapor de los alientos de los caballos, el goteo de los sombreros… todo eso me interesaba muchísimo.
Fotograma de Libertad (©Emilio Pereda)
Viendo Libertad, he tenido muy en mente Barry Lyndon (Kubrick, 1975). Hay muchas composiciones casi pictóricas, de grandes planos generales en el campo, mostrando a dos bandos enfrentados de perfil… ¿Tuviste en mente esta película?
Recuerdo perfectamente cuando vi Barry Lyndon en el cine, en Bilbao. La uso mucho en clase, por un montón de aspectos técnicos y visuales que tiene esa peli. Concretamente la utilización del zoom, la imagen plana, esa composición pictórica… Vista hoy en día, pensar que no había ordenadores, es un milagro. Hoy en día hay antenas por todas partes. Aunque te vayas al K2 hay un señor con una antena en algún sitio.
Lo que sí es, es una notable vara de medir, tanto para el operador como para todos. Ese ánimo pictórico tan explícito de Barry Lyndon, la reproducción no solo de una imagen de un siglo, sino de un tempo; cómo se movían esos personajes… Nosotros teníamos que ir más ligeros y demás, ahora, ¿como lección de rigor y cuidado estético? Siempre. Pero no solo para hacer época, para hacer cualquier película. Barry Lyndon, más allá de que te guste o no, es una vara de medir. Cuando te pones a hacer una película hay que decir “bueno, que está esto aquí, eh, a ver qué haces”.
Y Libertad, a nivel cromático y demás, pues tiene mucha pintura. Todo el equipo, vestuario, dirección artística, foto… Hemos trabajado juntos y, mucho más que con imágenes de cine, que lo poco que hemos visto es blanco y negro, con mucha pintura española de la época. Los grabados de Doré, Goya, los paisajes de Fortuny… Todo ese tipo de texturas que dan nuestra visión de aquella época, que no es otra que la que nos han dejado ellos.
Fotograma de Libertad (©Emilio Pereda)
Cuestionario MILANA: ¿Cuál sería la película/serie…
… que verías por enésima vez?
Es algo que practico mucho. Ahora me acabo de ver otra vez Partida de Campo (1936) de Renoir. También Los profesionales (1966), de Richhard Brooks… Me reengancho mucho a la relectura. La docencia tiene mucho que ver con eso, porque de lo que más controlas es lo que más usas. Yo veo Lirios rotos (1919, D.W. Griffith) más de dos o tres veces al año. Quiera o no, ya no es por voluntad, es por repasarla porque vas a escribir sobre ella o lo que sea. Es una relación ya que no es cinéfila.
… para ver de resaca?
De resaca van muy bien las comedias sinsorgas, las de Austin Powers, o las de Jim Carrey, como Dos tontos muy tontos (Peter Farrelly, Bobby Farrelly, 1994). Luego van muy bien los buenos westerns. Río conchos (Gordon Douglas, 1964) me la he visto en más de una sesión matutina. Deben durar lo justo para dar confort, dos horas de 10 a 13… Yo iba mucho a las matinales en Bilbao.
… te hace replantearte la libertad que tenemos?
Pues vámonos a Pasolini, la libertad del ser humano. O cualquiera de Fritz Lang, el hombre contra su destino. Hay miles de películas sobre la libertad, yo creo que es el tema más universal. Cualquier road movie habla de ese tema. Libertad de hecho tiene mucho de road movie: las paradas, el encuentro con distintos personajes en el camino, la estructura circular…
¿Dónde puedes ver Libertad?
La película, en cines a partir del 26 de marzo. La serie, en Movistar+.
You are that one breath. that puts all the remaining breaths. back into my body.
I see what you mean even if I don’t agree with you completely. I believe certain things are beyond our control and I am fine with that. I don’t advocate living with a defeatist attitude
I’m trying to SAVE here
Yes. We do have PayTM option